Alemania

La economía de Alemania no siempre ha sido lo que es hoy. En la primera parte del siglo XIX, era un país casi completamente agrícola, enfocado en la cosecha de centeno. Sin embargo, cuando llegaron los 1850s y 60s, tuvieron una época de crecimiento económico como nunca antes. Crearon una industria poderosa parecida a la de los Estados Unidos y antes de que hubiera pasado el primer cuarto del siglo XX, ya habían dejado a Inglaterra atrás. Este crecimiento fue debido a la consolidación de varias industrias, entre ellas las más importantes siendo las de carbón, ferrocarriles, e instituciones bancarias como bancos y casas de préstamos. Un problema por la cual no había crecido Alemania hasta entonces fue que sus leyes no lo permitían. Seguían en lugar las leyes feudales, que limitaban la capacidad de los emprendedores, y no permitían que el terreno se vendiera a precios que fueran rentables para los negocios. Algo que les ayudo, después de deshacerse de estas leyes, fue que permitían que hubiera empresas más pequeñas que funcionaban al mismo tiempo que las empresas grandes, ya que había leyes “anti-trust”, es decir, a contra de monopolios. Sin embargo, las empresas más grandes utilizaron modeles que tenían éxito en otras partes del mundo: U.S. Steel, fundado por Andrew Carnegie (cuya familia es de las más prósperas en los Estados Unidos), tuvo un modelo que se enfocaba en la organización y estructuración de la empresa, para tener mayor rendimiento. Este modelo fue aplicado muy exitosamente en Alemania entre 1910-1930. Después de la primera guerra mundial, Alemania quedó en bancarrota. La situación económica era tal que la gente llevaba bolsas de dinero para poder comprar su despensa. Aquí fue donde entró el notorio Adolfo Hitler, a restaurar su economía, algo que hizo muy (algunos dirían demasiado) bien. Hoy día su economía es la más fuerte de todos los países en la UE, con un PIB de 13 trillones USD.

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