Apuntes de Historia Europea Moderna
Enviado por Madmoiselle Lucía • 3 de Julio de 2022 • Apuntes • 19.227 Palabras (77 Páginas) • 118 Visitas
Resumen moderna 2
Stone
La revolución inglesa
Al hablar de revolución inglesa cada autor toma un aspecto de un todo polifacético, pero tiende a ignorar las facetas que no encajan en su estereotipo, prefiriendo centrarse con excesivo exclusivismo en la etapa concreta que mejor ilustra su hipótesis.
La afirmación hecha por James Harrington de que “la disolución de este gobierno fue la causa de la guerra, y no la guerra la causa de la disolución de este gobierno” encierra una gran verdad. El segundo supuesto básico es que se trata de algo más que una simple rebelión contra un determinado rey.
Hubo indudablemente un cambio fundamental en la organización política y en el mito predominante de un orden social. Por otro lado, gran parte de la antigua organización política fue restablecida en 1660. Sabemos que la mayoría de los intentos de cambiar la distribución de la riqueza no tuvieron éxito. En cuanto a la distribución de la riqueza entre los grupos sociales, apenas existen diferencias entre la Inglaterra de finales de la Revolución (1660) y la de sus comienzos (1640). Dentro de estos límites, sin embargo, la Revolución Inglesa sigue siendo única por su radicalismo cuando la comparamos con las demás rebeliones de la Europa moderna. No solo logro la ejecución de un rey, sino además la abolición de la monarquía, y la cámara de los Lores; no solo protesto contra los “desagradable curas” de Hobbes, los clérigos y los obispos, sino que barrio la Iglesia oficial y se apodero de las propiedades del episcopado; abolió además todo un sistema de instituciones administrativas y legales de gobierno de suma importancia. Hubo un choque de ideas e ideología, y el nacimiento de conceptos radicales que afectaron a todos los aspectos del comportamiento humano y a todas las instituciones de la sociedad, desde la familia hasta la Iglesia y el Estado.
Es totalmente cierto que tanto reformadores como reaccionarios de 1640 miraban hacia atrás, hacia un pasado mítico. Los puritanos buscaban el retorno hacia lo que creían había sido el estado de la primitiva iglesia cristiana de los primero Padres de la Iglesia. Los juristas intentaban volver a lo que creían había sido la situación en el medievo, cuando reyes burócratas y tribunales eclesiásticos estaban guiados y controlados por las opiniones de los juristas y por las convenciones del derecho común. La gentry parlamentaria soñaba con una Edad de Oro de estabilidad social y armonía política interior y exterior protestante.
Es también cierto que la gentry rural y la nobleza que se reunieron en 1640 en Westminster eran reformadoras y no revolucionarias. En 1640 nadie soñaba con abolir la monarquía ni la Cámara de los Lores, y solo una minoría esperaba abolir el episcopado o los diezmos. Cuando el gobierno se vino abajo en 1640, ya existía entre gran número de nobles y caballeros, conservadores en circunstancias normales, el deseo de un cambio político: un cambio para abandonar el mito político del Derecho Divino de los Reyes.
El tercer supuesto de este ensayo es que la teoría marxista de la guerra de clases es de aplicabilidad limitada en el siglo XVII. Su punto débil ha sido su continuo esfuerzo por ligar estos desarrollos (crecimiento capitalista en el comercio, la industria y la agricultura) a la revolución, por medio de una teoría de la guerra de clases que quizá pueda funcionar razonablemente recién en la Inglaterra de comienzos del siglo XIX. La revolución no fue ciertamente una guerra de los pobres contra los ricos, puesto que una de sus características más acentuadas fue la pasividad casi total de las masas rurales, de los arrendatarios y de los trabajadores agrícolas. En las ciudades los asalariados urbanos se mantuvieron igualmente pasivos. Pero no cabe la menor duda de que en el peldaño inmediatamente superior de la escala social había una clara tendencia a apoyar al Parlamento. La burguesía pues, o permaneció neutral o se dividió. Tampoco se puede identificar válidamente a la gentry más pobre de las parroquias con ninguno de los bandos.
Las precondiciones, 1529-1629
La inestabilidad política de los Tudor
La estructura política de los Tudor en su apogeo, durante los primeros veinticinco años del reinado de Isabel I, podemos comprobar que fue esencialmente inestable. Cabe afirmar que entre 1470 y 1558, y sobre todo entre 1529 y 1547, existió en los círculos oficiales de Inglaterra el deseo de conseguir algunos de los instrumentos de un gobierno monárquico fuerte; y también Enrique VIII no fue un rey constitucional, sino un autócrata poderosos que se veía obligado a utilizar medios legales y constitucionales para adquirir nuevas fuentes de autoridad sin trabas. El Estado de los Tudor no poseía la fuerza bruta necesaria para destruir a la oposición y solo por poco tiempo disfruto del apoyo unido que hacia innecesaria tal fuerza. El Estado isabelino era muy deficiente en ciertos aspectos esenciales del poder. El primero era el dinero, habiéndose privado ella misma de los beneficios económicos y políticos de los bienes eclesiásticos confiscados, la Corona no logro desarrollar otras fuentes alternativas de ingresos, tan importantes para otras potencias europeas. Si, por una parte, la Monarquía inglesa carecía de dinero por otra también andaba escasa de tropas. Los reyes Tudor y Estuardo no estaban en situación de montar una ofensiva en gran escala contra sus propios súbditos sin la poderosa ayuda voluntaria de una parte considerable de estos. En la primera mitad del siglo XVI, el gobierno logro crear una administración central unificada, con el Lord Tesorero a la cabeza t el Consejo privado como principal órgano ejecutivo. Pero incluso entonces subsistieron anomalías, y algunos funcionarios del viejo estilo libraron interminables luchas, a menudo con éxito, entre departamento, en detrimento de la eficacia. En resumen, miremos a donde miremos la política isabelina se nos muestra plagada de contradicciones y debilidades.
El desarrollo de las “disfunciones”
El Estado se mostró cada vez más incapaz de adaptarse. En primer lugar, hubo un aumento considerable de la población y de todos los recursos económicos, así como también un aumento del comercio interior. La principal actividad industrial en Inglaterra siguió siendo la manufactura y elaboración de paños, que abastecía grandes mercados domésticos y de exportación. Inglaterra en el siglo XVII continuo siendo, como el resto de Europa, una sociedad subdesarrollada. La propiedad de la tierra paso de la Iglesia a los laicos (a través de la Corona), y de la Corona al laicado, gentry en su mayoría, por medio de una serie de ventas en masa para costear guerra improductivas. Lo que se produjo fue un desplazamiento masivo de las riquezas de la Iglesia y la Corona, y de las gentes muy ricas o muy pobres, a manos de la clase media y de la clase media alta. Este desplazamiento fue originado en primer lugar por las medidas políticas de un Gobierno abrumado por los costes de la guerra, por la inflación de los precios, por el insensato tren de vida mantenido por los antiguos ricos y por las actividades empresariales de los nuevos ricos.
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