Historia Social Moderna Y Contemporanea
Enviado por julizungre • 22 de Mayo de 2013 • 2.242 Palabras (9 Páginas) • 605 Visitas
Teniendo en cuenta los movimientos fascistas que se presentaron en Europa en el siglo XX y centrándonos en el caso de la Alemania Nazi, pretenderemos analizar las condiciones de emergencia que posibilitaron el ascenso de dicho régimen y sus características, para encontrar los puntos de continuidad y ruptura con el movimiento de Amanecer Dorado en la Grecia actual.
Para lograr dicho objetivo comenzaremos delineando las causas políticas, sociales y económicas que permitieron el surgimiento y ascenso del Nacionalsocialismo, y que nos servirán para el análisis del caso de Grecia. Para realizar dicha historización nos enfocaremos en la introducción y los capítulos dos, tres, cuatro y quince del libro El fascismo europeo de Stuart Joseph Woolf. Luego, para hacer una caracterización de la sociedad civil griega y poder interpretar el desarrollo de Amanecer Dorado en ese país, nos focalizaremos en un paper realizado por Dimitri A. Sotiropoulos llamado “Formal Weakness and Informal Strength: Civil Society in Contemporary Greece” y en distintos artículos de carácter periodístico. El desarrollo que realiza Mosse en el capítulo cuatro de su libro La cultura europea del siglo XIX del concepto de nacionalismo nos servirá para explicar esta característica esencial en este tipo de movimientos.
Realizar este análisis en cuanto a la revivificación del neonazismo en Europa, especialmente en el caso de Grecia, creemos que resulta interesante para comprender y desmitificar que el hecho puntual del genocidio nazi se trate de un corte extraordinario en la historia, sino que puede resurgir si se dan nuevamente ciertas condiciones específicas.
Como expresamos anteriormente, para entender el ascenso del nazismo y su creciente legitimación, es necesario realizar una historización. Para comenzar con la misma es necesario remontarse a la victoria prusiana sobre Austria en 1866. Esto implicó que la unificación de Alemania se realizaría bajo la tutela de Prusia prescindiendo de las tierras de habla alemana del Imperio de los Habsburgo, lo cual significaba la destrucción de los planes de los nacionalistas alemanes. Otra consecuencia de la unificación fue la introducción del libre comercio, lo que provocó un importante cambio social. Sin embargo, el liberalismo no había conquistado el poder político, ya que seguía existiendo un control de los antiguos grupos gobernantes como la nobleza, propietarios y el ejército. Esta oposición al liberalismo se vio acentuada en 1880 cuando la agricultura europea entró en crisis provocando una depresión que terminó con el boom económico. Las principales oposiciones al liberalismo se veían representadas en tres grandes proposiciones: la aceptación como gobernantes a quienes la naturaleza había designado, lo cual iba en contra de la igualdad política; la preferencia de la vida rural por encima de la urbana; y la dirección hacia la clase media –granjeros, artesanos, oficiales-, suponiéndola como el estrato trabajador y creador que se encontraba más allá de la multitud sin instrucción y más modestos que los aristócratas improductivos.
A la oposición a la vida urbana se le sumaba una hostilidad hacia los judíos asociada con el pensamiento romántico de la época que hacía referencia a un pasado mítico, en el que los alemanes racialmente puros vivían unidos sin oposición de clase. La ideología völkisch como se desenvolvió en los años previos a la Primer Guerra Mundial, hacía referencia a una historia mítica –con exaltación de la raza alemana como verdadera civilización y cultura- y a una ciencia mítica fundamentada en teorías biológicas basadas en la supervivencia de los más aptos. Es importante aclarar en este punto que todas estas ideas calaron hondo en gran parte de la clase media alemana. La llegada de la guerra fue vista por la derecha radical con buenos ojos, debido a que creaba un ambiente de esfuerzo común que hacía esquivas las divisiones de clase y enfocaba las fuerzas de la nación hacia la gloria del Reich.
Sin embargo, la derrota que sufrió Alemania al fin de la guerra significó la humillación y el miedo al caos económico y al desorden político, por lo que significó el tratado de Versalles que estipulaba que Alemania y sus aliados aceptasen toda la responsabilidad moral y material de haber causado la guerra por lo tanto deberían desarmarse, realizar importantes concesiones territoriales a los vencedores y pagar exorbitantes indemnizaciones económicas a los Estados victoriosos. Por otra parte, la firma del tratado de Versalles causó una mayor antipatía hacia la República de Weimar. En los primeros años de dicha república existió violencia en las fronteras orientales de Alemania y problemas civiles en el interior, que dieron lugar la formación de organizaciones militares. Estas últimas eran voluntarias predominantemente nacionalistas y antirrepublicanas, formadas por veteranos del ejército que se encontraban desilusionados por la derrota en la guerra.
Ya habiendo descripto el proceso desarrollado en Alemania procederemos a analizar el caso específico de Grecia. Para entender la crisis en la que actualmente se encuentra inmerso este país, debemos comprender que la misma no se trata sólo de un fenómeno económico y financiero, sino también de un fenómeno político y social.
Hasta 1974 Grecia se encontró gobernada bajo un régimen autoritario profundamente conservador. A partir de aquí con la proclamación de la Tercera República Helénica se produce la transición a la democracia. Esto derivó en un aumento del interés político en la población. Sin embargo, como menciona Dimitri A. Sotiropoulos a mediados de la década del 80 la sociedad civil comienza a descreer tanto de la política como de los partidos políticos. Este contexto se explica por el hecho de que el estado heredado por las democracias, era un estado represivo, poco redistributivo y escasamente social, con una clase política movida por el poder, corrupta y sometida a los intereses del Poder Capitalista, con un control desde arriba, con un poder Judicial a menudo dócil. Pero hay que tener en cuenta también que han surgido de forma e independiente e incluso contra el estado, sectores de representación de intereses fuerte y movimientos sociales. Luego del período autoritario en Grecia que abarcó desde 1974 hasta 1975 hubo un importante aumento de creación de nuevas asociaciones, y esto se explica por la participación política durante y después de la transición a la democracia acompañada de la victoria del partido socialista en 1981.
Debido a lo descripto anteriormente es que comienzan a formarse organizaciones fuera del ámbito estatal, es decir, como lo denomina el autor “organizaciones informales”. Para explicar el surgimiento de las mismas dicho autor utilizará un concepto
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