Libertad empresarial en Venezuela.

El empresario y la Libertad Empresarial

La empresa es un aspecto de vital importancia dentro de cualquier sociedad. Su principal función es contribuir en el desarrollo económico de un país. Al tener tal importancia debería ser de los principales motivos de interés para el país, incentivar el crecimiento y asentamiento de las mismas. Sin embargo, ¿Realmente se evidencia la libertad de empresa en Venezuela? Para responder esta incógnita es necesario remitirnos al significado de ser un empresario.

El empresario es aquella persona física, o jurídica que, de forma individual o colectiva, se propone a alcanzar los objetivos propuestos mediante la toma de decisiones, en base a las metas planteadas, asumiendo la responsabilidad tanto comercial como legal frente a terceros. Posee plena facultad de dedicarse a la actividad económica de su preferencia, sin mayor limitación más allá a la prevista en la Constitución y las leyes.

La Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, en el capitulo V, establece lo siguiente: “Se garantiza el derecho de propiedad”. Por tanto es correcto afirmar, en conjunto con otros artículos de dicho capitulo, que las empresas en Venezuela gozan de plena libertad. Sumado a esto se busca incentivar la integración de nuevas empresas latinoamericanas, con miras a unir esfuerzos en pro del desarrollo económico y el bienestar común.

Salvo una pequeña mención sobre la regulación de los monopolios, en la cual se establece una excepción, la cual se encuentra justificada: “Cuando se trate de explotación de recursos naturales propiedad de la Nación o de la prestación de servicios de naturaleza pública con exclusividad o sin ella, el Estado podrá otorgar concesiones por tiempo determinado”. Sin contar este tipo de restricciones, en la práctica el proceso de desarrollo de las empresas no debería presentar tantas travas como las que se observan en la actualidad.

El Estado está en la obligación de promover la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresas, comercios o industrias con miras a regular la economía e impulsar el desarrollo del país.

Pese a esto, en la práctica la situación que se presenta es completamente diferente. Las malas políticas económicas han desembocado en lo que actualmente es la inflación mas alta del continente, sumado a esto se encuentra El Estado con una condición de interventor, el cual posee un grado de intervención mayor al habitualmente admitido en la teoría.  

Lamentablemente la empresa en venezolana sufre una crisis que obstruye estos fines. Hacer negocios empresariales en el país en un proceso de suma complejidad. Adicionalmente a esto, la carga fiscal impuesta a las empresas nos ubica como uno de los países más costosos del mundo para ejercer la actividad económica. Los controles de precio, devaluaciones constantes y la restricción de divisas son solo algunas de las causas que generan desinterés para las empresas trasnacionales.

Esta situación genera que los empresarios deban atravesar un sin fin de obstáculos a fin de llevar a cabo sus objetivos, sin embargo, nunca queda completamente de lado el temor de ver arrebatado el fruto de su esfuerzo, a causa de una expropiación, la cuál, en lugar de buscar maximizar la utilización de esa empresa o terreno obtenido, no sabe aprovechar dicho potencial, por tanto arrebata a cientos de trabajadores su principal fuente de ingresos y obscurece las oportunidades de desarrollo de la nación.

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