San Pedro Tlaquepaque
Enviado por blasroldan • 19 de Agosto de 2014 • 895 Palabras (4 Páginas) • 583 Visitas
San Pedro Tlaquepaque
Este viejo poblado, hoy convertido en un remanso vecinal de callejuelas y andadores es uno de los espacios para caminar, mientras se disfruta la estancia, de la zona metropolitana de Guadalajara.
Más allá de insistir en los atractivos que lo han hecho famoso, vamos a intentar descubrir lo placentero que es, precisamente, al ir descubriendo los lugares típicos en ese pequeño pueblito.
Hay una cosa que es inevitable: el traslado desde la zona centro de la ciudad de Guadalajara, será en automóvil o camión. Esto es inevitable, cierto.
En primer lugar, para conocer lo que debemos aprovechar en nuestra estancia, sepamos que San Pedro Tlaquepaque es una villa famosa por su artesanía y principalmente por el trabajo en vidrio o Alfarería. Y, sus tejidos, orfebrería y cerámica igualmente, son de fama mundial.
Visitar Tlaquepaque significa caminar con calma, pero atendiendo los detalles de cada pieza que se observa en los locales comerciales y tomando nota de lo que, en un momento dado, se convertirá en objeto de decoración del hogar o del arreglo personal.
El vidrio que podemos admirar en las múltiples formas que ha tomado en los numerosos talleres familiares de la villa, sin duda llamarán nuestra atención.
Varios colores forman la gama que se observa en vitrinas y estantes. Los hay desde los colores que imitan los Murano hasta aquello traslucidos y opacos que caracterizan a los locales.
Las figurillas de animales con sus formas figurativas que se yerguen como gallos, caballos y demás animales familiares son artesanías muy comunes y típicas. Otras son los vasos para agua con sus bordes azules y su cuerpo trasparente con burbujas. Si en San Pedro estás, pues que mejor que adquirir unos de esos vasos tequileros conocidos como “cañitas”, los cuales son apenas para uno o dos tragos, dependiendo de la tolerancia al tequila y que recuerda por su forma cónica otro de esos trozos de caña que se usaban para beber el aguardiente del agave azul, llamado científicamente tequilana weber.
Recorriendo las calles de Tlaquepaque, inevitablemente, se llegará a El Parián, centro de toda actividad en el lugar. Este edificio antiguo que antes sirvió como Mercado, funciona como el lugar de reunión de amigos y turistas. En este sitio es inevitable sentir el calor de la hospitalidad de la gente. Todos los días se puede escuchar mariachi, ya sea los que componen una variedad musical al mediodía y noche en el kiosco, organizada por los restauranteros, o aquel conjunto que se alquila para tocarle a uno, a la mesa, las canciones que uno desee.
En El Parián se puede pedir una botella de tequila, o una copa del aguardiente “nomás” para refrescar garganta. La de cerveza, del tipo de barril servida en “chabela”, que son aquellas copas cocteleras, cuya capacidad es capaz de refrescar la garganta más sedienta. Los platillos son variados
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