Morelos, “El mejor líder de la independencia de México”
Enviado por Miri Garduño de Rubio • 2 de Mayo de 2018 • Ensayo • 4.965 Palabras (20 Páginas) • 663 Visitas
Morelos, “El mejor líder de la independencia de México”
José María Teclo Morelos Pavón y Pérez fue un importante líder en la lucha por la independencia de México. Nació en Valladolid, actual Morelia, el día 30 de septiembre de 1765, siendo el segundo hijo del matrimonio entre José Manuel Morelos y Robles, y Juana María Guadalupe Pérez Pavón y Estrada.
Cuando era apenas un niño de 8 años, por los problemas en su familia y el alcoholismo de su padre, este les abandonó llevándose al hijo más grande en busca de mejores oportunidades, esto hizo que a muy temprana edad Morelos tuviera que madurar y dejar la escuela para ayudar a mantener su hogar, que compartía con su madre y su hermana menor María Antonieta; así fue como ya con edad suficiente, partió al rancho de un primo de su padre, en San Rafael Tahuejo, cerca de Apatzingán, donde aprendió muchos oficios relacionados no solo con el campo, como son la ganadería y el ser arriero, sino que además obtuvo noción de la construcción, contabilidad y comercio, sumado a esto, él estaba muy interesado por la educación, era autodidacta y aprovechaba su tiempo para estudiar gramática, con el tiempo se convirtió en un joven más educado que el propio encargado del rancho, por lo que se desempeñaba como contador. Pasó 10 años en aquel rancho, tiempo y lugar en los que se convirtió en un hombre ordenado, responsable y de carácter fuerte. En 1789 su padre volvió con su familia, ayudando con la economía que sostenía Morelos, lo cual permitió que este pudiera volver a Valladolid, en donde la insistencia de su madre lo hizo partir al colegio de San Nicolás a iniciar su educación eclesiástica. En ese momento el cura Miguel Hidalgo y Costilla era el rector, ahí es donde Morelos lo conoce por primera vez. Por su parte, Hidalgo (a pesar de que nunca fue su maestro) lo conocía por ser un alumno destacado no solo por la avanzada edad a la que comenzó sus estudios, sino también en materia de educación y participación en el colegio. En estos años Morelos se convierte en un fiel admirador de Miguel Hidalgo, a quien siempre llamó maestro. En el año de 1792, curiosamente ambos abandonan el colegio de San Nicolás, Hidalgo deja de ser rector y Morelos partió a estudiar al seminario Tridentino, en 1796 su padre cae gravemente enfermo y muere, esto lo presionó aún más a terminar sus estudios, de esa manera, a los 32 años se ordenó como presbítero, es decir, que ha recibido la tercera de las órdenes sacerdotales mayores que otorgan las iglesias católica, ortodoxa y angelicana y que tiene entre sus funciones principales celebrar misa, anunciar el Evangelio, administrar los distintos sacramentos (excepto la confirmación) y orientar espiritualmente a sus fieles; poco después de eso fue nombrado cura, lo que representaba un logro en su carrera eclesiástica, pero también una dificultad ya que implicaba trasladarse (con su hermana y su madre, como se acostumbraba) a Tierra caliente, una región lejana que por la falta de caminos, las enfermedades y otros factores, resultaba difícil y la menos querida por aquellos que presentaban su solicitud para hacerse cargo de una comunidad. El caso es que Morelos fue asignado como párroco en tierra caliente y encima, el hecho de que haya llegado a párroco tan rápido, sin haber seguido las instancias para ello, era prueba de su liderazgo y buen reconocimiento como cura. Al trasladarse a tierra caliente, su madre muere y Morelos le escribe al obispo pidiéndole que por favor lo sacara de ahí. En 1799 se trasladó a Carácuaro, donde al poco tiempo de su llegada como párroco tuvo problemas con el pueblo. Ellos escribieron una carta al obispo de Michoacán pidiendo que cambiaran de párroco y que se les exentara de pagar la manutención de la iglesia, ya que Morelos les pegaba, era malo con ellos y los maltrataba por no poder pagar la manutención de la iglesia debido a su pobreza. Sumado a esto, la gente no quería pagar como se acostumbraba, es decir con especias y con lo que ellos producían en sus tierras, preferían rentar sus terrenos a las haciendas y pagar con eso a Morelos, además de que teniendo efectivo les resultaba más fácil dedicarse a la vagancia y comprar alcohol, entre otras cosas. Morelos no quería esto para ellos, no quería que se convirtieran en unos vagos, él era un hombre disciplinado, le importaba que sus feligreses trabajaran, cultivaran y fueran hombres de bien, por eso los regañaba y les exigía que pagaran con lo que trabajaran en sus tierras. Para obtener recursos que permitieran hacer caridades y sostener los gastos de la comunidad, Morelos se dedicó a vender granos, aguardiente, ganado, entre otras cosas, pero no se enriqueció a si mismo, destinó todo a terminar de construir iglesias y ayudar a las personas.
En Nocupetaro conoció a Brígida del Monte, con quien en 1803 tuvo a su primer hijo al que nombraron Juan Nepomuceno, a quien Morelos nunca negó y a quien más tarde enseñaría a luchar para llevarlo como parte de su milicia. Dicho hijo, fue un niño, adolescente y joven insurgente, un ejemplo para el ejército de Morelos y muchos años después se convertiría en una persona importante en la historia de México.
En los siguientes años de su vida se dedicó a su carrera eclesiástica, afrontó la responsabilidad de sus dos hijos, echo raíces en tierra caliente, gano el respeto de sus feligreses y sus superiores, todo indicaba que tenía una vida establecida con prosperidad por delante. Desde principios del siglo XIX había comenzado a recibir cartas de las autoridades españolas solicitando apoyos para el reino que se encontraba en la guerra y la corrupción, y Morelos así lo hacía, mandaba apoyo de su parte y de parte de su vicario, pero a lo largo de 1809 estas cartas se volvieron más frecuentes y las cantidades que enviaba Morelos cada vez más pequeñas, ya que tanto él como los demás párrocos, comenzaban a desconfiar de las solicitudes de las autoridades españolas, eso sumado a la inconformidad creciente del pueblo novohispano con las llamadas Reformas Borbónicas, provocó que estas perdieran credibilidad. Mientras tanto, en Querétaro y Valladolid comenzaban las conspiraciones encabezadas por Miguel Hidalgo e Ignacio allende, acompañados por Miguel Domínguez, Josefa Ortiz, entre otros. Así, el 16 de septiembre de 1810 por la mañana, el ejército de Allende y la gente de Hidalgo comienzan con la lucha insurgente, lo que provocó que el obispo de Michoacán Manuel Abad y Queipo declara que por encabezar la lucha y desencadenar las saqueos, matanzas y robos que estaban ocurriendo, merecía la excomunión, dicha declaración se fue conociendo en todas las parroquias, incluidas las de Morelos, que al enterarse le sorprendió ya que Abad y Quipo e Hidalgo eran compis, además la declaración de Abad y Queipo no especificaba que él lo excomulgara, ya que al no ser un obispo consagrado no podía hacerlo. Morelos en busca de respuestas sobre la situación en la que se encontraba su maestro, partió hacia Valladolid para buscarlo y pedir explicaciones. Hidalgo acababa de partir, por lo que Morelos fue en su seguimiento, alcanzándolo en Charo, de ahí a Inaparapeo es cuando se detienen a comer y después de que Morelos se identifica ante él como su antiguo alumno en el colegio de san Nicolás e Hidalgo lo reconoce como su discípulo para quien nunca fue tarde, se abrazan y todo así bien bello. Después conversan y, a pesar de que Morelos no iba con intención de unirse al movimiento, al exponerle Hidalgo las causas y la importancia del levantamiento, lo convence y Morelos se ofrece como cura a su servicio y del movimiento, pero ya tenían muchos sacerdotes en el movimiento, e Hidalgo, conociendo su carisma y potencial para liderar gente, le ofrece ser general y le da la encomienda de tomar el fuerte de Acapulco. Entonces Morelos regresa a Carácuaro con la intención de dejar su curado en orden y conseguir un ejército. De ahí en más, Morelos e Hidalgo no volvieron a verse nunca): A finales de octubre de 1810, Morelos, de entonces 45 años, sale de Caracuaro con un ejército de 25 hombres con la misión de cumplir la encomienda de su maestro, al pasar a Huétamo ya eran 350 hombres y en Zihuatanejo y Pentatlan ya eran 2000 hombres los que lo acompañaban, sin embargo, Morelos no compartía ideales con Hidalgo en esa parte, él no quería llevar multitudes desordenadas ni regalaba títulos, él era un hombre de disciplina, por lo que expresaba al pueblo que era de suma importancia elegir bien las fuerzas y entrenarlas para atacar, y que aquellas personas que deseaban unirse, le hacían un mayor bien a la causa, trabajando para mantener y velar por los hombres de su ejército. Con estos ideales, Morelos formo un ejército estable y disciplinado, creo fábricas de armas, pólvora y fundición de cobre, además, a modo de materializar la promesa con hombres, creo una moneda de cobre con la que les pagaría mientras estuvieran a su servicio, y que, cuando la guerra terminara, podrían cambiar por la moneda de curso legal. Otro aspecto importante en la planeación de Morelos, fue el hecho de tener caudillos cercanos, como lo fueron los hermanos galeana, Los bravo, Vicente Guerrero y matamoros. Sus campañas tuvieron éxito debido a esto, a que logro que estos se identificaran con sus ideales, adoptaran sus planes y apoyaran de lleno la causa, de esa manera Morelos estaba prácticamente en todos lados, eran algo así como muchos Morelitos que lograban ganar batallas de forma espectacular.
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