Algo Del El Hombre De La Rosa

Mientras se encontraba de misión en un lugar llamado Osorno, un hombre misterioso le pide que le permita confesarse, y le asegura que conoce todos los secretos de la magia negra, por lo que el religioso lo reprende.

Tras hacer un trato casi imposible de cumplir para el hombre aquel que aseguraba conocer y haber practicado la magia negra, éste se compromete a llevar ante el religioso un ejemplar de una rara especie de rosa que solo se encontraba en la ciudad de Santiago, pero mientras se encuentra recluido en la celda del sacerdote, bajo llave. alcabo de una hora.

Intrigado por lo que estaba ocurriendo, el padre Espinoza entra sigilosamente a su cuarto, donde encuentra el cuerpo del hombre decapitado, aunque no ve rastros de sangre la cabeza estaba cortada sin esfuerzo, sin desgarraduras, finamente. Se veían las arterias y los músculos, palpitantes, rojos; los huesos blancos, limpios; la sangre bullía allí, caliente y roja, sin derramarse, retenida por una fuerza desconocida.. Antes de salir, clava un alfiler en la planta del pie del hombre que yacia en la mesa decapitado.

Pasada la hora convenida, regresa a la celda, y ahí el hombre le entrega la rosa. En su cuello el sacerdote ve una cicatriz reciente. Y cuando el sujeto le cuenta que se espinó al tratar de tomar la rosa, el padre le dice que la razón de su cojera no es una espina, sino el alfiler que él había clavado en su pie.

Sin embargo, la realidad era que el sacerdote tenía en sus manos la rosa que le había pedido al hombre. Finalmente, libre ya de sus culpas, el sujeto decide unirse al padre Espinoza en su labor evangelizadora.

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