Apariencia De Ls Cosas
Enviado por leonelysandy • 15 de Octubre de 2014 • 1.604 Palabras (7 Páginas) • 236 Visitas
a carrera literaria de John Berger (Londres, 1926) incluye algunos de los análisis más originales y atractivos sobre el arte y la vida del pasado medio siglo. En La apariencia de las cosas: ensayos y artículos escogidos (1972, Editorial Gustavo Gili, 2014) se reúne una amplia selección de los ensayos seminales de Berger, en traducción de Pilar Vázquez. Las indagaciones de Berger recogidas en este volumen hacen imposible volver a mirar un cuadro, ver una película, o incluso visitar un zoológico de la misma forma. La gran variedad de temas que aborda, la belleza de su prosa y la agudeza de su crítica nos mueve a ver el mundo con una nueva mirada.
Como apunta Nikos Stangos, una de las figuras más destacadas de la edición de arte en el mundo de habla inglesa, en la “Introducción” del volumen que nos ocupa, John Berger es un novelista, crítico de arte e historiador cultural de elocuencia deslumbrante y gran perspicacia para seducir al lector, cuyo trabajo equivale a una poderosa crítica (aunque sutil) de los cánones de nuestra civilización: “La libertad, para Berger, es específica en cada situación; es un potencial creativo/productivo contenido en la situación, ya sea esta una obra de arte, una acción cotidiana, un acto político o la vida de una persona.” (p. 12). En esta antología esencial, Berger explora nuestro papel de observadores para revelar nuevos niveles de significado en lo que vemos.
En el artículo “En las afueras de una ciudad extranjera”, Berger vaga por los extrarradios de ciudades innominadas en diferentes puntos del planeta: el Café de la Renaissance, los alrededores de la catedral de Saint Jean, un bar de las afueras, una mujer a la que obligan a entrar a un taxi. Callejea sin rumbo, sin objetivo, abierto a todas las vicisitudes y nos traslada las impresiones que le salen al paso. En “Entre barrotes”, su deambular es a través de un zoológico. El crítico inglés se limita a hacer preguntas: ¿Cómo son en realidad los animales que miramos en los zoológicos? ¿Se podría establecer una relación entre el hombre y la bestia?: “Después de los monos, cuyo espectáculo no termina nunca, y de los elefantes, que trabajan más que los recolectores de impuestos, (…) las tortugas son los animales más populares. ¿Por qué? ¿Será porque las tortugas nunca nos cogen por sorpresa? ¿O será porque parecen piedras y, sin embargo, están vivas, tan vivas que con suerte nos sobrevivirán a todos?” (p. 28). Al hacer a estas y otras preguntas, Berger guarda un respetuoso silencio, un silencio que altera, de forma sustancial, nuestra visión del mundo.
El primero de los ocho retratos que se incluyen en la sección homónima del libro, se ocupa de la fotografía de 1967 del cadáver del Che Guevara y su significado: “el objetivo de la fotografía enviada a los medios el 10 de octubre era el de poner fin a una leyenda. Sin embargo puede que su efecto haya sido muy distinto” (p. 40). En “Che Guevara”, Berger reflexiona sobre el efecto de choque que tienen las imágenes de guerra. Una brillante meditación sobre la pintura se encuentra en “Jack Yeats” y el análisis de su cuadro “The First Away”, “la cabeza y los hombros de un hombre con el cielo de fondo. La forma en la que están unidas, formando un todo, la suave y lechosa superficie del cielo y la pintura cuajada que define los rasgos del hombre son un milagro de ajuste tonal y de color, tan refinado como cualquier fragmento de Georges Braque.” (p. 60). Completan el conjunto piezas típicamente perspicaces sobre Peter Peri (“Creía que tener razones de peso para despreciarse a sí mismo sería lo peor que podía suceder. Esta creencia, que no era una idea ilusoria, era la medida de su nobleza” p. 65)), Ossip Zadkine, Le Corbusier, Victor Serge, Aleksandr Herzen y Walter Benjamin (“no fue un pensador sistemático. No llegó a nuevas síntesis. Pero en una época en la que la mayoría de sus contemporáneos seguía aceptando una lógica que ocultaba los hechos, él previó nuestro interregno” p. 96) Como ocurre siempre con la escritura de Berger, el teórico sucumbe al político, a una humanidad sincera.
El dibujo, para Berger, es esencial para la construcción del artista y el arte; no sólo a través del acto físico de dibujar, sino a través del viaje emocional y espiritual que implica. Bajo el epígrafe “Éxito y fracaso”, John Berger incluye retratos de Watteau, Fernand Léger, Lovis Corinth y Camille Corot, pero sobre todo indaga en su faceta de dibujantes. Tal vez por ello, la imagen de Lovis Cortinth que nos muestra es despiadada: “No profundizó en nada (…) Y así, finalmente, cuando los gestos y los procedimientos le fallaron, cuando quedó reducido al estado desesperado del Rembrandt y del Hals que tanto admiraba y recurrió a sus altisonantes abstracciones, estas también le fallaron. Todo
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