Aristoteles Libro II Y III
Enviado por jims1594 • 8 de Mayo de 2014 • 2.551 Palabras (11 Páginas) • 362 Visitas
ARISTÓTELES
Libro II
En el libro II se examinan las diversas opiniones sobre el mejor régimen. Se abre con un análisis del régimen que se presenta en la República de Platón antes de pasar a las Leyes de Platón. Aristóteles, a continuación, analiza los sistemas presentados por dos otros filósofos, Paleas de Calcedonia e Hipófago de Mileto, quien habla de la repartición de espacios en la ciudad.
EXAMEN DE LA REPÚBLICA DE PLATÓN:
El Estado es una asociación y como tal para que su funcionamiento sea eficiente, la comunidad política debe necesariamente abrazarlo todo, o no abrazar nada.
Platón sostiene que debe existir una comunidad de hijos, mujeres y bienes, pero lo que es común al mayor número, es de hecho, objeto de menor cuidado, ya que siempre uno se ocupa más de las cosas propias, que de las comunes. Dos son las cosas que mueven al hombre a hacer algo, el sentir lo propio y el sentir lo único, si el hombre no siente ninguna de éstas, no se ocupa de las cosas porque piensa que otro puede hacerlas.
También sostiene Platón que el ideal supremo de una ciudad, es su unidad absoluta, lo que también es criticado por Aristóteles, quien alega que de ésa manera, ya no habría más ciudad: "El bien para cada cosa es lo que asegura su existencia".
No es posible que en una comunidad manden todos a la vez, por lo que lo mejor sería la continuidad de oficios, incluso en la comunidad política, sería conveniente que siempre estuvieran los mismos en el mando. Para Aristóteles, esto no puede ser, ya que los ciudadanos son naturalmente todos iguales, por lo que todos deben tener igualmente el poder. Según esta idea, el régimen que más se acomoda, es aquel en el que los gobernantes se retiran del poder en el que han sido desiguales, por turnos.
Otra cuestión, es si debe o no admitirse la comunidad de bienes, y buscar la forma de organizar la propiedad, de alguna de esas maneras. Para Aristóteles, el mejor sistema es el que regía en ese momento, donde la propiedad es común, pero individual, estaba distribuida para que cada uno se ocupara de la suya, obteniendo siempre así el mayor beneficio. Ayudar es el mayor placer, pero no lo es sin propiedad privada, por eso el mejor sistema, es el de la propiedad privada con uso común, ya que nada se puede hacer si se unifica la ciudad; sin duda debe haber ente la familia y la ciudad una unidad, pero no absoluta, el modo de atraer a la comunidad y a la unión del Estado, es mediante la educación. La falta de propiedad privada hace que uno no pueda sentir el amor propio por lo suyo sin generar la continencia y generosidad.
En cuanto a las disensiones, pleitos y otros vicios que Sócrates echa en cara a las sociedades, Aristóteles afirma que se encontrarán todos ellos sin excepción, pero según Sócrates, gracias a la educación, no habrá en su República de esos reglamentos de policía, de mercados y de otras materias, y sin embargo, no se ocupa de dar educación más que a sus guerreros. El deber del legislador es hacer dichoso a todo el Estado, pero todo no podrá ser dichoso cuando la mayor parte o algunos de sus miembros están privados de esa dicha.
EXAMEN DEL TRATADO DE LAS LEYES DE PLATÓN:
En toda materia de legislación, nunca deben perderse de vista los elementos más importantes que lo conforman, que son: el hombre y la tierra. En cuanto al tema de propiedad, ésta debe ser bastante abundante como para poder satisfacer las necesidades de una vida sobria, es un error el dividir los bienes en partes iguales y no establecer nada sobre el número de ciudadanos, lo más prudente es el limitar la población y no la propiedad, no dejarles que procreen sin limitación.
El sistema político que propone Platón para su comunidad, es un sistema intermedio entre democracia y oligarquía, a éste modo de gobierno, él lo llama República, por ser el correspondiente a los ciudadanos que empuñan las armas. La constitución que pretende, es una compuesta por elementos de demagogia y tiranía. La crítica a este sistema, es que necesariamente da lugar al predominio de los que pagan más, ya que muchos de los pobres se abstendrían de votar y de ninguna manera se les puede obligar a ello.
OTRAS CONSTITUCIONES
En los capítulos siguientes, correspondientes al presente libro segundo de "La Política" de Aristóteles, él realiza una descripción detallada de las constituciones según los diversos autores o lugares. Entre todos los tipos de legislaciones que analiza, destaca la de Faleas de Calcedonia. Él fue el primero que asentó el principio de igualdad de fortuna, indispensable para el buen orden dentro de la comunidad, ya que de ésta manera se reduce el riesgo de disensiones civiles, aunque no de manera completa, puesto que en el hecho de tener todos lo mismo, aquellos que eran superiores se irritarán al verse reducidos. El remedio, será la propiedad, el hábito de trabajo y la templanza, pero aquél que quiera encontrar la felicidad en sí mismo, deberá encontrarla por medio de la filosofía.
En cuanto a la Constitución de Hipódamo de Mileto, Aristóteles también critica distintas cosas: El de Mileto divide la sociedad en tres grupos: agricultores, artesanos y defensores que son los que poseerán las armas. Aristóteles cree que difícilmente los dos primeros grupos sin armas ocuparían puestos públicos y, por tanto, no se sentirían cómodos con ese sistema. También opina sobre lo conveniente o no de derogar leyes tradicionales si hay otra mejor, a lo que responde que algunas y en algún momento han de ser derogadas, pero esto ha de hacerse con prudencia, porque la ley tiene fuerza por la costumbre de su uso.
De las Constituciones de Esparta y Creta, hay que decir que se parecen. Gobierno de una serie de magistrados llamados éforos en el primer lugar y Kósmoi en Creta. Su mandato es vitalicio y no gobiernan según las leyes escritas sino por su propio criterio. Pero es aún peor el sistema de gobierno en Creta donde las magistraturas no se eligen entre todos, sino entre algunos linajes y el consejo de ancianos. Que en Creta todo el pueblo no pueda participar en las instituciones, hace que sea difícil que se mantenga el orden sin que la población se revolucione. Esto hace que muchas veces se revele la población contra un magistrado o colegas de éste.
En Cartago, régimen parecido a los dos anteriores, los reyes también se eligen entre unos pocos, pero que son los mejores, no influye edad ni linaje. Sin embargo, estas características sí las tiene en cuenta a la hora de elegir a otros gobernantes, cosa que critica Aristóteles. Mezclan la oligarquía, la aristocracia y la democracia, ya que, disponen de una
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