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Angeles Del Abismo


Enviado por   •  4 de Junio de 2014  •  2.819 Palabras (12 Páginas)  •  459 Visitas

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“ÁNGELES DEL ABISMO”

Destinos cruzados

Introducción

El descubrimiento de un nuevo mundo, la colonización, parecen hechos tan lejanos pero que hasta la fecha siguen afectando nuestra vida diaria.

“Ángeles de abismo” es una novela excelente para imaginar la vida cotidiana de algunos habitantes de la nueva España, pero mas que ayuda a hacer una comparación con la vida cotidiana de la actualidad, ¿Qué tantos cambios ha habido? ¿Cuáles son las cosas que siguen iguales? Yo pienso que son mas de las que parecen.

Resumen

El autor relata una faceta de la vida de dos niños: Crisanta y Tlacotzin. La niña era castiza y el niño indígena, aparentemente ambos tenían casi la misma edad, calculo que entre 12 o 13 años.

Crisanta era hija de un carpintero que trabajaba para una compañía de teatro fabricando tramoyas, vivían en la pobreza ya que el poco dinero que tenían el se lo gastaba en la bebida, era por eso que Crisanta nunca tenia ropa ni zapatos nuevos. Su madre, Dorotea, había sido actriz en alguna ocasión pero la abandono a ella y a su padre cuando apenas era una bebe, esto para fugarse con otro tipo. Su padre, Onesimo, aun le guardaba rencor, pero no sabían que había sido de ella.

Pro esta razón Onesimo agarro odio por el teatro, ya que pensaba que todas las celebridades eran como Dorotea, por esta razón no permitía que su hija se acercara al teatro. Lo cual para ella era un castigo: le encantaba ver las obras de la compañía teatral y cada que podía se escapaba para ver los ensayos a escondidas, es mas su sueño era poder actuar en alguna de ellas.

“La amiga”, este era el nombre de la pobrecita escuela de Crisanta, en donde las alumnas recibían un trato de acuerdo a si pagaban o no la colegiatura.

A Crisanta no le gustaba su escuela, pero en fin tenia que asistir. Un día, pese a las advertencias de su padre decidió ir a ver el ensayo de una obra que estaba preparando la compañía.

La actriz principal se llamaba Isabela Ortiz y Crisanta la admiraba mucho, tan contenta estaba viendo el ensayo que llego dos horas tarde, por suerte su padre seguía en la cantina y su casa se hallaba sola. La niña quiso jugar a ser Isabela Ortiz, y se puso una peineta de su madre en el pelo y comenzó a recitar frente al espejo sin darse cuenta de la llegada de su padre, quien venia cayéndose de borracho. Cuando Onesimo la vio la confundió con Dorotea la insulto, la golpeo y abuso de ella.

En otra región de la Nueva España vivía Tlacotzin, sus dos padres eran indígenas pero tenían creencias diferentes, mientras que su padre Axotecatl se aferraba a seguir creyendo en los dioses antiguos, su madre Ameyali, trataba por todos los medios de bautizarlo con un nombre cristiano.

Tlacotzin solía salir a cazar aves con su padre, quien era demasiado estricto y casi nunca le demostraba cariño, en cambio su madre lo trataba con mucho amor. Desde varios días atrás Tlacotzin y su padre trabajaban en la elaboración de un mosaico de plumas con la figura de Huitzilopochtli, lo cual Tlacotzin mantenía en secreto para su madre por órdenes de Axotecatl.

Un día Axotecatl levanto a su hijo por la noche, lo monto en una mula y juntos se internaron en el bosque. Tlacotzin no entendía nada de lo que ocurría pero por temor a su padre no se atrevía a preguntar. Llegaron a una cueva y Tlacotzin bajo de la mula, adentro había tres personas entre ellas una mujer de mayor edad llamada Coanacochtli.

La cueva estaba adornada con figuras de deidades aztecas incluyendo el mosaico de plumas que habían hecho padre e hijo. Las cuatro personas adultas fumaron de una caña humeante y llevaron a cabo un ritual para que el alma de Tlacotzin se salvara, bailaron y mataron a una codorniz y con su sangre mojaron una figura de Huitzilopochtli que era de maíz, del cual, aunque con asco, tubo que comer un trozo Tlacotzin.

En la madrugada Axotecatl y los otros tres se quedaron dormidos, en eso llego Ameyali a buscar a Tlacotzin, el se sorprendió pos su llegada pero se fue con ella quien le dijo que había llegado justo a tiempo ya que su padre quería sacrificarlo. Ameyali llevo a Tlacotzin al templo para que fuese bautizado por el fraile Gil.

Mientras tanto Onesimo se confesaba por el pecado cometido contra su hija y cumplía la penitencia dictada por el padre.

Crisanta se había vuelto una niña triste y sin interés en nada. Pero lo que sucedió tuvo un punto a su favor este fue que Onesimo tuvo un cambio radical, ya no se emborrachaba, trabajaba mas y por consiguiente había mas dinero para comprar comida, zapatos y ropa.

Al poco tiempo se mudaron de casa y Crisanta acudió a una nueva escuela que era de monjas. Onesimo cambio de trabajo y empezó a fabricar ataúdes para la iglesia con lo que empezó a ganar mucho mas dinero. El único problema desde el punto de vista de Crisanta era que su padre le había pedido perdón al padre, a dios, a la virgen, y a todos los santos como cinco veces, y a ella, la única victima, ni siquiera una sola vez.

Lo único que logro devolver la sonrisa a la cara de Crisanta fue que en su nueva escuela las monjas organizaban obras de teatro, y gracias a su esfuerzo ella consiguió el papel principal de la próxima obra, donde representaría el papel de una santa. La única dificultad era ensayar en casa sin que su padre se diera cuenta. Un día en que Onesimo no estaba ella se pinto la cara de blanco y las sienes de rojo para darle mas vida a su ensayo, pero su padre llego antes de lo esperado y Crisanta hizo lo primero que se le ocurrió: fingió que tenia un arrobo, oraba y hablaba con dios como si no existiera nada mas, Onesimo se lo creyó todo y fue corriendo por unas vecinas para que presenciaran la escena, ellas cayeron como moscas también, gracias a la buena actuación de Crisanta.

Al mismo tiempo Tlacotzin permanecía en el convento para aprender el catecismo. Al principio se había sentido solo pero ya se estaba acostumbrando, era un estudiante ejemplar y aprendía rápidamente, fray Gil era una motivación para el ya que era muy honesto y devoto a dios.

A Tlacotzin lo habían bautizado con el nombre de Diego y gracias a su buen desempeño fray Gil lo acogió rápidamente como su pilguanejo o ayudante y se lo llevo a vivir a su celda que parecía ser la más inhóspita de todo el convento. Fray Gil se privaba de todos los placeres que pudieran existir por que decía que la persona que se aleja del mundo se acerca a dios.

Era tal la exageración del fraile que solo se bañaba tres veces al año, dormía en un petate con agujeros, echaba a perder la sazón de la comida a propósito y se desvelaba cada que había oportunidad.

Poco tiempo después la iglesia organizo una búsqueda para encontrar a los indígenas

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