Antropologia Criminal
Enviado por ulmarc • 17 de Julio de 2014 • 2.030 Palabras (9 Páginas) • 1.004 Visitas
La Antropología Criminal
de Cesar Lombroso
INTRODUCCION
Este informe se ha realizado con la finalidad de conocer algunos de los aspectos de las teorías del maestro de la criminología Cesar Lombroso, cuya base fundamental radica en la Antropología Criminal. Para Lombroso el delincuente es el eslabón perdido pues en la evolución de la especie, el simio se convierte en hombre, pero queda un pequeño espacio que es en donde entra el hombre delincuente, este es un ser que no llego a evolucionar adecuadamente, por lo mismo se quedo en una etapa intermedia entre el simio y el hombre.
Lombroso sostuvo que el criminal tenia ciertas características faciales y que podía ser reconocido como tal por sus rasgos, que esto era hereditario y que se nacía criminal los rasgos eran: cara asimétrica con ojos y orejas situados a diferente altura, nariz torcida y boca irregular frente estrecha, orejas grandes y sobresalientes, o mas pequeñas de lo normal, cejas pobladas que a menudo se unen sobre la nariz, mandíbula poderosamente desarrollada, de forma simiesca, nariz respingada que muestra las fosas nasales, barba rala y desigual, cabello abundante, oscuro y con dirección de crecimiento regular, poca sensibilidad al dolor y agregó rasgos sociales como hablar en argot y tatuarse.
Veremos que algunas de estas teorías fueron rechazadas por completo por otros estudiosos de la materia, pero existen algunas que siguen teniendo una gran influencia en el estudio de la Criminología actual.
Escuela positiva o positivismo criminológico
La Escuela Positiva estudia el delito no como ente jurídico, como una infracción a la ley del Estado, sino que sostiene que el delito es un ente de hecho, es decir, estudia al delito como un hecho fenomenal humano anormal para una sociedad determinada (sin importarle si va en contra de la ley).
El positivismo criminológico sostiene que la pura consideración del delito como un ente jurídico, resulta ineficaz para luchar contra las causas del delito. En consecuencia es necesario, no fijarse tanto en la ley, porque el mundo de la delincuencia no está regido por el principio de la responsabilidad personal frente al derecho, fundada en el libre albedrío, ni por el de la casualidad, sino que se basa en el factor causal, que es el modo de ser del delincuente, como también en la influencia del medio ambiente. Esto implica que para la Escuela Positiva el que delinque no posee libertad, está fatalmente determinado a delinquir.
Partiendo de la teoría de que el ser humano nace con una predisposición para el bien y para el mal, por tanto para el crimen, la corriente del positivismo significó la aplicación científica a la criminología. Creen los positivistas que el delincuente nace ya con una serie de alteraciones congénitas, que evolucionan posteriormente de distinta forma.
Lombroso, al que se considera el padre del positivismo, supuso un hito en el siglo pasado con su obra "El hombre criminal" o el criminal nato. Este investigador efectuó un análisis antropológico a un grupo de delincuentes ejecutados a muerte, encontrando en ellos determinadas malformaciones craneales, que fueron comparadas con seres primitivos, estableciendo una conexión directa entre dichas malformaciones craneales y determinados tipos de una desviada personalidad.
El interés científico de Lombroso por las taras genéticas hereditarias ó congénitas que había visto en locos y delincuentes alterados fue llevándole gradualmente a la idea de que debía existir una relación de carácter biológico entre la degeneración y los instintos perversos ó destructivos; un tendencia innata malvada ligada a la estructura física y psíquica, que se manifiesta hasta en la fisonomía. Lombroso establece una antropología criminal centrando su atención en caracteres somáticos y biológicos.
Lombroso, quien pertenecía a la llamada escuela de antropología criminal, establece el concepto de criminal atávico, según el cual el delincuente representaba una regresión a estados evolutivos anteriores, caracterizándose la conducta delincuente por ser innata. Este criminal atávico podía ser reconocido debido a una serie de estigmas físicos o anomalías, como por ejemplo, el excesivo desarrollo del cerebelo, asimetría del rostro, dentición anormal, y lo que se considera como la característica más atávica en los criminales, a saber, un hoyuelo en medio del occipital. En su tesis, como ya se ha dicho anteriormente, se considera al criminal como una subespecie anormal del género humano y esta subespecie estaría compuesta por una serie de tipos criminales, como los asesinos, los ladrones, las prostitutas, etc.; todos con características morfológicas comunes pero también propias que los diferencian del resto.
Las modernas legislaciones contienen medidas de seguridad que continúan presuponiendo la existencia de personalidades defectuosas de índole biológica patológica. Por ello la medida de seguridad se aplica al individuó atendiendo a su anormalidad e implica en su tratamiento la consideración de carácter irreversible de la anomalía, lo que se traduce en el carácter totalmente indeterminado de la medida. Lo obvio y evidente de todo esto, es lo que las teorías de Lombroso establecen un derecho penal de autor y no de hechos. Es decir, que se va a juzgar a un individuo según su peligrosidad social, basándose en la subjetiva apreciación del juez y no en los actos que este hubiese cometido, no importa que tanto infringiste la ley, si es que la infringiste, simplemente se te criminaliza, porque tu existencia es considerada nociva por el Estado. Cuando lo justo sería que se te juzgase por los delitos cometidos y no por los que pudiste haber hecho.
Lombroso defiende en su teoría, la tendencia de los seres humanos a reproducir los caracteres de remotos antepasados; según este planteamiento, se concebía al tipo criminal como producto hereditario. Ulteriores investigaciones, permitieron a Lombroso poner de relieve la gran frecuencia con que en los delincuentes se encontraban anomalías morfológicas y funcionales de naturaleza anormal degenerativa; desarrollándose otro concepto fundamental de su teoría, aquel de la relación y de la afinidad entre degeneración y criminalidad, considerando César Lombroso al “hombre delincuente” como un tipo antropológico definido por caracteres específicos, es decir, como una suerte de subespecie humana, del que destacó el significado de sus caracteres físicos y morfológicos.
Después de otras numerosas y rigurosas búsquedas, Lombroso sostuvo que la criminalidad era una variedad de epilepsia en la cual muchas veces las convulsiones son sustituidas
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