18 Brumario

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades

División de Estudios Históricos y Humanos

Departamento de Historia

EL DIECIOCHO BRUMARIO DE LUIS BONAPARTE

Historia e Historiografía del Umbral de la Historia Científica

Alumna: Mitzi Ariadna Torres Venegas

Profesor: Fco. Javier Moreno

22 noviembre 2012

El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte

En 1789, con la Asamblea nacional tomando posesión del poder en Francia, se inició la revolución francesa, es decir la Auténtica Revolución. Los asesinatos se cometían con un fin político, cercenar la cabeza de un aristócrata no implicaba matar un hombre, implicaba culminar una línea histórica.

La conclusión de la revolución fue la posesión de Napoleón como presidente en 1799 y su destitución en 1815, cerró completamente el periodo histórico. A continuación las revoluciones de 1830 y 1848 continuaron con el siglo de sangre iniciado por Bonaparte, la historia de Francia en el siglo XIX se escribió con pólvora y reconstrucciones a las constituciones que se presentaron con cada revolución; en 1830 se presentó como solución cambiar una casa monárquica por otra, junto con las barricadas en 1848, los obreros tuvieron la oportunidad de tomar el poder y, durante las jornadas de Julio, probablemente lo hicieron, pero al recuperar la normalidad entregaron todo a la Burguesía que tomó las riendas en otro sentido del que querían los rebeldes.

Estos datos son necesarios para el estudio que presenta Carl Marx en su libro “El XVIII Brumario de Luis Bonaparte”, pues de ellos se parte para todas las explicaciones.

Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa. (Marx 17). A partir de esta frase, continúa Marx sobre las revoluciones de 1830 y de 1848.

La primera sobre Carlos X como el último resquicio de la monarquía autocrática francesa, la posesión de tierras como la fuente de riquezas; y la segunda a Luis Felipe, como un falso intento de control burgués, el capital como centro del poder político y económico. Los dos, sin embargo, con el nombre de la realeza apoyando sus decisiones, la casa de Orleans y la casa de Borbón intentaron mantener el control estatal a pesar de las revueltas pero finalmente la monarquía quedó derrocada en Francia.

A partir de estos hechos se producen personajes “nuevos”, el partido de la Montaña aparece en la columna política de París exigiendo la retirada de Luis Bonaparte del poder –debido a su abuso al internarse en guerra para recuperar Roma, a pesar de las dos leyes que había impuesto la Asamblea Nacional (Francia no entrará en una guerra por otros países y el presidente debe tomar cualquier decisión bélica con el parlamento), sin tomar en cuenta al parlamento–, amenazando, además, con un levantamiento en armas que jamás llegó. La Asamblea Nacional no prestó atención a los reclamos de la Montaña dejando que saliera del parlamento. Simultáneamente muestra la aparición de la socialdemocracia con el nombre de la Montaña, la pequeña burguesía: en febrero de 1849 se festejó con banquetes la reconciliación. Se esbozó un programa común, se crearon comités electorales comunes y se proclamaron candidatos comunes.

A las reivindicaciones sociales del proletariado se les limó la punta revolucionaria y se les dio un giro democrático; a las exigencias democráticas de la pequeña burguesía se les despojó de la forma meramente política y se afiló su punta socialista.

Así nació la socialdemocracia, (Marx

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