Liberalismo
Enviado por evega397 • 12 de Junio de 2012 • 834 Palabras (4 Páginas) • 469 Visitas
EL LIBERALISMO.
El modo liberal de entender la política es particularmente celoso con respecto al mantenimiento de un ámbito privado, en el que cada cual ha de poder disponer de un derecho a la intimidad, frente a un ámbito público, en el que los asuntos comunes han de ser sometidos a una discusión racional y abierta.
En cuanto a las relaciones entre el liberalismo y la democracia, recordemos que Ortega y Gasset afirmó que son dos respuestas a distintas preguntas: la democracia responde a la pregunta: « ¿Quién debe ejercer el poder?»; mientras que el liberalismo responde más bien a esta otra: « ¿Cuáles deben ser sus límites?». En efecto, la democracia es un concepto que, en principio, sólo implica la participación del pueblo en las decisiones políticas, pero no contiene, de suyo, una limitación de los poderes del Estado para prevenir posibles abusos de su propio poder. En este sentido, una democracia puede cometer excesos que nunca serían aceptables desde el punto de vista liberal. El liberalismo entiende la democracia, no como un fin en sí misma, sino como medio para una mejor preservación de los derechos constitucionales de los individuos (el Estado de Derecho).
EL TOTALITARISMO.
El totalitarismo no es una ideología, es un instrumento de la cual una ideología puede
valerse para imponer una visión de la sociedad como única y total. Debido que esta visión se
impone de manera total, la disidencia debe ser acallada, deslegitimada, reprimida y en última
instancia eliminada. Los grupos más vulnerables son los que se saben críticos de siempre, a
saber los círculos intelectuales y los medios de comunicación. Es por ello que no importando la
ideología, siempre habrá un intento de controlar los medios; la relación poder totalitario-medios
bajo un régimen totalitario es un asunto de grado desde mediante la autocensura, la censura o
completa prohibición de la prensa libre. Asimismo, los vehículos culturales han ido desde las
catalogaciones oficiales como “arte degenerado” o “arte burgués” pasando por ataques más
abiertos como “muera la inteligencia, viva la muerte” y la quema de libros catalogados en
índices hasta la franca persecución del intelectual. No ha importado el signo del régimen
totalitario, la expresión es la misma.
Asimismo, el gobierno del terror no como una amenaza explícita de violencia por parte del
Estado, sino como una justificación de la necesidad del Estado siempre vigilante. Los
gobiernos totalitarios no gobiernan a través del miedo a la represalia sino a través del miedo a
peligros internos o externos. Imbuir el miedo en una sociedad pasa por etapas desde las más
crudas como lo es la máxima de Goebbles “una mentira repetida mil veces se convierte en
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