APROXIMACION DE LOS PUEBLOS INDIGENAS
Enviado por lili.adelis • 30 de Septiembre de 2014 • 2.894 Palabras (12 Páginas) • 279 Visitas
APROXIMACION Y COLONIALISMO DE LOS PUEBLOS INDIGENAS
Antes de la invasión, el continente americano era habitado por seres humanos iguales unos a otros a pesar de las castas sociales. A estas personas que habitaron miles de años estas tierras, sin tener ningún tipo de contacto con el hombre blanco en todo este tiempo se los conoce como aborígenes.
A través de esta investigación, se tratará de demostrar cómo con la invasión del continente, por parte del conquistador europeo, el aborigen se transformó en indio, y hoy es él mismo quien creará al nuevo indígena americano.
Al llegar el invasor europeo a un continente casi virgen y tomar contacto con los aborígenes que lo habitaban, se inició el proceso de estructuración del indio, primero como ser infrahumano, casi animal, como inferior. Ese mismo etnocentrismo llevó al conquistador a negar y esconder el desarrollo, los pensamientos y virtudes de los pueblos y civilizaciones americanas.
Pero es en la actualidad, cuando el antiguo indio subordinado del imperio mercantil y del capitalismo después, está de pie luchando por su dignidad, elevando la figura de sus ancestros, desistiendo de vivir la historia de Europa para reconstruir en forma continua la propia, luchando por demostrar que no son una raza débil que va extinguiéndose.
LOS PUEBLOS AMERICANOS ANTES DE LA INVASIÓN
Los pueblos que habitaban América antes de la conquista habían alcanzado a desarrollar sociedades urbanas, mientras que otros sólo practicaban una agricultura simple o se dedicaban a la caza y la recolección.
Los mayas, aztecas e incas construyeron complejas obras de riego, aplicaron técnicas agrícolas y organizaron estados teocráticos. También inventaron un calendario de 365 días (mientras que Europa se guiaba por el gregoriano, menos exacto que el maya) y un alfabeto. Pero quizás, lo que más se destaca sea la ciudad de Teotihuacán que en el año 500 d.C. era la ciudad más grande del mundo con 200.000 habitantes.
Hasta la invasión, los aborígenes se aseguraban los alimentos y los bienes necesarios para vivir a través de relaciones de reciprocidad y redistribución. La primera, consistía en la práctica de la solidaridad y ayuda mutua entre los miembros de la comunidad. Se ayudaban entre sí a cultivar y a cosechar. Mientras que la redistribución, consistía en el cobro de fuertes tributos en productos y en trabajo que eran contabilizados para determinar en qué zonas sobraban o faltaban alimentos para luego distribuirlos en las poblaciones más necesitadas. Esto confirma el espíritu comunitario de los pueblos aborígenes americanos.
LA COLONIZACIÓN IBERICA
Al llegar el invasor ibérico con toda su maquinaria bélica y su ideología despectiva de superioridad, comienza a construir al "indio" como ser inferior, bárbaro.
Por lo general, antes de la conquista de América, el conquistador hacía suya la cultura del conquistado, al mismo tiempo que enriquecía la de éste. Todo lo contrario ocurrió en América, el conquistador y el conquistado se presentan como oposiciones cerradas, imposibles de sintetizar. El conquistador no quiere ser asimilado, pero tampoco asimilar. Busca imponerse manteniendo su propia identidad, no quiere ser identificado con los hombres y pueblos que ha sometido. Los conquistadores ibéricos trataron de imponer su cultura y de extirpar la aborigen, ya que era vista como "demoníaca".
Los europeos no pudieron desarraigar la cultura aborigen, pese a que destruyeron templos, dioses y otras expresiones culturales. Debido a este fracaso, se planteó otra estrategia: la cristianización.
Los ibéricos intentaron buscar una justificación filosófica y moral para la conquista. La encontraron en Aristóteles que decía: "Algunos seres desde el momento en que nacen, están destinados, uno a obedecer y otros a mandar". Según esta visión, no todos los hombres son iguales, sino distintos por naturaleza.
Aristóteles afirmaba: "La naturaleza... hace distintos los cuerpos de los hombres libres y de los esclavos, dando a éstos el vigor necesario para las obras penosas y haciendo a los primeros incapaces para los trabajos duros". O sea, que los indios sabían hacer, estaban capacitados, pero no sabían cómo; quien se lo debía decir era el europeo.
Ante todo esto, la iglesia católica creía que los errores paganos debían ser desarraigados y la verdad cristiana impuesta a toda costa. Hubo numerosos teólogos, como Juan Guinés de Sepúlveda, que estuvieron de acuerdo con la conversión forzada de los indios, mientras que otros como Bartolomé de Las Casas, sólo aceptaban la persuasión como único medio para la evangelización. Pero nadie reconoció en aquella época el derecho de los indígenas a mantener su propia religión.
Juan Guinés de Sepúlveda decía que los indios no fueron creados por Dios y que no son personas ya que viven fuera de la "ley natural", debido a su comportamiento. Dicha ley establece que lo perfecto domina a lo imperfecto, por lo que, la supuesta superioridad de los españoles será el derecho a dominar y a conquistar al indígena.
Sepúlveda también afirmaba que los aborígenes estaban mucho más abajo que lo humano, cercano a lo animal. Decía que eran débiles, cobardes, tímidos y carecían de virtud.
Todo lo contrario pensaba Bartolomé de Las Casas, que creía que, si bien el indio era débil, también era un hombre y como tal, ante los ojos de Dios, era igual que un español, por lo cual este último debía cuidarlo y educarlo.
Pero más allá de estas teorías, lo que ocurrió en América fue un verdadero genocidio seguido de un fuerte etnocidio, muy importante para la construcción del indio como ser inferior.
Es relevante tener en cuenta que en 1.492, la cultura ibérica no era necesariamente moderna y racionalista, ni tampoco quienes manejaban el aparato colonizador; ni los invasores, eran precisamente una luminaria, sino más bien, estaban influenciados por la religión y la intolerancia que se desprendía de ésta, debido a lo cual sólo podían mirar a los indios a través de su estrecho prisma cultural. Los indios tenían que ser convertidos a la religión verdadera, pero a cambio de su oro y sus tierras. En caso de la más mínima resistencia se recurría a la violencia.
Esto ocurría con vertiginosa frecuencia, ya que los conquistadores justificaban a través de la religión la explotación, la esclavitud y los malos tratos.
Toda esta violencia y esta masacre terminó por convertir a los aborígenes en indios, ya que ellos mismo se convencieron de la pseudosuperioridad del europeo. Las atrocidades realizadas por estos últimos no se pueden explicar solo por la codicia y el poder, sino también por una construcción
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