Anahi

Nuestra naturaleza cada vez más deteriorada y agredida hace que reflexionemos sobre nuestra inteligencia que cada día es más perfecta, pero ¿en realidad lo es? Viendo nosotros las consecuencias de nuestro supuesto mundo tan “maravilloso” que hemos creado. Al parecer solo notamos lo malo que hacemos cuando sus consecuencias nos afectan directamente. No nos fragmentamos para conocer el mundo solo vivimos en pro de un mundo mejor o ¿una vida propia mejor? Sin importar lo que pase con los demás.

El ser humano siempre cree saberlo todo o saber más que otro y puede que esto sea así, pero dentro de todo ese conocimiento, el comprender las cosas como realmente son va más allá de saberlo todo va en el haber vivido o en haber sentido o simplemente en hacer parte de lo que sabemos, integrándome a esto con un acto creativo profundo con mundos paralelos que nos dan respuestas pero que implica un esfuerzo por comprender.

En el mundo hay tantas personas capacitadas para hacer y deshacer, pero cuantas de esas personas saben a conciencia que hay más allá de lo que vemos o por que las cosas son como son o cómo funcionan, el capacitar es un complemento más no es algo completo.

El silencio es la otra forma del lenguaje no utilizada ala que todos huimos, es la forma de comunicarnos algo que con palabras seria perturbador. Cuando el silencio nos invade es el momento donde el comprender todo se nos hace más fácil.

Es preciso aclarar que quien sabe exactamente que quiere y hacia dónde va es aquel que no descubrirá nada porque solo tiene presente donde comienza todo y donde termina.

¿Quién en esta vida no quiere ser una persona íntegra? Todo aquel debe aprender a estar a la deriva pero alerta, esto quiere decir sin marcarnos un rumbo fijo pero siempre pendientes de lo que pueda pasar descubriéndonos a nosotros mismos a lo cual le tememos así como a nuestra realidad cada vez más lejana

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