Aprendizaje Escolar
Enviado por ycasama • 17 de Octubre de 2011 • 5.199 Palabras (21 Páginas) • 914 Visitas
En tanto que expresión social los sujetos sociales representan aspectos y actitudes particulares que tienden a mostrarse y a adquirir una cierta fisonomía a través del discurso que elaboran y
En tanto que mediaciones de poder y lucha representa prácticas y formas de organización especificas.
El que los sujetos sociales se constituyan entre la estructuración de la sociedad y las formas de expresión política define los espacios en los que, al mismo tiempo que derivan, se construyen las subjetividades colectivas o formas de expresión social. De esta manera el carácter de expresión social de los sujetos sociales convierte a la subjetividad en un producto no predeterminado por la acción que realizan los agentes sociales. La acción se encuentra mediada por los sujetos sociales de tal forma que no puede ser pensada sin la voluntad de los actores, ni las transformaciones realizadas como simple resultado de la acción independiente de la voluntad.
Sin embargo, en esta definición movimiento, actor y fuerza, son al mismo tiempo aspectos y momentos en la constitución del sujeto social, en tanto que "colectivo que potencia realidades posibles", por lo cual es necesario considerar los siguientes aspectos:
Los sujetos sociales también son "una colectividad donde se elabora una identidad y se organizan prácticas, mediante las cuales sus miembros pretenden defender sus intereses y expresar sus voluntades, al mismo tiempo que se constituyen en esas luchas." Es decir, se trata de conglomerados humanos, de formas de organización especificas para la participación social. El que el sujeto social sea una forma específica de expresión social, no evita que se trate simultáneamente, de una organización unificada, de una estructura con normas precisas de incorporación que definen el comportamiento esperado de quienes la constituyen. En tanto organización, los sujetos sociales, definen las pautas de comportamiento de los sujetos individuales, sin embargo no como elementos que constriñen, sino pasando de un estado de homogeneidad incoherente y relativamente indefinido hacia un estado de heterogeneidad más definida y coherente.
Desde la perspectiva del sujeto social, el actor se transforma a través de un proceso en el cual se va conformando él mismo como agente, como movimiento. En su actuar participan no un sentido, sino varios sentidos, por cuanto se define su acción como consciente y deliberada en la dirección que tomará la dinámica histórica. En la acción, los actores sociales pueden devenir en sujetos sociales, pero también pueden llegar a desarticularse o no llegar a constituirse.La acción misma define a los actores como un proceso en continua formación. A través de su acción los actores representan una fuerza que se manifiesta en su presencia y permanencia en el conjunto social y cuyo grado puede ser variable.
Así pues, lo que puede llegar a decirse de los sujetos sociales, no se agota en la explicación de sus funciones. Los sujetos sociales, adquieren configuración en el conjunto de tensiones provocadas por la manera en la que se estructuran las diversas esferas o dimensiones de lo social, lo individual y lo físico, lo que incluye las distintas dimensiones del tiempo y del espacio. La categoría de sujeto social, en tanto totalidad que incluye necesidad, experiencia y utopía, permite la no separación lo que en la realidad conforma una unidad diferenciada, es decir, posibilita el trascender la visión dicotómica del mundo. Por ello no es posible definir al sujeto social por sus funciones que reducen su hacer en tanto actor. Se trata más bien de estructuras que tienden a estados de creciente tamaño, complejidad y dinamismo, esto es, a niveles más elevados de organización y una más estrecha ínteracción con el medio.
La constitución de los sujetos sociales históricos no ocurre por voluntad ni a partir de una teoría que los defina y caracterice. Por más que requieran, para finalmente transformarse en movimientos históricos, de una permanente, cotidiana y por momentos épica lucha social y política que los dote de identidad colectiva y finalmente de poder real.
En el marco de la Modernidad, el capitalismo industrial tuvo inicialmente como sujeto creador a la burguesía emergente y luego a la clase obrera, como contraparte y nuevo sujeto creador, impulsando la lucha de clases a una agudización que tuvo como corolario casi un siglo de revoluciones y luchas proletarias, que en algún momento pusieron en riesgo la hegemonía del capital, al menos subjetivamente.
Sin embargo, ese ciclo de luchas proletarias terminó producto de sus propias contradicciones, pero sobretodo producto de las transformaciones celéricas que un capitalismo desesperado y en crisis ha venido imponiendo en su afán de sostener la ganancia y la reproducción del capital.
La desaceleración del crecimiento económico global y una profunda decadencia que va más allá del agotamiento de la sociedad industrial, alcanzando a las propias instituciones creadas en más de tres siglos de Modernidad, nos instalan en un nuevo ciclo histórico, caracterizado por la emergencia de nuevos sujetos sociales que aún no terminan de articularse como tales y cuyas potencialidades aún no se expresan como poder real y antagónico.
Lo verdaderamente importante de esta coyuntura histórica es que nos enfrentamos a la disyuntiva de dejarnos llevar al abismo de la catástrofe final de la Humanidad o iniciar un nuevo viaje hacia las fronteras de la Libertad.
Pero no nos hagamos ilusiones. El viaje más probable es hacia la incertidumbre. La degradación del ecosistema planetario es casi irreversible. Sólo un cambio de civilización, a través de una revolución libertaria, podría revertir el enorme daño causado por la lógica depredadora del industrialismo.
Al parecer las utopías ya no tienen mucha cabida. A estas alturas se trata también de sobrevivir a la decadencia suicida del capitalismo. Sobrevivencia que para nosotros,
como pueblo pobre y marginado, debería transformarse en una radical lucha armada y libertaria por detener la vorágine de nuestros enemigos de clase y sus fuerzas represivas.
Estas líneas apuntan a situarnos en el contexto del nuevo ciclo que se inicia, queriendo aportar una mirada que profundice los elementos de Direccionalidad Estratégica que hemos venido construyendo en los últimos años.
EL MESTIZAJE
La palabra MESTIZAJE (del latin mixticius de “mezcla”) es la palabra que mejor refleja lo que en definitiva es Venezuela, y Latinoamérica toda. Específicamente en nuestro país, el proceso de mestizaje ha sido probablemente el más intenso proceso de fusión racial que haya existido en la historia de la humanidad, si se le considera en toda su dimensión: biológica, histórica, social y cultural.
Durante
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