Venas Abiertas De América Latina
Enviado por Richard2912 • 10 de Septiembre de 2014 • 3.920 Palabras (16 Páginas) • 338 Visitas
Los factores reales de poder y la problemática salida autoritaria
por Jesús Villa
Artículo publicado el 29/05/2006
Hoy, a solo poco más de 10 años de haber sido promulgada la Constitución política colombiana de 1991, se vuelve a discutir, por diversos sectores, la necesidad de remplazarla, o, al menos de modificarla substancialmente, para que pueda responder a la situación de crisis nacional. Esto, probablemente, no pasaría de ser un capitulo más de la ya larga tradición colombiana de constitucionalismo aparente, si no fuera porque la innegable premura de una solución a las problemáticas nacionales está atravesada por un giro de la política nacional e internacional al mas simplista conservadurismo de derechas de los últimos tiempos, lo cual hace que cualquier decisión que se tome al respecto merezca, por lo menos, un mínimo de reflexión:
Por un lado, puede perpetuarse el constitucionalismo aparente, al no participar, como en anteriores ocasiones, en la elaboración de la hipotética nueva constitución, los factores reales de poder que se juegan en Colombia, lo cual, por muy avanzada que fuera el resultado formal, lo haría inoperante, y por ende, lo único que se terminaría logrando serían unos cuantos paliativos temporales y un aplazamiento de las discusiones y soluciones de fondo en beneficio de formas burocráticas de acumulación de capital vía corrupción, como viene sucedido hasta hoy.
Por otro lado, y aquí la cuestión se torna especialmente peligrosa, la unión de tendencias conservadoras de derecha en el poder y de la angustiosa urgencia de soluciones que para la mayoría de colombianos suscita la situación actual del país, puede llevar a una modificación vertical, vía plebiscitaria y con consecuencias autoritarias, de la Constitución de 1991; con lo cual, además del seguro retroceso en el garantismo constitucional de los derechos fundamentales, solo se lograría un ahondamiento de las causas estructurales de la problemática nacional.
Por esto, es esencial para el ciudadano colombiano no entregar su poder constituyente a la ligera, sin que medie en ello un mínimo de reflexión. En este orden de ideas hay por lo menos dos puntos fundamentales que deben estar presentes en cualquier reflexión de este tipo: 1) ha de tomarse en cuenta que la problemática nacional va mucho mas allá del conflicto armado y que por ende, una solución de tipo autoritario que solo toque este asunto, así se respalde en el constituyente primario vía plebiscito, es problemática tanto práctica como moralmente. 2) plantear la pregunta por el fracaso de las constituciones colombianas frente a las crisis nacionales de turno y en última instancia, el análisis de la tradición colombiana de constitucionalismo aparente, no solo puede dar pistas claras sobre las carencias prácticas del constitucionalismo colombiano, sino desmitificar a la constitución como aquella fórmula casi mágica que solucionará todos los problemas con solo promulgarla.
La problemática salida autoritaria
La situación colombiana bien puede leerse a la luz de Hobbes: hay un “estado de naturaleza” en el cual nadie tiene garantizada su vida, su seguridad, y el disfrute de los frutos de su trabajo; todos los hombres quieren a su vez poder disfrutar de estos bienes, y en aras a ello se manifiestan dispuestos a acordar una limitación reciproca de su libertad. Hasta aquí, es apenas comprensible que hoy, Álvaro Uribe sea presidente y que la tendencia a maximizar la seguridad como el principal objetivo del Estado colombiano continué. Ahora bien, hay que preguntarse si esta tendencia y el posible nuevo orden social que de ella resulte es aceptable; es decir, si bajo las condiciones reales de existencia de los colombianos, sirve efectivamente, a los autointereses razonables, a largo plazo y bien meditados de todos nosotros o, si por el contrario, es inaceptable por la falta de autonomía moral de los pactantes y por los desiguales costos y beneficios que le implicaría a los ciudadanos.
Hay que tomar en cuenta que, aunque se acepte que la legitimidad de las reglas de convivencia social se basa en el acuerdo de todos los participantes, la forma que tome este acuerdo y la manera en que cada uno participa en él, depende esencialmente de las relaciones de fuerza en que descansa la sociedad.
En el caso de una decisión plebiscitaria en torno a la forma que tomará una sociedad y por ende a: cual será la función del Estado en ella (así hipotéticamente se obtuviera una aprobación unánime), no deja de ser problemático el hecho de que la situación original de poder de los “contratantes” es desigual y que por ende, las normas de convivencia que de ello resultan exigen sacrificios desiguales a la vez que otorgan beneficios desiguales.
En Colombia, bien puede decirse que es un interés de todos la seguridad y están dispuestos a acordar su protección; sin embargo, a la luz de lo que se viene diciendo, un acuerdo, vía plebiscito, en torno a ella, deja de lado el hecho de que es la situación real de existencia de cada ciudadano lo que define, para él, qué es seguridad, qué tanto le interesa y hasta dónde esta dispuesto a sacrificar por ella.
Acordar sobre una noción de seguridad como la que hasta ahora viene manejando el actual gobierno, no significa entonces lo mismo para un industrial, para un campesino, un obrero, un ama de casa o un ganadero. Es innegable que cada uno se encuentra en una situación diferente y los beneficios y sacrificios que esa seguridad le acarreara son igualmente diferentes. Cabe preguntarse, ante de continuar con el segundo punto de reflexión, si los sacrificios que esta seguridad exigirá a los sectores menos afortunados de la sociedad colombiana, en última instancia, no ahondaran las causas estructurales de la problemática nacional.
Constitucionalismo aparente y factores reales de poder
El constitucionalismo colombiano ha sido y sigue siendo hasta hoy, un constitucionalismo aparente: pese a los avances formales y algunos reales que la Constitución colombiana de 1991 trajo con sigo, en ella, en su filosofía política y sobretodo, en los factores reales de poder que determinaron dicha filosofía se encuentra el rastro de su fracaso para solucionar la caótica situación que desde los ochentas caracteriza a Colombia; por esto, hoy un análisis de lo sucedido con la Constitución de 1991 puede servir de preparación para una reflexión en torno a las posibles salidas de la problemática nacional.
Desde la declaración de Independencia hasta hoy, se ha ensayado una cantidad bastante amplia de Constituciones (1), sin que alguna de ellas haya generado la solidez material y social que permita
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