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Antecedentes Del Derecho Economico


Enviado por   •  9 de Julio de 2014  •  1.726 Palabras (7 Páginas)  •  338 Visitas

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ANTECEDENTES DEL DERECHO ECONÓMICO DURANTE EL IMPERIO ROMANO

Las primeras investigaciones sobre el derecho Económico las encontramos en los libros de cuentas de la época romana. Aparecen por primera vez las primeras fuentes jurídicas con expresiones como "codex" "tabulae" "acepti et expensi" "liber rationum" y "Volumina rationum" entre otras.

 

No es fácil de precisar para los historiadores actuales el contenido y significado de estas expresiones figuradas dentro del contexto de la época ya que se carece del marco histórico en el que figuran.

La mayoría de estos aceptos corresponden a términos bancarios procedentes de esta actividad económica bancaria que perduró durante la República o durante el Principado y seguramente bastantes siglos después.

Nace por tanto el antecedente de la contabilidad. se registraban todo tipo de cambios patrimoniales y gestiones de bienes ajenos. Los banqueros ejercían su profesión basándose fundamentalmente en la confianza pública.

a Roma Imperial es siempre foco de interés por las raices latinas de nuestra cultura. Los aspectos económicos y financieros de la vida bajo el Imperio romano son, quizás, los menos conocidos, pues las intrigas palaciegas, las guerras y conquistas fácilmente captan nuestro interés y constituyen espisodios apasionantes de la historia universal. Sin embargo, la economía bajo el imperio romano está plagada de curiosidades e interesantes paralelismos con la actual, algunos de cuyos ejemplos veremos en este breve artículo.

Desde el punto de vista tributario, en Roma se habla del erario público, lugar situado en el Templo de Saturno en el que se guardaba el Tesoro del Estado. Éste estaba compuesto por los tributos que se recogían, bien por imposición fiscal, bien por el clientelismo de los pueblos sometidos a Roma. También recogia botines de guerra y donaciones, aunque los primeros normalmente se aplicaban tanto al pago de las tropas como al enriquecimiento de los generales. Cuanto mayor fue la necesidad de mantener tropas estables, menos dependía su sostenimiento de los botines de guerra y sí de emolumentos prefijados, que fueron aumentado paulatinamente. La lealtad de las Legiones se compraba con riquezas, hasta el extremo de que hubo rebeliones por el simple hecho del retraso en las pagas. Algún emperador fue designado por ofrecer más que nadie en la subasta del cargo realizada por la guardia pretoriana.

Legionarios (siglo I)Las clases más altas, como los senadores, equites y, en general, quienes no pertenecían a la plebe, no desarrollaban el comercio ni por supuesto la actividad financiera, y si acaso se beneficiaban de estas no era por sí, sino aplicando sus fortunas a estos negocios a través de libertos o plebeyos, clases que se dedicaban a estos menesteres como propios de su condición. En los últimos momentos de la existencia del Imperio, el desclasamiento era generalizado, habiendo accedido a la ciudadanía personas de toda procedencia y condición, por lo que el ejercicio del comercio era una actividad que bien podía ser ejercida por cualquiera.

Las sociedades mercantiles propiamente dichas no existían, y las que había se basaban en las personas que se agrupaban con algún fin comercial pero sin constituir una personalidad jurídica independiente de ellas. Una de las formas societarias más avanzadas era las Sociedades de Argentarii, o sociedades financieras, en las que la responsabilidad solidaria de todos los miembros es una de sus señas características, a diferencia de otras sociedades mercantiles en las que la responsabilidad de cada uno se obtenía por la división de la responsabilidad común. Otra característica importante de las sociedades de Argentarii era el minucioso registro contable exigido a las mismas y la fé pública que hacía esta contabilidad a la hora de demostrar ante los magistrados las deudas contraídas a la sociedad por un determinado deudor de la misma. Los Numerarii ejercían el cambio de moneda y era frecuente verlos en las inmediaciones de las legiones romanas, en las que ejercían tanto éstos como otros comerciantes y cambistas incluso la tarea de liquidar en efectivo las compras de objetos provenientes de los botines de guerra, encargándose de su traslado para su posterior colocación en los mercados.

Miliorensis (moneda de plata), de Constantino IEl préstamo a interés y el depósito de efectivo eran prácticas comunes en Roma. Tanto es así que uno de los deudores más famosos fue Julio César, el mayor deudor privado de los últimos tiempos de la República, deudas que pudo con creces enjugar con los botines obtenidos en las Galias, y que le permitieron pagar favores, construir templos y comprar voluntades, algo en lo que los romanos fiaban más que en el mero convencimiento espiritual, dado el sentido práctico de su cultura.

La actividad económica del Estado influía con evidencia en el bienestar general, pues la constante construcción de obras públicas, además de proporcionar progreso material, mejorar las comunicaciones, y por ende el comercio, o la salud pública, era una fuente dinamizadora de la economía y del empleo, si así se le puede denominar, pues aunque la mayor parte de los trabajos más duros eran desempeñados en régimen de esclavitud, bien es cierto que múltiples ramas de la artesanía, la arquitectura y el arte precisas para llevarlas a cabo estaba en manos de libertos o plebeyos, algunos de los cuales pasaron a formar

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