Aspectos de la vida de los mayas
Enviado por bmatadito13 • 19 de Marzo de 2013 • Trabajo • 3.235 Palabras (13 Páginas) • 710 Visitas
Religión
Representación tradicional de Ixtab, diosa del suicidio.
Dominando la mayoría de los aspectos de la vida de los mayas, se encontraba la religión, siempre presente y dejando sentir su influencia en los ritos agrícolas, en las ceremonias públicas, en el arte y la cultura. Su importancia fue muy grande, si se toma en cuenta que estuvo fuertemente ligada al control político, a la ideología que sustentó a la civilización maya y que, como las ciencias, estuvo también en manos de un grupo especializado, el de los sacerdotes. La religión maya tenía tres características fundamentales:
• Religión politeísta: Se adoraba a varios dioses a la vez.
• Religión de aspectos naturalistas: Los dioses eran los elementos, los fenómenos atmosféricos y los cuerpos celestes.
• Religión dualista: Partía del principio de que el bien y el mal son igualmente divinos. Los dioses del bien estaban en constante lucha con los dioses del mal, pero eran tan inseparables uno del otro como el día y la noche. Otros ejemplos son: el padre fecundante y la madre fecundada; la vida y la muerte (lo más parecido que podemos encontrar es tal vez el yin y el yang). Los destinos de la humanidad se veían afectados siempre por esta lucha. Los dioses benévolos producían cosas positivas, como el trueno, el rayo, la lluvia, el maíz y la abundancia. A los dioses malévolos en cambio, se les atribuía el hambre y la miseria causadas por los huracanes, las sequías y la guerra sembradora de muerte y destrucción. Un excelente ejemplo de esto es una representación en un códice en la que Chac, dios de la lluvia, planta un árbol, mientras que a su lado Ah Puch, dios de la muerte, lo arranca y lo rompe en dos.
Dioses mayas
• Hunab Kú: (Su nombre significa "dios creador de todo ") dios Creador. El concepto de Hunab Ku es relativamente reciente. Su referencia más antigua proviene de la época de la colonia. Era según estas referencias el principal dios maya, creador del mundo y de la humanidad a partir del maíz. En relación con esto, Domingo Martínez Paredes en su libro Hunab Ku: Síntesis del pensamiento filosófico maya, nos dice:
Analizados detenidamente los conceptos éticos y estéticos del pueblo maya, desde las obras materiales hasta las del intelecto, fuimos llegando a conocer —gracias al análisis lingüístico y filológico—, la realidad de la expresión hunab ku, como "dador del movimiento y la medida", ya que los elementos de que se compone lo revelan así: hun, "único", "solo"; nab, "medida" y "movimiento" y ku o kub, "dador".
Domingo Martínez Paredes
• Itzamná, también llamado Zamná: señor de los cielos, la noche y el día e hijo de Hunab kú. Posiblemente se manifestaba también como Ahau o Kinich Kakmó, el dios del sol. Se le representa en los códices como un anciano de mandíbulas sin dientes, carrillos hundidos, nariz aguileña y algunas veces barbado. Se le atribuye la invención de la escritura, del calendario y por tanto, su origen se remonta a los principios de la historia maya.
• Kukulkán: representaba al dios del viento llamado también ‘serpiente emplumada’, traída del altiplano central por putunes itzáes y toltecas.
• Ix Chebel Ya'ax: esposa de Kinich Ahau.
• Kinich Ahau: dios Sol, hijo de Itzamná.
• Ixchel: diosa de la Luna, las inundaciones, el embarazo, el tejido y esposa de Itzamná. Se presenta como una anciana vaciando un cántaro sobre la tierra o también como una anciana tejiendo con un telar de cintura.
• Chaac: dios de la lluvia que se divide en los cuatro rumbos cardinales, este (rojo), norte (blanco), oeste (negro) y sur (amarillo). A Chac, dios de la lluvia, se le representa con una nariz parecida a una trompa y dos colmillos enrollados que le salen de la boca y se dirigen hacia abajo. El adorno que lleva en la cabeza, es por lo general una faja anudada, y el jeroglífico de su nombre tiene un ojo que en el Códice Tro-Cortesiano, toma decididamente la forma de una "T". Era el dios de mayor ascendencia popular, al ser por extensión dios de la fertilidad y de la agricultura. Imagen de Chac.
• Wakax Yol K'awil o Nal: dios del maíz o de la agricultura (existen versiones alternativas con el nombre de Yum Ka'ax). Señor de los bosques, se presentaba siempre como un joven y algunas veces con una mazorca de maíz en la cabeza o sosteniendo una vasija con tres mazorcas.
• Ah Puch, Kisin, Kimil o Hun Ahaw: dios de la muerte. Imagen de Ah Puch.
• Yum kaax: Dios del maíz y de la guerra.
• Xaman Ek: Estrella del norte (probablemente sea la Estrella Polar).
• Ixtab: diosa del suicidio, esposa de Kisin.
• Ek Chuah: escorpión negro de la guerra, patrono del cacao y los mercaderes.
• Ik: dios del viento.
• Kakupakat: dios de la guerra.
Hay un dios que preside la guerra, los sacrificios humanos y la muerte violenta.
Los dioses principales, o más conocidos, son: Kukulkán en el período Posclásico, Chac, Itzamná, Ah Muken Kab (el dios descendente), y trece dioses del mundo superior (Oxlahun Ti K'u) y nueve del inframundo (Bolon Ti K'u).
Concepción del Mundo
Los mayas concebían al cosmos compuesto por 13 cielos, uno sobre otro, siendo la tierra la capa más baja. Sobre cada cielo presidían trece dioses, llamados los Oxlahuntikú. Bajo la tierra había otros nueve cielos, también en capas, sobre los que presidían los Bolontikú. El último de estos cielos era el Mitnal, el infierno maya, reino de Ah Puch, señor de la muerte.
Creían que, antes que el suyo, habían existido otros mundos destruidos todos por el diluvio. El mundo actual era sostenido por cuatro hermanos guardianes llamados Bacabes, localizados en los cuatro puntos cardinales. En el centro del mundo maya se encontraba el Yaxché, o ceiba sagrada, cuyas ramas se elevaban a los cielos y cuyas raíces penetraban en el inframundo.
Ritos
Las pirámides son sus templos y los fieles asistían a las ceremonias al aire libre, abajo y al frente, de la pirámide-templo. Solicitaban de sus dioses los dones de la vida, la salud y el sustento, a cambio de los cuales realizaban una serie de ofrendas y de ceremonias purificadoras inmersas en un complejo ritual. Practicaban los flechamientos y arrojaban a los niños, doncellas y piezas de oro al Cenote Sagrado de Chichén Itzá, como ofrenda al dios Chaac. El autosacrificio tenía muchas variantes, como por ejemplo cuando ellos se sacaban sangre de diversas partes del cuerpo con punzones de hueso o espinas de maguey y ofreciéndolas en tiras de papel.
Sylvanus G. Morley, en su obra «La civilización maya»,
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