Adolfo Lopez Mateos

ADOLFO LÓPEZ MATEOS (1RA PARTE)

En 1958 El péndulo de la política volvió a oscilar, a un presidente austero debía seguir un presidente expansivo, a un Adolfo viejo un Adolfo joven, Adolfo López Mateos un hombre hecho mucho más para la diplomacia que para los fríos cálculos de la política, un hombre amoroso, viajero, bohemio, un orador como los antiguos, de Gran cabellera y de palabra Florida, su biografía sigue hasta hoy envuelta entre las brumas, hoy las recordamos acompáñanos.

 En 1958, Adolfo López Mateos se convirtió en el primer presidente campeón de oratoria en la historia de México, era un nombre parecido y muy Carismático, aprovechó su voz como arma política, las mujeres que fueron muy importantes en su vida, entre ellas su madre de quien heredó un cierto gusto por las artes y su hermana Esperanza de ideas liberales, quién fue una influencia central de sus años de juventud, nadie sabe a ciencia cierta su lugar y fecha de nacimiento y muchas veces a lo largo de su vida utilizo por razones prácticas o de conveniencia política, distintas actas de nacimiento, pero lo más probable es que el cuarto hijo del dentista Mariano López y la profesora Elena Mateos haya nacido en Atizapán de Zaragoza el 26 de mayo de 1909, su familia era una familia muy estresada, muy Modesta, muy mexicana, de clase media, siguiendo el denominador común a otros presidentes de México, la infancia de López Mateos que está marcada por la ausencia del padre, la madre Elena Mateos era hija del abogado liberal José perfecto Mateo y su familia estaba vinculada con el célebre periodista y político Francisco Zarco, uno de los grandes liberales del siglo XIX, Elena había publicado en su juventud un libro de poesía “corazón de cristal” pero después por la estrechez económica en que vivían, limito su vocación a escribir suaves epístolas a sus hijos para no tener que reprenderlos en persona, la dirección de un asilo por el rumbo del Atlas Pana en la Ciudad de México y la ayuda de Mariano el hijo mayor le permitieron sostener a la familia, quizá la mayor afición de doña Elena era la ópera a la que asistía puntualmente con sus hijos, Adolfo tuvo una niñez y juventud bastante pobres, pero pudo inscribirse en el colegio francés, posteriormente el licenciado Narciso, destacado político liberal de la llamada generación de 1915, Le consiguió una beca para entrar a la escuela nacional preparatoria.

Esa época Lombardo Toledano, Mira directo a la preparatoria durante 1923 y ocasiono la huelga preparatorias de Inditec que fue muy famosa, se ocasionó entre Lombardo Toledano y José Vasconcelos, ya que había una diferencia de tipo  filosófico. Mateos entro a la preparatoria en 1022 y en 1923 acompaño a varios estudiantes a ver a Vasconcelos, para pedir que facilitara locales para las escuelas nocturnas, estuvo en la UEOC (Unión de Estudiantes de Obrero y Campesino). Y fue encargado de la delegación de México.

En 1926 ingresó como interno al instituto científico y literario de Toluca, en esa época, salvo muchas materias mediante exámenes extraordinarios y las razones de su inconstancia no son misteriosas. El joven López Mateos amaba demasiado la oratoria, el campismo y el amor.

Tenía gran interés por la cultura física, el deporte era una de las aficiones que compartía con su hermana Esperanza unos años mayor, lo acompañó muchas veces en sus salidas a practicar el montañismo, pero el gran amor de Esperanza era la literatura. Una mujer que amaba con sinceridad la literatura y una mujer que realmente tenía una historia literaria muy importante, trabajaba también como secretaria de Sr. Ben Traven, un escritor que vivía entonces en Chiapas, entonces la maestra Esperanza López Mateos los daba con un entusiasmo inaudito las lecciones de la literatura española. Entre Adolfo y Esperanza había una relación muy cercana bueno se convirtió en un contrapunto, en el futuro tomarían caminos distintos, ella como luchadora social él con el hombre del sistema.

Enamorado y seductor las mujeres no resistían los encantos del joven Adolfo, las palabras eran su mejor arma como las declaraba al oído o por cartas a su novia  Celestina Vargas, quien Seguramente se derretía al escucharlo, era simpático, de una risa perfectamente preciosa. En su juventud Adolfo deslumbró a muchas mujeres escribiéndoles poemas, aunque algunas veces con versos poco felices.

En una entrevista con su esposa Eva, el periodista Jacobo Zabludovsky leyó fragmentos de un poema de juventud, que dice así “campos sembrados de verdes cañas, que dan ahora mazorcas rubias, que maduraron las frescas lluvias y los riachuelos de las montañas, serán cortadas por nuestras manos, grandes mazorcas de blancos granos, que cultivamos con mil sudores los afanosos trabajadores, las llevaremos a nuestras chosas por la vedera y por el atajo, y al ver el fruto que da el trabajo, nuestras familias serán dichosas, por la vedera llena de flores cuando terminen los labradores, van camino de sus hogares con sus sonrisas y sus cantares.

En 1925 conoció a la joven Eva Sámano, maestra de profesión, de religión protestante y alumna de la normal de maestros, Adolfo la recogía todos los días y cuando no podían verse, se enviaban recado con un método bastante peculiar.

Su ímpetu bastante Galante y la manera que tenía de comportarse con las mujeres era lo caracterizaban y distinguida, se podría pensar que le interesaba más la bohemia que la política, incluso cuando ya era director del Instituto científico y literario de Toluca no dejaba lucir sus dotes de galán conquistador.

El noviazgo con Eva Sámano, duró 12 años y terminó en matrimonio, insistencia de doña Elena con su hijo, antes durante y después López Mateos tuvo amoríos.

Además de carismas López Mateos tenía un don muy apreciado la oratoria desde muy joven en Toluca Adolfo había mostrado cualidades para el género pero fue A mediados de 1929 en el marco del Campeonato de oratoria Distrito Federal cuando su vocación se reveló Cómo había superado la edad límite para entrar al concurso le pidió ayuda al general Carlos Rivapalacios, entonces  gobernador del estado de México, quien ordenó que se extendiera un certificado, y con ese certificado se presento al concurso y ganó el concurso de oratoria en la preparatoria.

En junio de ese mismo año hablo del idioma castellano, y dijo transcido de fervor, es lengua de bronce, lengua de campañas y de cañones, Pero también es lengua de oro y de plata, que ha traducido los éxtasis místicos y religiosos amorosos de una raza, en este segundo certamen a nivel nacional y al parecer por una decisión arbitraria de los jueces, le dio el segundo lugar, pero sus compañeros lo pasearon en hombros, declarándolo triunfador. Adolfo ganó muchos concursos y Don Carlos Rivapalacios, muy inteligente, lo llevo de su secretario, empezó a hacer los discursos políticos y de ahí nació una transformación y se integro a la política del Estado y de la Nación, y para el fue un triunfo.

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