Alejandria
Enviado por lia15 • 11 de Mayo de 2014 • 2.760 Palabras (12 Páginas) • 217 Visitas
La Biblioteca Real de Alejandría o Antigua Biblioteca de Alejandría, fue en su época la más grande del mundo. Situada en la ciudad egipcia de Alejandría, se estima que fue fundada a comienzos del siglo III a. C. por Ptolomeo I Sóter, y ampliada por su hijo Ptolomeo II Filadelfo, llegando a albergar hasta 900.000 manuscritos. Una nueva Biblioteca Alejandrina, rememorando la original y promovida por la Unesco, fue inaugurada el 16 de octubre de 20021 en la misma ciudad.
Cuando el califa Omar hacía referencia a la Biblioteca de Alejandría, manifestaba: «Si no contiene más que lo que hay en el Corán, es inútil, y es preciso quemarla; si algo más contiene, es mala, y también es preciso quemarla».2 Se carece de testimonios precisos sobre sus aspectos más esenciales, y no se han encontrado las ruinas del Museo, siendo las del Serapeo muy escasas. Para algunos escritores latinos, la Gran Biblioteca fundada por los Ptolomeos apenas resultó afectada en el incendio provocado por las tropas de Julio César en 48 a. C. Probablemente, ya había desaparecido en el momento de la dominación árabe, aunque algunos escritores comentan que el califa Umar ibn al-Jattab ordenó la destrucción de millares de manuscritos. Independientemente de las culpas de cristianos y musulmanes, el fin de la biblioteca debe situarse en un momento indeterminado del siglo III o del siglo IV, quizá en 273, cuando el emperador Aureliano tomó y saqueó la ciudad, o cuando Diocleciano hizo lo propio en 297. La biblioteca-hija del Serapeo, sucesora de la Gran Biblioteca, fue expoliada, o al menos vaciada, en 391, cuando el emperador Teodosio el Grande ordenó la destrucción de los templos paganos de la ciudad de los Ptolomeos.
Desde el siglo XIX, los eruditos han intentado comprender la organización y estructura de la Biblioteca, y se ha debatido mucho sobre su final. Los conocimientos sobre la Biblioteca, cómo fue, cómo trabajaron sus sabios, el número exacto de volúmenes e incluso su misma situación, son todos muy escasos, ya que muy pocos testimonios hay al respecto, y aún éstos son esporádicos y desperdigados. Los investigadores y los historiadores de los siglos XX y XXI han insistido en que se ha formado una utopía retrospectiva en torno a la Biblioteca de Alejandría. No hay duda de que la Biblioteca existió, pero apenas hay certezas en lo escrito sobre ella. Se han hecho centenares de afirmaciones contradictorias, dudosas o simplemente falsas, realizando suposiciones a partir de muy pocos datos que, la mayoría de las veces, son sólo aproximaciones.
Índice [ocultar]
1 La Biblioteca en la Antigüedad
1.1 Organización
1.2 Los libros
1.3 Los bibliotecarios
1.4 Los sabios
1.5 Testimonios
2 Destrucción
2.1 Atribución del incendio a Julio César
2.2 Supervivencia de la Biblioteca
2.3 Los desastres de los siglos III y IV
2.4 Los cristianos
2.5 Los musulmanes
3 La Biblioteca en el siglo XX
4 Véase también
5 Notas y referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
La Biblioteca en la Antigüedad[editar]
Ptolomeo II, impulsor de la Biblioteca.
La Gran Biblioteca de Alejandría, llamada así para distinguirla de la pequeña o biblioteca-hija del Serapeo, fue fundada por los primeros Ptolomeos con el propósito de ayudar al mantenimiento de la civilización griega en el seno de la muy conservadora civilización egipcia que rodeaba a Alejandría. Si bien es cierto que el traslado de Demetrio de Falero a Alejandría (en el año 296-295 a. C.) está relacionado con la organización de la Biblioteca, también es seguro que al menos el plan de esta institución fue elaborado bajo Ptolomeo Sóter (muerto alrededor de 284 a. C.), y que la finalización de la obra y su conexión con el Museo fue la obra máxima de su sucesor, Ptolomeo II Filadelfo. Como Estrabón no hace mención de la Biblioteca en su descripción de los edificios del puerto, parece evidente que no estaba en esta parte de la ciudad; además, su conexión con el Museo permitiría ubicarla en el Brucheion, el distrito real situado en el noreste de la ciudad.
Este santuario acogía un pequeño zoológico, jardines, una gran sala para reuniones e incluso un laboratorio. Las salas que se dedicaron a la biblioteca acabaron siendo las más importantes de toda la institución, que fue conocida en el mundo intelectual de la Antigüedad al ser única. Durante siglos, los Ptolomeos apoyaron y conservaron la Biblioteca que, desde sus comienzos, mantuvo un ambiente de estudio y de trabajo. Dedicaron grandes sumas a la adquisición de libros, con obras de Grecia, Persia, India, Palestina, África y otras culturas, aunque predominaba la literatura griega y helenística.
La biblioteca del Museo constaba de diez estancias dedicadas a la investigación, cada una de ellas dedicada a una disciplina diferente. Un gran número de poetas y filósofos, que llegaron a ser más de cien en sus mejores años, se ocupaban de su mantenimiento, con una dedicación total. En realidad se consideraba el edificio del Museo como un verdadero templo dedicado al saber.
Se sabe que desde el principio la biblioteca fue un apartado al servicio del Museo. Pero más tarde, cuando esta entidad adquirió gran importancia y volumen, hubo necesidad de crear un anexo cercano. Se cree que esta segunda biblioteca (la biblioteca hija) fue creada por Ptolomeo III Evergetes (246-221 a. C.), y se estableció en la colina del barrio de Racotis (hoy llamada Karmuz), en un lugar de Alejandría más alejado del mar; concretamente, en el antiguo templo erigido por los primeros Ptolomeos al dios Serapis, llamado el Serapeo, considerado como uno de los edificios más bellos de la Antigüedad. En la época del Imperio romano, los emperadores la protegieron y modernizaron en gran medida, incorporando incluso calefacción central mediante tuberías con el fin de mantener los libros secos en los depósitos subterráneos.
Los redactores de la Biblioteca de Alejandría eran especialmente conocidos en Grecia por su trabajo sobre los textos homéricos. Los redactores más famosos generalmente llevaron el título de bibliotecario principal.
La diversidad geográfica de los eruditos muestra que la Biblioteca era de hecho un gran centro de investigación y aprendizaje. En 2004, un equipo egipcio encontró lo que parece ser una parte de la biblioteca mientras excavaba en el Brucheion. Los arqueólogos descubrieron trece salas de conferencias, cada una con un podium central. Zahi Hawass, el presidente del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, calcula que en las salas excavadas hasta ahora se habría podido acoger a unos 5.000 estudiantes,3 lo que indica que era una institución muy grande para
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