Masacre De Texas Y La Historia De Anabelle
Enviado por angievaleria159 • 6 de Junio de 2015 • 6.023 Palabras (25 Páginas) • 356 Visitas
"Masacre en Texas": La aterradora historia del asesino en serie en EE.UU.
Aunque los hechos no ocurrieron en Texas, el guion de esta película está basado en Ed Gein, un asesino en serie estadounidense, famoso por robar tumbas.
Washington. “Masacre en Texas” es una película con la que miles se aterrorizaron en los cines. Esta obra maestra de terror fue calificada como obra de culto. Debido a su inesperado éxito dio a luz a tres secuelas y a un remake. Pero, tal vez muchos no saben que esta película está basada en una historia real.
Edward Theodore Gein fue uno de los asesinos en serie más brutales de los Estados Unidos. Únicamente se le probaron dos asesinatos (los de Mary Hogan y Bernice Worden), pero debido a su afición a conservar cadáveres, tanto los de sus víctimas como los que desenterraba, y a fabricar con ellos mobiliarios y ropa se generó un gran impacto alrededor del descubrimiento de sus crímenes.
Los agentes de policía que investigaban la desaparición el 16 de noviembre de 1957 de Bernice Worden, empleada de una ferretería de Plainfield, en Wisconsin, sospecharon que Ed Gein estaba envuelto en el caso. Cuando entraron en su casa, encontraron el cuerpo de Worden colgado de los tobillos, decapitado y abierto por el torso.
También encontraron cabezas humanas en el dormitorio, piel usada para hacer pantallas de lámparas y asientos, calaveras convertidas en platos de sopa, un corazón humano en una sartén, un collar de labios humanos, un chaleco hecho de vagina y pechos, y muchos más objetos hechos de partes de cuerpos humanos incluido un cráneo que servía de cenicero y un cinturón hecho con pezones.
Su creación más llamativa fue el vestuario completo fabricado con piel humana, incluyendo pantalones, un torso con pechos, y varias máscaras.
Al ser interrogado, Ed Gein admitió que abría las tumbas de mujeres recientemente fallecidas y robaba los cuerpos, llevándolos con su furgoneta a su casa donde curtía las pieles para hacer sus macabras posesiones. También admitió haber asesinado a Mary Hogan, una camarera desaparecida desde 1954. Nunca fue probado ni admitido por él que cometiera canibalismo, y también negó haber practicado sexo con los cadáveres, aduciendo que “olían muy mal”.
Fue declarado enfermo mental y pasó el resto de sus días en una institución psiquiátrica donde se destacó por su buena conducta y falleció por insuficiencia respiratoria el día 26 de julio de 1984.
Se cree que su posesiva madre Augusta, una fanática religiosa que se esforzaba por impedir cualquier influencia ajena a la suya propia sobre sus dos hijos, fue en parte lo que causó su trastorno mental. Augusta fue el último miembro de la familia cercana de Ed en morir en 1945, y éste tapió por algún motivo su habitación.
Mientras Ed Gein se encontraba detenido, su casa fue consumida por un incendio, seguramente provocado. Su vehículo se llegó a subastar y quien la compró hizo buen negocio con ella por varias ciudades, cobrando por ver su interior lleno de sangre y restos humanos.
Annabelle: Conoce aquí el espeluznante caso real de la muñeca diabólica en EE.UU.
En 1970 una madre compró a su hija de 20 años una inocente muñeca de trapo que,con el correr de los días, pareció cobrar vida. Los hechos ocurrieron en EE.UU.
Estados Unidos. Una de las presencias sobrenaturales más aterradoras que aparecen en la película de terror “El Conjuro”, la taquillera cinta del director James WAN basada en hechos reales ocurridos en la década del 70’ en la casa de la familia Perrón en Rhode Island, Estados Unidos, es una muñeca diabólica llamada Annabelle. Su existencia fue totalmente verídica.
La historia de espanto de la muñeca Annabelle comenzó en 1970, cuando una madre compró en una tienda especializada una vieja muñeca de trapo, de la tradicional línea de productos infantiles conocidos como Raggedy Ann, para regalársela a su hija Donna, una joven de 20 años que estudiaba enfermería. Lo primero que hizo la muchacha, que compartía un apartamento con una amiga llamada Angie, fue poner a la muñeca en su cama.
Pero a los pocos días comenzaron a suceder cosas extrañas. La muñeca, que siempre era dejada por su dueña en el dormitorio o en un sillón en una posición horizontal y con las piernas cruzadas, comenzó a aparecer misteriosamente en otras partes de la casa. Aparecía en el comedor, en posición vertical o de pie, o bien arrodillada en la puerta de entrada, como si de repente hubiera comenzado a moverse por sí sola. Para empeorar la situación, las dos moradoras del apartamento comenzaron a encontrar mensajes escritos en un papel de pergamino, con una letra de niño pequeño, que decían: “Ayúdanos” y “Ayuda a Lou” (Lou era el nombre del novio de Donna).
El siguiente incidente también fue sorprendente. Las dos amigas encontraron a la muñeca con gotas de sangre en su pecho y sus manos, por lo que decidieron buscar la ayuda de una médium para que hiciera una sesión de espiritismo en el mismo apartamento. De ese modo supieron que el presunto espíritu que animaba a la muñeca correspondía al de una niña de siete años llamada Annabelle Higgins, quien había muerto trágicamente hace muchos años en el mismo lugar donde vivían.
El espíritu, además, le comunicó a la médium otra cosa inquietante. Dijo que se sentía en paz viviendo con Angie y Donna, por lo que quería seguir viviendo en la casa bajo la forma de la muñeca. Las dos chicas, compadecidas por la historia de la niña muerta, respondieron afirmativamente. Ignoraban que el supuesto espíritu de Annabelle escondía en verdad a una presencia ominosa.
La muñeca diabólica
Lou, el novio de Donna, fue el primero en sufrir las consecuencias. El joven no sólo había querido deshacerse de la muñeca desde la primera vez que la tuvo en sus manos, sino que también comenzó a sufrir recurrentes pesadillas con el juguete. Una noche, tras despertar de un mal sueño, miró al pie de su cama y vio, estupefacto, la aterradora figura de la muñeca de trapo. El juguete trepó en cuestión de segundos a su cama e intentó estrangularlo, aunque sólo consiguió desmayarlo.
Tras recuperar la conciencia, Lou se dirigió de inmediato a la casa de su novia decidido a destruir a la muñeca. Pero, tras llegar y saludar a Donna, escucharon ruidos procedentes del dormitorio de la chica, como si varias personas estuvieran hablando allí. Al entrar no vieron a nadie, sólo a Annabelle sentada en una esquina. En ese preciso momento Lou se tocó el pecho transido de dolor. Cuando se abrió la camisa, que sorprendentemente estaba empapada en sangre, descubrió que tenía siete marcas
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