Revolucion De Mayo, Azcuy Ameghino
Enviado por alep • 17 de Diciembre de 2012 • 2.567 Palabras (11 Páginas) • 1.960 Visitas
Historia de Artigas y de la independencia Argentina:
Capitulo 1: La Revolución de Mayo
El pronunciamiento revolucionario puso en marcha, en el Virreinato del Río de la Plata, dos procesos históricos, simultáneos e íntimamente relacionados, dirigidos respectivamente al logro de la independencia nacional y a la transformación democrática de la sociedad feudal heredada de la colonia.
Cuanto más profunda fuese la reforma de las viejas estructuras económicas sociales, mas solida seria la soberanía del nuevo estado en gestación.
El cauce democrático abierto por la revolución de Mayo tuvo sus hitos fundamentales en tres ciclos históricos bien definidos:
a) El ciclo morenista, que incluye el periodo de mayo a diciembre de 1810, en que Mariano Moreno orienta la marcha del gobierno patriota.
b) El ciclo artiguista, desplegado entre 1811 y 1820, del que nos ocuparemos en el capítulo II.
c) El ciclo paraguayo, se extendió desde la Revolución de 1811 hasta 1870, bajo la dirección de José Gaspar Rodríguez de Francia y los López.
La Sociedad y el estado colonial:
Dos grandes cargas pesaban sobre los americanos: la primera era la dependencia colonial; la segunda el sistema de organización feudal predominante, al que se sumaba la esclavitud del negro.
El poder español, concentrado en el estado colonial, se expresó a través del virrey, la audiencia y una amplia burocracia, siendo su principal sostén la fuerza armada como quedó demostrado por la resistencia que Montevideo, plaza fuerte opuso al poder patriota hasta mediados de 1814.
En el virreinato quien legisla, gobierna, juzga, es la corona española, es la gran propietaria, el gran mercader, la principal beneficiaria por los tributos y las rentas de la explotación minera, por los remates y la trata de negros, las aduanas, las ventas, las donaciones, los estancos.
El estado colonial, garantizó la vigencia del monopolio en beneficio de la corona y los comerciantes españoles autorizados por ella a centralizar y acaparar el tráfico mercantil del virreinato. También impuso la lucha contra el contrabando y las demás manifestaciones de la expansión portuguesa e inglesa, potencias que disputaron crecientemente a España el control de sus posesiones.
Fue tarea de las autoridades dependientes de la metrópoli sofocar los vientos de la incipiente rebeldía americana.
Pueden reconocerse instituciones estatales secundarias urbanas, como cabildos y consulados rurales, como las alcadías de hermandad, milicias, y otras.
En todas ellas no es el interés puramente metropolitano el que se expresa, sino el de las aristocracias locales de americanos y españoles, con intereses en el país y familias establecidas y nacidas en la región, ocupan posiciones dominantes en la ciudad, mientras que en la campaña las formas estatales están básicamente controladas por terratenientes, y algunos campesinos acomodados.
Un grupo que cobro creciente importancia y que tuvo un papel significativo en la formación de la sociedad posrevolucionaria fue el compuesto por un núcleo terrateniente, de criollos y algunos españoles que sobre la base de mercedes reales, repartos, compras particulares, constituyó en propietario de la mayor parte de la tierra útil.
Un segundo grupo social que alcanzó posiciones de relevancia fue el conformado por los comerciantes intermediarios de otras potencias colonialistas, ligados al contrabando y nuevas rutas de exportación-importación.
También formaron parte del bloque antiespañol las diversas categorías de mercaderes, tenderos y aun pulperos, su imposibilidad de acceder a los circuitos principales los llevó adherir a la principal bandera con que la elite rioplatense marcharía hacia la lucha independentista, la libertad de comercio.
Loa artesanos rioplatenses, y la población vinculada a esta actividad tenían sobradas razones para sumarse a la lucha antiespañola.
Otro sector de singular importancia que participaría activamente del proceso revolucionario fueron los esclavos negros.
También los indios, poco numerosos en el área específicamente rioplatense, acuñaban ancestrales razones para sumarse al frente antiespañol.
Finalmente la oposición al dominio metropolitano se expresó activamente entre los intelectuales, clero y empleados urbanos.
En suma a favor de la crisis general que afectaría a la dominación colonial a partir de las invasiones inglesas, y con mayor agudeza desde la invasión napoleónica a España, se constituyó una amplísima unidad anti peninsular, también representantes de otras potencias colonialistas que disputaban con España el control del espacio virreinal y sus riquezas, se emboscaron entre quienes constituirían el frente patriota procurando que el movimiento que se iniciaba se orientara hacia un mero cambio de amo.
La revolución y los revolucionarios:
La época de comienzos del siglo XIX estuvo fuertemente influida por las revoluciones francesa, industrial inglesa y de la independencia norteamericana y en Hispanoamérica por las insurrecciones que a partir de 1780 conmovieron la colonia, sobre todo la encabezada por Túpac Amaru, que expresó la resistencia de grandes masas de indios y mestizos, esta resistencia constituyó uno de los escalones más importantes en el camino hacia la independencia Hispanoamericana.
Túpac Amaru dirigió un movimiento de indios y mestizos pero procuro incorporar a esclavos y aun a criollos pobres, como varios curas que lo acompañaron en distintos momentos de su lucha.
Fue la última rebelión de indios y mestizos dirigida por ellos mismos, que no eran otra cosa que una muy numerosa fracción del campesinado colonial, integrado por las castas más sumergidas y explotadas.
En adelante, cuando en diversas ocasiones se sumen a la lucha libertadora solo servirán de tropa de maniobra y de carne de cañón, en el marco de las políticas orientadas por las aristocracias americanas.
En 1806, en ocasión de la primera invasión inglesa, es innegable que un grupo importante de criollos tuvo esperanzas en la posibilidad de acceder a la independencia con el apoyo de los recién llegados. Cual sería su sorpresa al constatar que los colonialistas ingleses sólo pretendían reemplazar a España en el dominio de estos territorios.
Por algo Belgrano escribía una frase que sintetiza el espíritu con que a partir de entonces los iniciadores de la actividad conspirativa antiespañola encararía la lucha contra la nueva dominación: “amo viejo o ningún amo”.
Es decir que en el marco de las invasiones inglesas, la reconquista y la defensa de 1807, se fueron conformando grupos políticos, que podían denominarse “partidos”.
De las invasiones inglesas
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