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1-La Nación Como Novedad: De La Revolución Al Liberalismo


Enviado por   •  18 de Octubre de 2014  •  2.448 Palabras (10 Páginas)  •  523 Visitas

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La característica básica de la nación moderna y de todo lo relacionado con ella es su modernidad. El diccionario de la Real Academia Española no usa la terminología del estado, la nación y la lengua en el sentido moderno antes de su edición de 1884. Por primera vez, leemos que la lengua nacional, es “la oficial y literaria de un país y más oralmente hablada en él”. Antes de 1884, la palabra nación significaba “la colección de los habitantes en alguna pcia, país o reino” y también “extranjero”. Pero en 1884 se daba como definición “estado o cuerpo político que reconoce un centro común supremo de gobierno” y también “territorio que comprende y aun sus individuos, tomados colectivamente como conjunto”. La nación es el “conjunto de los habitantes de un país regido por un mismo gobierno. Según la Enciclopedia Brasilera, Nación es la comunidad de ciudadanos de un estado, viviendo bajo un mismo régimen o gobierno y teniendo una comunión de intereses; la colectividad de los habitantes de un territorio con tradiciones, aspiraciones e intereses comunes, y subordinados a un poder central que se encarga de mantener la unidad del grupo. Además en el diccionario de la Academia Española la versión definitiva de “la nación” no se encuentra hasta 1925, momento en que se describe como “conjunto de personas de un mismo origen étnico y que gralmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.

La palabra gobierno no va unido al concepto de nación hasta 1884. El primer significado de la palabra nación indica origen o descendencia. Para el diccionario español de 1726 la palabra patria o tierra significaba únicamente “el lugar, ciudad o país en que se ha nacido” Este sentido estricto de patria como lo que el uso español moderno ha tenido que distinguir del sentido amplio de patria chica es muy universal antes del siglo XIX, excepto entre las personas que conocieron la Roma antigua. Hasta 1925 oímos la nota emotiva del patriotismo moderno que define patria como “nuestra propia nación”. Castilla era uno de los primeros reinos europeos a los que se puede colocar la etiqueta de “estado-nación” sin que ello indique una falta total de realismo. En las lenguas romances la palabra “nación” es indígena. Evoluciona hacia la descripción de grupos autóctonos más nutridos como gremios que necesitan distinguirse de otros con los que coexisten: de ahí las “naciones” como sinónimos de extranjero.

Nación sigue siendo muy diferente en su sentido moderno. El concepto es muy joven desde el punto de vista histórico. La mejor manera de comprender su naturaleza es seguir a los que empezaron a obrar con este concepto en su discurso político y social durante la edad de las revoluciones y especialmente bajo el nombre de “el principio de nacionalidad” a partir de 1830.

El significado primario de “nación” era político. Equiparaba “el pueblo” y el estado al modo de las revoluciones norteamericanas y francesas. La nación considerada así era el conjunto de ciudadanos cuya soberanía colectiva los constituía en un estado que era su expresión política. El elemento de ciudadanía y de participación o elección de las masas nunca faltaba en ella.

La ecuación nación = estado = pueblo y pueblo soberano, sin duda vinculaba nación a territorio, toda vez que la estructura y la definición de los estados era entonces territoriales.

La Declaración de derechos francesa dice que no había ninguna relación lógica entre el conjunto de ciudadanos de un estado territorial y la identificación de una “nación” basándose en criterios étnicos, lingüísticos o de otro tipo, que permitiera el reconocimiento colectivo de la pertenencia a un grupo. La lengua no tenía nada que ver en principio con ser inglés o francés.

Si nación tenía algo en común desde el punto de vista popular-revolucionario, no era la etnicidad, la lengua y cosas parecidas. Pierre Villar lo caracterizaba a la nación-pueblo vista desde abajo era precisamente el hecho de que representaba el interés común frente a los intereses particulares, el bien común frente al privilegio. No podemos atribuir a la nación revolucionaria nada que se parezca al posterior programa nacionalista consistente en crear estados-nación para conjuntos definidos atendiendo a criterios tan acaloradamente debatidos por los teóricos del siglo XIX.

La insistencia francesa en la uniformidad lingüística desde la Rev ha sido fuerte. El uso nativo de la lengua francesa no era lo que hacía una persona fuese francesa sino la disposición a adquiría. Adquirir la lengua francesa era una de las condiciones para gozar de la plena ciudadanía francesa.

El informe de Barere: dos conceptos muy distintos de la nación: el revolucionario democrático y el nacionalismo. La ecuación ciudadano = pueblo soberano = estado constituía una nación. Después de 1870 la democratización haría que este problema de legitimidad para los gobiernos el factor central de la ecuación nación = estado = pueblo era el estado.

Gran parte de la teoría liberal de las naciones aparece en los márgenes de discursos de los autores liberales. Adam Smith: nación: estado territorial. El estado-nación tuvo una función específica en el proceso de desarrollo capitalista. Porque para el historiador es evidente el papel de las economías definidas por fronteras estatales era grande. La economía mundial del siglo XIX era internacional más que cosmopolita. El capitalismo se originó como sistema mundial en un solo continente y no en otra parte. El desarrollo económico en los siglos XVI-XVIII se basó en los estados territoriales, cada uno de los cuales tendía a seguir políticas mercantilistas como un conjunto unificado. Cuando nos referimos al capitalismo mundial en el siglo XIX y comienzos del XX, hablamos en términos de las unidades nacionales que lo componían en el mundo desarrollado: de la industria británica, la economía norteamericana. Durante el prolongado período que va del siglo XVII a los años que siguieron a la segunda guerra mundial, en la economía mundial parecía haber poco espacio y pocas posibilidades para aquellas unidades auténticamente extraterritoriales, transnacionales o intersticiales que habían desempeñado un papel tan importante en la génesis de una economía mundial capitalista y que hoy día vuelven a ser tan prominentes.

La economía política clásica se había formulado como crítica del “sistema mercantil, es decir, justamente del sistema en el cual los gobiernos trataban las economías nacionales como conjuntos que debían desarrollarse por medio del esfuerzo y la política del estado. La teoría económica se elaboró exclusivamente basándose en unidades de empresas individuales. El límite era el mercado mundial. El crecimiento económico,

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