Aprendizaje
Enviado por yulila • 13 de Septiembre de 2012 • 4.126 Palabras (17 Páginas) • 306 Visitas
• ¿Cuáles son las características propias del desarrollo del niño?
RTA:
- Cognitivo: las manifestaciones de conductas inteligentes son limitadas. Sin embargo, esto no quiere decir que no haya inteligencia, pues la colección inicial de conductas reflejas del recién nacido no es ajena a esta. La inteligencia comienza a desarrollarse a partir de esos sencillos actos aislados tales como tomar un objeto o mirarlo, y al ejercitar los mecanismos reflejos congénitos. De cada diez horas se mantiene alerta una hora y media al día. Su memoria inmediata alcanza hasta dos y medio segundos.
- Sensorio-Motor: el bebé mantiene los brazos doblados y las manos apretadas o totalmente abiertas. No tiene mucha tonicidad muscular: por esto aún no controla los movimientos de su cabeza, pero está en capacidad de volver cuando le tocan la mejilla y de sostenerla brevemente, en línea con la espalda, cuando se le pone en la posición de sentado. Igualmente ajusta su postura a la persona que lo acuna. Hace gestos involuntarios y es muy sensible a los cambios de posición del cuerpo.
El reflejo de Babinsky está presente: los comprobamos cuando extiende los dedos y los brazos hacia los lados y luego los recoge en dirección hacia su pecho. Lo mismo ocurre con el reflejo de prensión: veras que si le colocas un dedo entre su mano lo aprisionará inmediatamente. El reflejo de succión lo compruebas cuando colocas el dedo índice en su boca. De la misma manera, ante la presencia repentina de una luz brillante frente a sus ojos, cierra los párpados.
Visual: el bebé mira los objetos durante cierto tiempo y los sigue con sus ojos (puede verlos a veinte centímetros de distancia); percibe también las luces móviles a través de la coordinación de sus dos ojos. Lo atraen especialmente los contornos de los objetos. Hacia el final del mes puede seguir los objetos con la cabeza, desde el centro hacia el lado preferido. Más tarde lo hará de un lado al otro con sus ojos cuando el objeto se mueve lentamente. Percibe la tridimensionalidad y profundidad de los objetos, y ve mejor con luz tenue. Fija la mirada en la cara de la madre en respuesta a su sonrisa, si ésta está cerca. En realidad, lo que más le gusta ver son círculos, tus ojos y el rostro humanos.
Olfativo: el bebé tiene gran sensibilidad a los olores, tanto agradables (leche materna, perfumes) como desagradables (cigarrillo, amoniaco). Al percibir estos últimos voltea la cabeza. Por ello debes impregnarte de olores dulces. Así te asociará con experiencias sensoriales placenteras.
Auditivo: el bebé es capaz de discriminar la frecuencia, el tono y el ritmo de los sonidos, pero no trata de localizarlos. Responde a la voz humana. Cuando se encuentra alerta, la escucha y mira la cara de quien habla.
Táctil: el bebé está en capacidad para percibir la diferencia entre calor, frío; blando, duro; liso, corrugado; áspero, suave; pegajoso, liso. Posee sensibilidad térmica que le permite percibir cambios de temperatura que oscilan entre los cinco y seis grados; igualmente reacciona al viento y a los cambios de presión.
- Lenguaje: el bebé convierte su llanto, fuerte y vigoroso, en un medio de expresión y comunicación. Produce sonidos simples, gritos y gorjeos. Utiliza las vocales a, u y emite sonidos al succionar el dedo y al alimentarse. Aunque el bebé no comprende el significado de las palabras, no quiere decir que no debamos hablarle. Su audición le permite discriminar una gran gama de sonidos, aún durante las primeras semanas de vida. A medida que el bebé nos va oyendo, se va familiarizando con el lenguaje y comenzará a emitir sonidos por imitación
- Socio-emocional: un recién nacido no es sociable en el sentido corriente de la palabra. Sin embargo, aparecen signos sencillos y universales de sociabilidad: desde la primera semana de vida, el bebé ya mira a los ojos de la persona que lo alza. El bebé duerme la mayor parte del tiempo y permanece quieto cuando está satisfecho. Manifiesta inquietud mediante el llanto. Responde positivamente a la comodidad y la satisfacción y negativamente a la incomodidad y el dolor. Aunque parezca un ser pasivo, su personalidad comienza a surgir; un bebé puede ser ruidoso e impaciente mientras que otro es calmado y plácido. Desarrolla su sentido de confianza. Es importante que solo pocas personas lo cuiden de manera consistente, para que aprenda a reconocerlas.
• ¿Cómo son los cuidados en la alimentación, higiene y el cuadro de vacunas según la edad?
RTA: Calendario de las revisiones pediátricas para bebés de 0 a 18 meses
Los centros de Atención Primaria, por tanto, han establecido un calendario de revisiones recomendadas, que se pautan según la edad del niño, con unos contenidos básicos adaptados al desarrollo normal. Para tener una referencia de cuándo tocan las visitas al pediatra, éste es el calendario revisiones del niño sano:
Recién nacido. Debe llevarse a cabo entre el quinto y el décimo día de vida. Es aconsejable que la realice el pediatra y el profesional de enfermería conjuntamente para establecer el primer contacto con los padres del niño. A partir del quinto día del nacimiento, en el centro de salud, segunda prueba del talón. Los resultados llegarán al casa en el siguiente mes y nos indicarán si el niño tiene fenilcetonuria, una enfermedad metabólica que tratada a tiempo tiene muy buena evolución y no deja ninguna secuela.
La apertura de la historia clínica se realiza tomando nota de los antecedentes obstétricos maternos (gestaciones, abortos, nacidos vivos), de la historia del embarazo, de los antecedentes perinatales (edad gestacional, tipo de parto, test de Apgar, reanimación, peso, talla y perímetro
cefálico, peso al alta hospitalaria, pH y grupo sanguíneo, emisión de meconio y diuresis, ictericia) y de los antecedentes familiares (consanguinidad, enfermedades).
También se valora la actitud ante la lactancia y el tipo de lactancia; la presencia de vómitos y/o regurgitaciones y las características de las micciones (chorro miccional en varones) y deposiciones. Para prevención del raquitismo, se recomienda que, durante el primer año de vida y a partir de la segunda o tercera semana, se requieren de 200 a 400 UI de vitamina D al día, dado que no siempre la exposición solar del bebé es adecuada, aunque en este punto existe en la actualidad controversia.
Al mes. Revisar el calendario vacunal. A los hijos de madres portadoras del virus de la hepatitis B debe administrárseles la segunda dosis de la vacuna frente a la hepatitis B al mes de vida. Anotación de percentiles de peso, talla y perímetro craneal. Exploración física, visual y auditiva. Especial atención a la coloración de piel y mucosas (perfusión,
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