Liberalismo
Enviado por rocafraga • 30 de Junio de 2011 • 3.710 Palabras (15 Páginas) • 3.627 Visitas
LIBERALISMO
Doctrinario económico, político y hasta filosófico que aboga como premisa principal por el desarrollo de la libertad personal individual y, a partir de ésta, por el progreso de la sociedad. Hoy en día se considera que el objetivo político del neoliberalismo es la democracia, pero en el pasado muchos liberales consideraban este sistema de gobierno como algo poco saludable por alentar la participación de las masas en la vida política. A pesar de ello, el liberalismo acabó por confundirse con los movimientos que pretendían transformar el orden social existente mediante la profundización de la democracia. Debe distinguirse pues entre el liberalismo que propugna el cambio social de forma gradual y flexible, y el radicalismo, que considera el cambio social como algo fundamental que debe realizarse a través de distintos principios de autoridad.
El desarrollo del liberalismo en un país concreto, desde una perspectiva general, se halla condicionado por el tipo de gobierno con que cuente ese país. Por ejemplo, en los países en que los estamentos políticos y religiosos están disociados, el liberalismo implica, en síntesis, cambios políticos y económicos. En los países confesionales o en los que la Iglesia goza de gran influencia sobre el Estado, el liberalismo ha estado históricamente unido al anticlericalismo. En política interior, los liberales se oponen a las restricciones que impiden a los individuos ascender socialmente, a las limitaciones a la libertad de expresión o de opinión que establece la censura y a la autoridad del Estado ejercida con arbitrariedad e impunidad sobre el individuo. En política internacional los liberales se oponen al predominio de intereses militares en los asuntos exteriores, así como a la explotación colonial de los pueblos indígenas, por lo que han intentado implantar una política cosmopolita de cooperación internacional. En cuanto a la economía, los liberales han luchado contra los monopolios y las políticas de Estado que han intentado someter la economía a su control. Respecto a la religión, el liberalismo se ha opuesto tradicionalmente a la interferencia de la Iglesia en los asuntos públicos y a los intentos de grupos religiosos para influir sobre la opinión pública.
A veces se hace una distinción entre el llamado liberalismo negativo y el liberalismo positivo. Entre los siglos XVII y XIX, los liberales lucharon en primera línea contra la opresión, la injusticia y los abusos de poder, al tiempo que defendían la necesidad de que las personas ejercieran su libertad de forma práctica, concreta y material. Hacia mediados del siglo XIX, muchos liberales desarrollaron un programa más pragmático que abogaba por una actividad constructiva del Estado en el campo social, manteniendo la defensa de los intereses individuales. Los seguidores actuales del liberalismo más antiguo rechazan este cambio de actitud y acusan al liberalismo pragmático de autoritarismo camuflado. Los defensores de este tipo de liberalismo argumentan que la Iglesia y el Estado no son los únicos obstáculos en el camino hacia la libertad, y que la pobreza también puede limitar las opciones en la vida de una persona, por lo que aquélla debe ser controlada por la autoridad real.
Después de la edad media, el liberalismo se expresó quizá por primera vez en Europa bajo la forma del humanismo, que reorientaba el pensamiento del siglo XV para el que el mundo (y el orden social), emanaba de la voluntad divina. En su lugar, se tomaron en consideración las condiciones y potencialidad de los seres humanos. El humanismo se desarrolló aún más con la invención de la imprenta que incrementó el acceso de las personas al conocimiento de los clásicos griegos y romanos. La publicación de versiones en lenguas vernáculas de la Biblia favoreció la elección religiosa individual. Durante el renacimiento el humanismo se impregnó de los principios que regían las artes y la especulación filosófica y científica. Durante la Reforma protestante, en algunos países de Europa, el humanismo luchó con intensidad contra los abusos de la Iglesia oficial.
Según avanzaba el proceso de transformación social, los objetivos y preocupaciones del liberalismo evolucionaron. Pervivió, sin embargo, una filosofía social humanista que buscaba el desarrollo de las oportunidades de los seres humanos, y así también las alternativas sociales, políticas y económicas para la expresión personal a través de la eliminación de los obstáculos a la libertad individual.
LIBERALISMO EN MÉXICO
Melchor Ocampo fue un ideólogo del liberalismo que culminó con las Leyes de reforma. Enemigo de la dictadura de Santa Anna, experimentó el destierro en Nuevo Orleans, donde se reunió con otros destacados liberales como Benito Juárez. Fruto de esta relación es una carta que el Archivo General de la Nación resguarda.
Un breve resumen de la carta de Benito Juárez, José María Gómez y José María Mata:
“Señores don Melchor Ocampo y don Ponciano Arriaga, los que suscribimos, deseosos de cooperar al triunfo dela guerra que han emprendido nuestros compatriotas para destruir la ominosa dominación del General Santa Anna, hemos acordado unánimemente trasladarnos al campo de la revolución para allí prestar los servicios que estén a nuestro alcance, para el logro de tan sagrado objeto.
Ustedes también sufren la cruel persecución que el opresor de México hace a todo hombre honrado. La madre Patria llora y pide socorro contra el verdugo que la oprime y le desombra
El General Santa Anna ha cerrado de nuevo las puertas de la Patria que ofrece abrirnos a condición de que nos humillemos a jurarle obediencia y a sancionar con nuestro juramento la injusticia que ha hecho, y sobre nuestras desgraciadas familias y los demás actos criminales y atentatorios de su administración.”
Benito Juárez. José María Gómez. José María Mata.
Economía en el porfiriato
Si bien el gobierno de Díaz no permitió la libre expresión de los mexicanos ni su participación en los asuntos políticos, durante el Porfiriato hubo importantes logros en la economía nacional.
Inmediatamente se puso en práctica el lema de “poca política y mucha administración”, de tal manera que en tan sólo diez años se logró equilibrar el presupuesto del gobierno, es decir, nivelar lo que gastaba con lo que recibía. Para conseguirlo se controlaron estrictamente los gastos, se mejoró el cobro de los impuestos, se buscaron inversiones del extranjero y aumentaron las exportaciones de los productos mexicanos.
En los últimos once años del Porfiriato el gobierno logró reunir una reserva de 86 millones de pesos, cantidad con la que nunca antes se había contado. Con ese dinero se realizaron importantes obras en las
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