Analisis Micerino y su esposa

MICERINO Y SU ESPOSA

El arte egipcio engloba el conjunto de arquitectura, pintura, escultura y otras artes aplicadas al periodo del antiguo Egipto, desde la prehistoria hasta la conquista romana el 30 a.C.

Fue un periodo largo que abarcó aproximadamente 3000 años. Su localización geográfica entorno al río Nilo y demás barreras naturales, mantenían a este arte aislado de influencias externa; por lo que durante todos los años este fue un arte que mantuvo los cánones habituales, con una unidad de estilo continua. Este arte está muy vinculado a la religión y la vida de ultratumba, muy vinculado a exaltar las figuras de los faraones que creían que además se reencarnaban en dioses. Es por ello por lo que les dedicaban una serie de ofrendas para asegurar el sustento en aquella vida eterna que les esperaban tras su muerte. Para ello, además, recurrían a las momificaciones para conservar los cuerpos en sus mejores condiciones y con sus mejores cualidades y así el ‘Ká’ (alma) pudiera volver al cuerpo y reconocerlo una vez hubiera fallecido. Este ritual procede del mito de Osiris, un dios egipcio que fue el primer momificado de Egipto. Además, para asegurarse su tránsito a la eternidad, existían como ya he dicho antes una serie de ofrendas, que es lo que conocemos comúnmente como ajuares funerarios, repletos de objetos valiosos que le habían pertenecido en vida y con incluso alimentos.

En cuanto a sus formas estilísticas, respondían a las bases de hieratismo, es decir, inexpresividad en sus rostros, no existía movimiento pues se aludía a la completa armonía, y no se representaba la realidad tal y como era, sino que lo hacían de un modo idealizado. El objeto de este arte era representarlo de tal manera que asegurase una eternidad. Es un arte que busca la finalidad y que a su vez está expuesto a completa servidumbre del estado, siendo por tanto autores anónimos los que realizaban estas obras.

Como podemos observar, este es un grupo escultórico formado por la figura del faraón Menkaure y su esposa Khamerer-Nebty. Este ha sido pulido en piedra diorita y tiene una altura de 139 cm. Se trata de una escultura tallada pulimentada para darle un resultado aún más definido, pero si nos fijamos detenidamente, vemos como es la cabeza y el torso han quedado en un acabado perfecto, mientras que el resto del cuerpo de las figuras no, por lo que podemos intuir que el rey pudo haber fallecido antes de que esta misma fuera acabada.  Esta obra data aproximadamente del 2548 a.C, perteneciente a la IV Dinastía, por lo tanto podemos situar esta obra dentro del período del Imperio Antiguo, un momento en el que el Alto y el Bajo Egipto aparecen unificados por la figura del faraón.  La piedra ha sido tallada como ya he dicho, pero no ha sido policromada pues presenta el color natural de esta misma y parece ser un altorrelieve pues sobresalen de un soporte, a pesar de que esté casi en toda su totalidad fuera de ella, no se llega a desprender.

Respecto al tema representado, observamos al faraón y a su esposa, muy relacionado y casi con las mismas características del grupo escultórico ‘Triada de Mikerinos’’. En cuanto al faraón, se percibe como la encarnación de Egipto y propio hijo de los dioses, velando por el bienestar y cubriendo las necesidades de la civilización en base a las voluntades divinas. Este lleva adornada su cabeza con un Klaft que busca la evocación de los rayos del Sol (para los egipcios el Sol y el Nilo eran los puntos que marcaban el curso de la vida) y además lleva la barba Osiriaca que simboliza la fuerza del Faraón.

El Faraón se encuentra en una postura totalmente rígida, sin presentar ningún tipo de movimiento ni expresión, es decir permanece en una postura hierática, aludiendo a mantener el Ká unido al cuerpo con el ánimo de asegurarse una vida eterna plena tras la muerte. Los brazos permanecen pegados completamente al cuerpo, la cabeza es recta, el gesto es rígido y  la mirada es totalmente frontal, es decir, se mantiene la ley de la frontalidad. El pie izquierdo aparece adelantado, con alusión al avance, funcionando como una alegoría al curso natural de las cosas y de la vida. Este afán por idealizar al faraón y llenarle de tanta carga simbólica se debía a que este mismo se nombraba como divinidad en la tierra, como sumo representante divino. La esposa, aparece abrazada al cuerpo de su esposo, aludiendo probablemente a la importancia del matrimonio y a la unión de estos. Además, ella también tiene adelantado el pie izquierdo, aunque Micerinos se adelanta ligeramente sobre la figura de su esposa haciendo hincapié en la jerarquización de poder entre ambos.

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