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30 años De Malvinas.


Enviado por   •  26 de Octubre de 2012  •  776 Palabras (4 Páginas)  •  402 Visitas

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Próximos a las tres décadas de la guerra de las Malvinas, una reflexión fecunda exige pensarla en toda su singularidad. Único episodio bélico en el que la Argentina se involucró desde el siglo XIX, fue disparado a partir de una invasión decidida por la dictadura militar más cruenta de nuestra historia y acompañado por una sociedad imbuida del espíritu de las "guerras justas". En la aventura se conjugaron mezquinas motivaciones políticas de corto plazo con convicciones territorialistas profundamente arraigadas en los argentinos, que aprendieron en la experiencia que sus imágenes del mundo y de la propia Argentina poco tenían que ver con la realidad.

La guerra de Malvinas debe ser condenada sin cortapisas. Como argentinos, desaprobamos que el 2 de abril haya sido declarado "Día del veterano y los caídos en la guerra en Malvinas" como si esa efeméride conmemorativa pudiera ocultar que, feriado mediante, es la causa Malvinas la que se está reivindicando, como si fuera una causa justa pero "en manos bastardas". La elección del 2 de abril es, en verdad, un ejemplo claro de la ambigüedad oficial que en relación a la guerra mantuvo la democracia y que se agravó en los últimos años. Por un lado, no se deja de execrar a la dictadura pero, por otro, se instituye la recordación de esa guerra como parte de una justicia que implica aceptarla en nuestra historia como episodio positivo a ser rescatado más allá de lo que pretendían sus ejecutores.

Precisamente el 2 de abril, día de la invasión a las islas, fue el momento culminante de aquella tragedia, ya que lo demás se dio por añadidura. Ese movimiento ilegal en arreglo al derecho internacional y criminalmente irresponsable en términos del valor de la vida humana no permite hablar, estrictamente, de una derrota. Esa invasión fue celebrada por la Argentina. El nacionalismo territorial cristalizado en Malvinas se aunó con el deseo de un país entero de concretar un logro después de tantos golpes y tantos sinsabores, para organizar una fiesta de la que poquísimos se sustrajeron.

De derecha e izquierda, muchos sostienen hoy que al haberse regado el suelo del archipiélago con sangre de argentinos el cultivo de la causa Malvinas se hace obligatorio. Es, otra vez, el empleo del conocido mecanismo del mandato. En este caso, se trata de otra perla del nacionalismo territorial: al sacralizar la tierra regada con sangre perdemos la libertad de elegir, nos debemos a ella y no a nuestros valores y a nuestras preferencias, ya que es la tierra la que está cargada de valores.

También se atribuye a los soldados y oficiales que allí murieron una condición heroica. No se trata de negar que muchos de ellos hayan tenido, en lo personal, comportamientos heroicos (muchos fueron ejemplarmente solidarios con sus compañeros), pero sí de resistirse a que su memoria sea objeto de manipulación cuando

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