Ayuda Sistematica A Africa
Enviado por ricardopapalord • 30 de Noviembre de 2011 • 2.396 Palabras (10 Páginas) • 616 Visitas
Discute las opciones para la ayuda sistemática en África.
Habiendo crecido como un occidental y completamente influenciado por todo lo que se dice políticamente correcto se podría pensar que la ayuda exterior o ayuda sistemática, la ayuda de países desarrollados a países emergentes, es una gran forma de dar apoyo a la economía de un país y una región; que es una forma en la que los países ricos dan una ayuda que sí va a dar frutos a los países más pobres, en el caso de los países de la África subsahariana, al parecer, no es así.
A lo largo de más de 50 años, los países del continente africano, han recibido más de un trillón de dólares que, viendo los números que tienen la gran mayoría de los países de la región, simplemente, esos dólares, no han servido para mucho. Pero, ¿Qué ha hecho que la ayuda exterior no sea benéfica para África? Y si la ayuda exterior no ha ayudado a los africanos a erradicar sus males, sino a empeorarlos ¿Qué habrían de hacer los gobiernos africanos para dejar de depender de la ayuda exterior y, aun así, lograr que sus economías avancen? Estas preguntas se las hace Dambisa Moyo en su libro Dead Aid donde no sólo de una crítica bien sustentada en contra de la ayuda exterior (aid en inglés), sino también da una propuesta, desde el campo de la economía, de cómo podría la África subsahariana dejar de depender de la ayuda sistemática y hacer que sus economías, realmente, comiencen a crecer.
Moyo empieza por aseverar algo que para la mayoría de los occidentales sería casi inaudito escuchar: La ayuda sistemática en África es uno de sus mayores problemas. Esta es la tesis de la primera parte del libro y da varias razones para creérselo.
La autora empieza por enumerar los tres tipos de ayuda que, según ella, existen; la ayuda de emergencia es aquella que se da cuando un país se ve envuelto en una catástrofe natural, es decir, cuando un país se ve golpeado por un terremoto, un huracán o, como el caso que cita la propia Dembisa Moyo, un tsunami; la ayuda caritativa es aquella que dan las organizaciones no gubernamentales (UNICEF, Greenpeace, etc.) para proyectos muy específicos de desarrollo; y, por último, la ayuda sistemática o exterior que es la ayuda que se da de un gobierno a otro gobierno y que se da por medio de organizaciones como el Fondo Monetario Internacional o por el Banco Mundial. Es Ésta la ayuda, la ayuda sistemática, la Dead Aid que tanto critica Moyo en su libro.
Para empezar, Dambisa Moyo, hace una pequeña historia de la ayuda sistemática, dice que el origen de ésta ayuda se da en los Estados Unidos y en Inglaterra. Los primeros dando asistencia a barcos dándoles comida y los ingleses dando donaciones a países más pobres. Pero no es hasta 1947, dos años después de terminada la Segunda Guerra Mundial en que se da una ayuda sistemática importante a los países europeos por parte de la gran potencia del momento Estados Unidos; los europeos se habían visto enfrentados en una guerra que dejó un poco más de 60 millones de muertos , y que, destruyó económicamente el continente entero. En ese año, 1947, George C. Marshall, secretario de estado en aquellos años propone que los Estados Unidos debían de dar un préstamo de alrededor de 100 billones de dólares actuales a los países europeos con el fin de que la economía de la región reviviera y, así, al termino de 5 años estos países volvieran a tener un mercado fuerte con el cual poder comerciar con los estadounidenses. La misma Moyo reconoce que este plan fue todo un éxito, los países europeos lograron crecer económicamente al mismo tiempo que los estadounidenses lograban restablecer el mercado mundial y ganaban aliados, influencia en la política internacional, y un puente de unión político entre las potencias de occidente. Es en este momento donde Dambisa Moyo reconoce que la ayuda sistemática sí ayudó y sí logró éxitos: “Aid had brought politicaly stability, restored hope and not only given a future to defeated peoples, to bankrupt nations and to broken lands, but also benefited the donor nation itself, keeping US economy afloat while the world around it had crumbled.” Pero, cabe señalar, que a los países desarrollados les sirvió la ayuda porque ya tenían instituciones sólidas y sistemas democráticos bien formados, además, de un gran número de empresarios que tenían el afán de invertir, condiciones que en África aún no están dadas.
Después, con el nuevo orden mundial establecido y con dos nuevas potencias, con ideologías antagónicas, al frente (la URSS y los Estados Unidos) el mundo se vio enmarcado en una lucha ideológica entre comunistas y capitalistas, entre los fieles a Marx y los fieles a Adam Smith. Éste episodio es conocido como la guerra fría y fue peleada en los países que eran más vulnerables y, muchas veces, el arma para pelear era la ayuda sistemática y, en el caso específico de África, la ayuda sistemática de uno u otro bando determinó si un país se inclinaba hacia el socialismo o hacia el capitalismo. Así era como comenzaba la ayuda, en millones y millones de dólares a los países de la África subsahariana.
Luego, la misma autora del libro va pasando de década en década y como el pensamiento de la opinión pública de los países donadores iba cambiando conforme los años iban avanzando, en la década de los 60´s los países ricos daban donaciones a los países pobres para poder industrializar sus economías; en la década de los 70´s los donadores se enfocaron en los focos de pobreza tratando de erradicarla; en los años 80´s es cuando la ayuda se insertó dentro de la cultura pop y se volvía en una especie de moda la donación hacia países africanos, además, fue la década donde más dinero se donó a la África subsahariana pero muchos de los países de la región en vez de crecer estaban sumidos en regímenes totalitarios o en sistemas políticos incompetentes o regímenes que establecieron una diferenciación racial que con sus abusos de poder y su corrupción hicieron que la economía africana decreciera; en los años noventa la opinión pública y la de los donadores cambiaron de opinión y establecieron que los países con ordenes democráticos iban a ser los que de verdad iban a aprovechar la ayuda sistemática y los que no tuviesen regímenes democráticos debían adoptar este sistema político porque era la única forma de que la ayuda garantizara estabilidad y crecimiento de la economía. Ésta fe ciega en la democracia que fue muy característica de los años noventa no resultó en el continente negro; finalmente, en estos últimos años, la ayuda hacia los países africanos está representada por lo que Moyo llama la glamour aid y es la ayuda que músicos muy conocidos a través del mundo y políticos de gran envergadura dan al continente africano aprovechando
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