Las Políticas Mexicanas De Colonización De Los Territorios Del Norte

Las políticas mexicanas de colonización de los territorios del norte.

Los territorios que el virreinato de la Nueva España disponía después del tratado de Adams-Onís, estaba en su mayoría despoblado, por consecuencia respondía a un interés de Estados Unidos en su deseo de expandirse, pues, España no se propuso explotar una riqueza diferente que yacía en las tierras de Texas, en cambio la tierra representaba un gasto que no generaba ganancias pero, que ponía un límite al poder de los estadounidenses. Las políticas implementadas entonces, sólo provocarían la pérdida de Texas ante débiles intentos de poblar un territorio del cual no se alcanzaban a apreciar sus cualidades o su importancia.

La primer política que empleó el virrey, fue la de convocar colonos que fueran a Texas y se establecieran, habían otras propuestas para montar una serie de fuertes a lo largo de la nueva frontera, sin embargo la situación económica de España que se fue deteriorando gracias a pésimas gestiones y a la merma en los envíos de riqueza desde la Nueva España por los conflictos con el movimiento de independencia, hacían imposible que se movilizaran recursos suficientes para mantener dichos fuertes.

La respuesta de españoles ante la invitación a la colonización del norte fue negativa, nadie se interesaría estando acostumbrado a extraer riquezas superficiales sin mayor esfuerzo, a ir a una tierra árida o en el caso de Texas, que no tuviese recursos mineros a la vista, lo único que se podría hacer fue la agricultura, pero, no era costumbre de los españoles el interesarse demasiado por las cuestiones del campo sin sus esclavos indígenas que en el norte representaban una amenaza indomable; si hubiese un interés por éste tipo de recursos, la situación hubiese sido diferente, pues las colonias Texanas no representaban ni el 10% de la población de Coahuila, y como parte de éste estado, Texas era un territorio a la vista española Inhóspito, peligroso por los sanguinarios indios y pobre para su explotación.

La consecuencia inmediata de dicha política y su fracaso conllevó a que en el extranjero se observara por parte de los Estados Unidos, como un territorio desperdiciado, que si bien los españoles no estaban dispuestos a aprovechar, los estadounidenses si podrían usarlo efectivamente, y que para ello, se requería que despacio se cubrieran partes discretas con pobladores de las colonias y que usaran la conquista pasiva para en un futuro, poder reclamar los territorios por la presencia de los colonos en mayoría habitando en ellos.

La segunda estrategia política está ligada a un contrato con colonos estadounidenses que se habían ido instalando en Texas de años atrás y, facilitándoles el establecimiento en el territorio que ni siquiera los españoles habían intentado poblar lo más rápido posible, aún con la amenaza presente del interés extranjero, el trato se basó en la nacionalización, sin embargo esto no asegura que los nuevos nacionales se acoplen a las leyes de la Nueva España que se encaminaba vertiginosamente a la independencia, se comenzaron a regalar tierras a los que se establecieran en Texas para poblar rápidamente el territorio, sin embargo tampoco dio grandes resultados, hasta que México se independiza, durante el imperio, se abren las puertas a la colonización usando a los extranjeros, con la ilusa esperanza de que favoreciera a México.

Entrando al imperio, Iturbide preocupado por el creciente número de colonos extranjeros que se nacionalizaban fácilmente, se propone a mandar habitantes mexicanos, la respuesta no fue muy diferente de lo que había sido en el tiempo del virrey Apodaca y O’donojú, total desinterés en lo que se ofreciera en tierras del norte y un crecimiento de la población texana que hablaba inglés

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