Ana Bolena
Enviado por makuz • 18 de Octubre de 2011 • Tesis • 962 Palabras (4 Páginas) • 639 Visitas
Ana Bolena, la cabeza más hermosa de Inglaterra
Bella y mártir. Acusada de adúltera por su marido, el rey Enrique VIII, fue decapitada. El soberano se casó con ella para que le diera un hijo varón, pero el vástago murió a los pocos días.
POR JUAN ANTONIO CEBRIÁN
Se preparó para ser una de las reinas más recordadas de su país. Bella, inteligente, ambiciosa y con gran sentido de Estado, se mantuvo al lado de su rey en una de las decisiones más trascendentales en la historia de Reino Unido. Nacida en 1507 en Rochford Hall (condado de Essex). Era hija de sir Thomas de Boleyn y lady Isabel Howard, futuros vizcondes de Rochford y condes de Wiltshire y Ormonde. La pequeña inició su formación intelectual en la previsión de casarse algún día con alguien vinculado a las posiciones más elevadas de los estamentos aristocráticos. Ana poseía notables facultades para algunas disciplinas y, en este sentido, cabe destacar su hábil manejo de las artes escénicas. Siendo apenas adolescente declamaba con virtuosismo, interpretaba con pasión a los personajes teatrales del momento y recitaba poesía con su voz modulada y encantadora.
Con 12 años de edad fue enviada a Francia, donde permaneció tres años instalada en la corte del rey Francisco I convirtiéndose, gracias a su belleza y dulzura, en una de las damas de compañía predilectas de la reina Claudia. Sin embargo, en 1521 fue llamada para ocupar su sitio natural en la corte del rey Enrique VIII de Inglaterra. Precisamente, en una reunión social donde actuó como actriz ante el soberano, se produjo uno de los flechazos más célebres de la Historia. Dicen que el orondo Enrique quedó subyugado ante el delicioso rostro de la doncella, no tardando en otorgar títulos y prebendas a la familia Boleyn en el intento de paralizar el inminente noviazgo de Ana con el guapo Henri Percy, rico heredero del condado de Northumberland.
Ella era el “glamour” personificado. Llamaba mucho la atención su esmerado vestuario, en el que siempre predominaban vestidos con mangas muy largas. Este detalle estético no sólo realzaba su estilizada figura, sino que además disimulaba los seis dedos que tenía en una de sus manos. Otro aspecto peculiar de la futura soberana era que poseía tres pechos, aunque éste extremo nunca se llegó a confirmar del todo.
La llegada de Ana Bolena a Londres fue espectacular. Los comentarios sobre su hermosura y refinada educación corrieron de boca en boca por las estancias palatinas. Pronto, el mismísimo monarca se fijó en ella para deleite de todos que veían en esa pareja la encarnación de las máximas aspiraciones británicas en clara contraposición al matrimonio del Tudor con la española Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos. Por entonces, Enrique VIII y su primera esposa habían sido padres de una niña a la que llamaron María y que, en principio, a la espera de un
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