Modernidad Y Sociedad
Enviado por maluzarita • 7 de Agosto de 2014 • 1.408 Palabras (6 Páginas) • 396 Visitas
MODERNIDAD A NUESTRA MEDIDA
La modernidad puede tomarse como sinónimo de mejoramiento, es una revelación contra lo tradicional; dicha revelación requiere romper paradigmas y tomar el riesgo que se le tome como algo negativo, absurdo o inalcanzable. En muchas ocasiones se entiende la modernidad como el cambio y olvido de nuestras raíces. La modernización, tal como ha ocurrido en América latina, sería antitética con nuestro ser más profundo en la medida que ha buscado su último sostén en el modelo ilustrado racional europeo. (Morandé: 1984). Por ello aquellas experiencias que en ocasiones se imponen con el fin de modernizar una sociedad fracasan pues van en contravía de la identidad y de la cultura de ésta, sin embargo si una sociedad no está abierta al cambio y a incursionar en la modernidad muy seguramente estará condenada a seguir siendo la sombra de aquellas que arriesgan, proponen y en ultimas dominan y van a la vanguardia de los cambios.
Uno de los supuestos a los que se enfrenta la modernidad es que debiera ser igual para todas las sociedades, es así como Latinoamérica comparada con Europa o algún otro lugar jamás alcanzara la tan anhelada modernidad; en cambio puede llegar a atropellar o entorpecer los procesos que una sociedad requiera para adquirir su propia modernidad. Debe desahuciarse la idea de que la modernidad supone la difusión de un patrón uniforme de organización de la vida política, económica, social y cultural. (Brunner: 1995)
Para el inicio de la modernidad en América Latina fue de vital importancia que la iglesia católica de cierto modo se hiciera a un lado dejando de ser la única autoridad del saber, pues la religión católica considerada desde la edad media centro de vida intelectual y eje de la sociedad por su poder político, económico no permitía que el hombre pudiera incursionar en la tarea de la transformación de su realidad.
Este carácter sacro que predominaba en las sociedades tradicionales conformaba un orden social fundamentado en la existencia de Dios y en las instituciones clericales legisladas a través de su máximo vicario en la Tierra, el Papa. Sin embargo, este mundo “inmutable”, regido por la manifestación de la divinidad de Dios, sufriría profundas transformaciones en sus estructuras sociales, políticas y económicas a partir de los siglos XVIII y XIX produciendo una grave crisis en la sociedad tradicional. Marín, Álvaro & Morales, J.J (2.010).Modernidad y Modernización en América Latina: Una Aventura Inacabada. Revista critica de ciencias sociales y jurídicas.
Llamó mi atención y tal vez porque en la cotidianidad no acostumbro hacer un análisis concienzudo del tema; como la modernidad en Latinoamérica en el siglo XIX se desarrolla con cambios en los aspectos políticos y culturales donde se acogen ideas liberales, educación laica y se da inicio a la democracia; mientras que a nivel económico se adopta un sistema exportador de materias prima. Ese modelo económico que aún hoy se mantiene; y que es el origen del atraso en el sector productivo, es el que, a mi forma de ver, no ha permitido obtener el suficiente poder adquisitivo para convertirnos en una sociedad con lo que yo llamaría “modernidad integral”. Pues una modernidad integral seria aquella que se interesa y tiene la forma de invertir en la misma medida en ciencia como en infraestructura; en salud como en formación deportiva, sin darle prioridad a ninguna de ellas sino que se consideren igual de importantes para el avance y beneficio común.
Sólo una profunda transformación productiva ―una nueva manera de trabajar, producir y organizar a la sociedad económica―, orientada hacia la generación y profundización de las capacidades necesarias para participar en la economía globalizada, puede recomponer las bases sobre las que se sustenta el desarrollo de nuestras sociedades y abrir las puertas hacia una participación más activa en la modernidad. (Brunner: 1995)
Viendo como ya se llevan siglos en la modernidad y divagando que es y que no es modernidad, y como lo que es modernidad para unos puede ser obsoleto para otros, debe conllevarnos a los docentes a replantear nuestra labor en cuanto al papel tan importante que tiene la escuela para que sea gestora de pensamientos críticos en los estudiantes que los convierta en seres capaces de transformar realidades y de proponerse nuevos retos donde se llegue a una modernidad ajustada a las necesidades y provechosa no solo para el aquí
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