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1864 Pasteur


Enviado por   •  4 de Marzo de 2013  •  927 Palabras (4 Páginas)  •  706 Visitas

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1864. LA REFUTACION FINAL DE LA IDEA GENERACION ESPONTANEA

Avanzado ya el siglo XIX, la controversia sobre la idea de la generación espontánea continuaba en ebullición. Esta larga polémica había sido iniciada por Jan van Helmont (1577-1644) con un experimento de generación espontánea. Más tarde, Francisco Redi (1626-1697) había logrado la refutación de la generación espontánea en gusanos. La polémica se había reabierto con Antoni van Leeuwenhoek (1632-1723) y sus microorganismos que parecían aparecer por generación espontánea bajo el microscopio. En 1768, Spallanzani, dudando de los resultados de los últimos experimentos que apoyaban la generación espontánea, que habían sido realizados en 1748 por John Needham (1713-1781), repitió los pasos de Needham y pudo concluir que la generación espontánea no se producía. Las controversias aún continuaron y en 1858 todavía quedaban dudas. Es en ese entonces que Louis Pasteur (1822-1895) entra en la escena de esta encendida y antigua polémica. En 1864, la discusión acerca de la generación espontánea de los microorganismos se había vuelto tan fogosa que la Academia de Ciencias de París ofreció un premio para los experimentos que arrojaran nueva luz sobre el problema. Los experimentos debían hacerse en el Museo de Historia Natural con requisitos claramente establecidos. Los partidarios de la generación espontánea tenían sus propios programas preparados y se retiraron en actitud de protesta. Solo quedó Louis Pasteur (1822-1895) para realizar las investigaciones. Pero si los partidarios de la generación espontánea hubieran realizado las experiencias, Pasteur habría perdido el debate. Pasteur usaba agua de levadura para sus cultivos mientras que su contendiente más feroz, Félix-Archimède Pouchet (1800-1876), utilizaba agua de heno, que hoy sabemos que contiene gérmenes que no mueren a 100 °C y que se desarrollan ante la entrada de una pequeña cantidad de oxígeno. Este hecho, como veremos, le habría otorgado el triunfo en la compulsa. Tiempo después Pasteur descubrió que si no se alcanzaba una temperatura de 120 °C no había seguridad de matar a todos los gérmenes. Este descubrimiento determinó que, a partir de ese momento, el autoclave –un instrumento que permite alcanzar el punto de ebullición a temperaturas mayores de 100 ºC– pasara a ser un elemento indispensable para la antisepsia. Pasteur advirtió la necesidad, no sólo de usar un autoclave, sino también de esterilizar al fuego los instrumentos y los aparatos que se utilizaran. Para destruir todos los gérmenes, era necesario pasar los instrumentos por la llama, que los eliminaría más fácilmente mientras más secos estuvieran. Llamativamente, a pesar de los contundentes resultados de Pasteur, la victoria de los detractores de la idea de la generación espontánea aún no era completa. Poco tiempo después de la muerte de Claude Bernard (1813-1878), la Revue Scientifique publicó artículos de su autoría sobre el proceso de fermentación. Pasteur sostenía que la fermentación

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