MIGUEL ANGEL ROJAS: UN TRANSGRESOR NECESARIO

Es bastante difícil encontrar en Colombia espacios que se dediquen al arte, y mucho menos que lo aborde de una manera reflexiva. Los eventos de arte suelen no tener mayor repercusión y generalmente son cubiertos por la prensa a manera de relleno o dentro de una raquítica sección cultural.

En este ensayo se tratará de abrir un espacio de difusión, a la vez que crítico a una de las ramas del arte que más auge ha tenido en los últimos tiempos: la fotografía. Pero no abordado desde una óptica general, sino a través de un personaje colombiano de alta significancia en este aspecto artístico y referente de la fotografía a nivel latinoamericano, el prolífico Miguel Ángel Rojas.

Rojas ha llevado a lo largo de su vida y de su obra un pensamiento de carácter visual que a través de sus trabajos fotográficos se ha preocupado por mostrar la inestabilidad de la naturaleza y del comportamiento humanos, ligado a la falta de balance que existe entre la moral sexual pública y la que en realidad se vive en el día a día de la gente en común.

Desde sus inicios la obra de Rojas ha tratado de romper con los paradigmas, especialmente aquellos relacionados con el sexo, a través de su obra. Es claro que sus referentes se remontan a su niñez y a su adolescencia en donde de manera no siempre pasiva, trataba de explorar y reconocer su identidad sexual, criticando de manera abierta el hecho de que no siempre el acto carnal, no era tratado de una manera ampliamente pública y masiva, y menos aún, que se tratase dentro de los espacios aún muy convencionales en su tiempo, de tipo artístico y con connotaciones culturales. Al crear su personaje de Paquita en sus inicios relata el autor que: “Es como una metáfora del mito de la búsqueda de la satisfacción sexual que es peligrosísimo. Ya en ese momento sabía que no encajaba en el medio y que no iba a crecer dentro de la normalidad. Por eso me volví artista. Porque su ser mismo es el de ir en contra de lo establecido” .

Se reconoce que en todo caso, que el artista ha intentado ir en contra de la corriente que se presenta dentro de su entorno temporal, es decir esta fuera de su tiempo y no sigue los moldes que se imponen dentro del fragor mercantilista que suele a veces apoderar se del arte: “Hubiera podido dedicarme a hacer grabados, que en los 70 se vendían muy bien, pero mis decisiones de trabajo siempre han sido de romper con lo que ya he hecho previamente. En consecuencia, me fui por la fotografía, que en ese momento era considerada como un trabajo puramente documental” .

Rojas suele en su trabajo utilizar símbolos cuya consecuencia lógica es la de prácticamente borrar, como si fuera tragado por un monstruo gigantesco, los modelos culturales impuestos; en este proceso de eliminado de facto, lleva a cabo una expropiación de los valores y los transplanta a otras esferas, en donde el criticismo social siempre ha sido su camino. Rompe con las jerarquías y destruye y reconstruye la simbología de su entorno. El crítico Eduardo serrano al respecto se refería a una de sus obras así: "Presentaba un dibujo de unas botas negras y aftas, realísticamente concebido, meticulosamente elaborado, y franco y agresivo en su temática sexual, puesto que las gotas de "colbón" sobre las puntas de las botas eran clara referencia a una masturbación reciente .

Hacer una recorrido por la obra de Miguel Ángel Rojas es también recorrer ambientes en donde existe un predominio por la actitud estética, abundante, selecta y franca a los cambios, refleja la naturaleza del arte colombiano, que en los últimos lustros le ha permitido entrar y salir con éxito a la esfera internacional. La obra de Rojas está libre de prejuicios de las impredecibles y variables tendencias y corrientes a las que está sujeto el arte contemporáneo sin perder de vista su realidad local. Según el artista: “La libertad me lleva a rechazar las fórmulas, de allí mi interés por plantear litada trabajo independientemente del resto, y también de ello la utilización de varios medios y procedimientos. El común denominador se encuentra en mi propia realidad, en la información y en mi propio criterio”

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