12 De Octubre
Enviado por mauritosl • 4 de Diciembre de 2014 • 482 Palabras (2 Páginas) • 396 Visitas
El sonido agudo de las espadas afiladas introduciéndose en la carne aborigen es un sonido que aún retumba a lo largo de nuestra América. El eco de los arcabuces se repite una y otra vez, desde el Caribe, hoy tan turístico, sube hacia las tierras Aztecas para bajar hasta el altiplano donde se hace eterno y repercute en cada uno de nuestros pensamientos.
Por tan solo un momento arrojemos el diccionario de la Real Academia Española hacia el olvido y démosle una definición americana al oro y a la plata. Según el glosario ibérico el oro es un metal escaso en la corteza terrestre, que se encuentra nativo y muy disperso, al igual que la plata, que tiene una sonoridad particular, muy dúctil y variable y buen conductor del calor y la electricidad. Sin embargo, ante nuestros ojos son sinónimo de dolor, de sangre, de sufrimiento, de angustia, de padecimiento. A la vez que han sabido despertar las más sensibles de las ambiciones de aquellos que llegaron bajo la bandera de la civilización.
Muchas veces no logramos comprender la importancia de ésta fecha para el mundo entero, o por lo menos nos resulta complicado desde nuestra cotidianeidad. Darnos cuenta que esto significó el fin de una edad y el comienzo de otra, el fin de la edad media y el comienzo de la moderna en términos del viejo mundo. A la vez que significó el ocaso de momentos de paz y el alba del sufrimiento en términos aborígenes.
Una vez que realicemos este ejercicio mental de comprensión de las magnitudes y consecuencias que nos dejó como legado el mundo europeo enarbolando la bandera del progreso, recién ahí seremos capaces de tomar consciencia colectiva y empezaremos a respetar como se debe a las comunidades de pueblos originarios que han sido exterminados impunemente bajo las órdenes de un rey omnipresente, que actuó como un cuasi dios haciendo y deshaciendo bajo la mirada cómplice de una Iglesia Católica temerosa de su propia destrucción, que veía en el protestantismo un oponente que despertaba sus más sensibles miedos. De todas maneras, la santa inquisición siguió actuando y respondió con sangre y muerte a los temores que crecían de sus propios cimientos.
En fin, nuestra tarea como seres humanos, como ciudadanos y como futuros docentes es mantener viva la llama del fuego aborigen, ese que ilumina el sendero de la igualdad y la inclusión. Pero la historia sucede y es imposible volver el tiempo atrás, el exterminio ya sucedió y el indio olvidado nos observa desde un rincón.
Por eso, encarguémonos del aborigen de hoy en día, de los que aún habitan en el norte de nuestro país, también en el sur y sin dejar de lado a aquellos del conurbano bonaerense o de cualquier otro núcleo poblacional. En torno a esto no existe utopías, nuestros anhelos pueden convertirse en algo tangible con la ayuda de un Estado cada vez más presente.
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