¿Por qué dice Lynch que los borbones intentan con sus reformas una segunda conquista de América?
Enviado por Nico Medina • 25 de Julio de 2019 • Resumen • 6.762 Palabras (28 Páginas) • 341 Visitas
¿Por qué dice Lynch que los borbones intentan con sus reformas una segunda conquista de América? ¿Qué diferencia hay con la primera?
En primer lugar es necesario destacar que las colonias americanas durante la última etapa de la dinastía de los Habsburgo, logró un cierto grado de autonomía, ésta se concentró más que nada en el sector económico ya que la extracción de grandes cantidades de metálicos comenzaba a decrecer como consecuencia de la súper explotación de dichos recursos por parte de los españoles, lo cual ocasionó el surgimiento de otras fuentes de riqueza, la reinversión en la producción, que provocó una mejora en su economía; todos estos aspectos fueron generando en casi toda Hispanoamérica un nacionalismo incipiente, producto de la interrelación generada entre las colonias gracias al comercio intercolonial. Pero el crecimiento económico no fue solo lo que generó cambios en toda América, este fue acompañado de un cambio social, la formación de elites criollas, con ansias de poder. Estos grupos eran grandes terratenientes o comerciantes muy hábiles para los negocios y muy instruidos, pero sin acceso al poder.
Por ello durante esta etapa, se reflejó la disminución en el envío de metálicos a la metrópoli señalada anteriormente, ya que los grupos con poder económico en América comenzaron a concentrar y a distribuir más las riquezas para América.
Es necesario destacar también que el poder que concentró la clase criolla se dio gracias a que en el s. XVII la crisis atravesada por la corona hizo que la misma dejara de pagar los sueldos a sus principales funcionarios en América. En lugar de pagarles, les permitió conseguir ingresos vulnerando la ley, al convertirse en mercaderes, que comerciaban con los indios. Los mercaderes garantizaban los salarios y gastos a los funcionarios que llegaban, quienes luego obligaban a los indios a aceptar adelantos de dinero y equipos para extraer productos agrícolas destinados a la exportación o al consumo de excedentes de mercancía. Estas medidas forzaban a los indios a la dependencia financiera y al peonaje por deudas. De esta manera los indios eran obligados a producir y a consumir; los funcionarios reales recibían un ingreso; los mercaderes conseguían productos agrícolas para exportar; y la corona se ahorraba el dinero de los salarios. De esta manera se fue así consolidando el poder de las clases más importantes de la américa hispana, gracias a la disminución del poder real sobre la política y los intereses locales.
Estos fueron los motivos que mostraron las falencias del primitivo imperialismo del s. XVI próximo a sucumbir para dar paso a un nuevo tipo de imperialismo característico del s. XVIII, la cual se caracterizó por el control, que busco incrementar la situación colonial de América y hacer más pesada su dependencia. De esta forma la reforma imperial plantaba la semilla de su propia destrucción.
Cuando llegan al trono de la monarquía española los Borbones, emprenden una política de recuperación de sus territorios en América. Ésta segunda conquista de América fue una conquista burocrática, caracterizada por la concentración de poder, mediante la creación de nuevos virreinatos y otras unidades administrativas; se nombraron nuevos funcionarios, los intendentes, estos eran un instrumento de control social para recuperar América. Estos reemplazaron a los corregidores y alcaldes. La nueva legislación introdujo la paga de funcionarios, y garantizó a los indios el derecho a comerciar libremente. Ahora podían rehusar trabajar en las haciendas o en cualquier tierra que no fuera la suya y no pagar deudas no contraídas.
Una de las características centrales de la política borbona era la oposición a las corporaciones que gozaban de una situación y privilegios especiales. Estos fortalecieron la administración, debilitaron a la Iglesia. En 1767 fueron expulsados los jesuitas sin ningún tipo de razón, pero fue esencialmente un ataque a la semiindependencia de los jesuitas y una afirmación del control imperial. Los jesuitas disfrutaban de un gran poder económico independiente gracias a sus actividades empresariales.
Los hispanoamericanos consideran la expulsión como un acto de despotismo, lo cual fue la semilla de un gran resentimiento con la corona.
Otra de las instituciones atacadas fue la Iglesia, la cual contaba con dos fundamentos poderosos, sus fueros y su riqueza. Sus fueros le daban inmunidad clerical de la jurisdicción civil y eran un privilegio guardado. Su riqueza se media en términos de diezmos y propiedades, sino también de un enorme capital, por los legados de los fieles, capital que hacía de la Iglesia el banco principal, la principal sociedad inmobiliaria y el principal deudor hipotecario. La Iglesia resistió la política borbona.
Otro centro de poder y privilegio era el ejército, pero aquí la metrópoli debió proceder con más cautela. España no tuvo nunca ni el dinero ni los hombres para mantener grandes guarniciones de tropas regulares en América, y tuvo que depender de las milicias coloniales. Para estimular el aislamiento, sus miembros fueron admitidos en el fuero militar, condición que extendía a los criollos los derechos e inmunidades que ya gozaban los militares españoles, especialmente la protección de la ley militar. Los criollos no solo adquirieron un nuevo fuero, sino también un sentido de la identidad militar y confianza, nacidos del conocimiento de que la defensa del país estaba en sus manos.
La defensa imperial había sido confiada a la milicia criolla, este fue un factor decisivo, ya que España modelo un arma que sería utilizado contra ella.
Por otro lado la segunda conquista implico también un estrecho control económico, para incrementar el ingreso imperial. El objetivo de esta medida era erosionar la posición de los extranjeros y destruir la autosuficiencia de los criollos.
Una medida que tuvo gran incidencia en el sector económico fue la creación de nuevos puertos para dinamizar el libre comercio con la metrópoli; la particularidad de este libre comercio es que de libre no tenía nada ya que las colonias solo podían comerciar con España y no con otros países, es decir que esta última monopolizaba el comercio colonial. A partir de aquí la dependencia económica de Hispanoamérica, tuvo sus orígenes en el nuevo imperialismo.
Una de las características a destacar también tiene que ver con que la segunda conquista padeció de constantes oleadas de inmigrantes procedentes de la península; estos personajes provenían de la España Cantábrica por lo cual eran dignos hijos de su patria eran despiadados, inescrupulosos, duros, etc.
La segunda conquista sufrió un colapso cuando las fuerzas napoleónicas conquistaron España.
Para concluir, la primera fue la conquista de los indios; la segunda, un intento de controlar a los criollos.
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