Las Venas Abiertas De América Latina

LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA

-Capítulo I-

Ideas Importantes.

Colón, al llegar a América fue testigo de lo que Marco Polo –en uno de sus libros- narró: los indios poseían tales riquezas que parecían no acabarse jamás; oro, plata, pimienta, jengibre, clavo de olor, canela y nuez moscada, productos codiciados por monarcas en Europa.

Iglesia y Corona Española unidos en el interés mutuo de una conquista: el primero para expandir su evangelización, - y con ello obtener el beneficio del diezmo-; el segundo para aumentar sus arcas.

De una u otra forma, el Nuevo Mundo fue víctima de atropellos, robos insolentes. Mataron, no sólo con la empuñadura de su espada o con fuego, mataron con enfermedades, enfermedades que llevaron los españoles, dejando con vida tan sólo a la mitad de la población.

América Latina fue la piedra angular del desarrollo industrial, no de España, sino de Europa. Ellos fueron los que verdaderamente disfrutaron de las riquezas, de las toneladas de oro y plata que llegaban al puerto de Sevilla. Los españoles en gran medida se dedicaron a pagar sus deudas.

El hambre del oro, el deseo de fortuna y riquezas hicieron de la sobre explotación, un medio de subsistencia para los nativos convertidos en esclavos de sus propias tierras. No sólo España, Inglaterra u Holanda aprovecharon de los recursos naturales del Caribe, de Ecuador, Guatemala, Cuba, Panamá, Venezuela, Paraguay, Uruguay, Argentina, Brasil o México; también lo hace Estados Unidos favoreciendo su rápida expansión, cobrando impuestos que todavía muchos países llamados “tercermundistas” siguen pagando, porque “por derecho les pertenece”; aquello que se creyó interminable, se agotó, el subdesarrollo devastó a estos pueblos, arrastrando con este mal hasta nuestros días con diversas aristas: violencia, desigualdad y pobreza.

Comentarios.

Este libro de Eduardo Galeano me ha dado una visión general de lo que han padecido en la historia cada uno de los pueblos de América Latina. De cómo sobajaban en toda la extensión de la palabra su humanidad, de la miseria y del despojo voraz en los que han sido presas, acabando con lo único que conocían.

Pese a las guerras que han movido y consternado al mundo, a las revoluciones por el derecho de una vida digna, por lograr mejores condiciones de vivienda, de trabajo, muy lastimosamente, las cosas no han cambiado del todo, por coerción y coacción de los “monstruos” del capitalismo y de lo que hoy conocemos como globalización. La trata de personas continúa; la injusticia en las clases sociales, la esclavitud –a veces maquillada-, la violencia, pobreza, que consumen de a poco o de a mucho a los que menos tienen.

Por el trato de Colón, los dominicanos preferían matar a sus hijos y matarse a sí mismos, antes que seguir sirviendo a sus opresores. Hoy, los suicidios

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