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BOLÍVAR TACTICA Y ESTRATEGIA PARA ANALIZAR


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2022  •  Informe  •  5.374 Palabras (22 Páginas)  •  273 Visitas

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TODO SE PERDIÓ, MENOS EL HONOR MILITAR

CAUSAS DE UN FUNESTO DESENLACE

Si optáramos por imaginar  cómo actuaban los ejércitos europeos  en la época, cuando el general  Simón Bolívar obtuvo  parte de sus valiosos conocimientos,  muy útil sería  la  precisión  que al respecto nos hace Jorge Ariel Vigo en su obra Fuego y Maniobra:

“Tenemos ahora un ejército integrado por armas de capacidad ofensiva y defensiva en toda circunstancia, con una doctrina táctica de empleo que integra y aprovecha la mejor tecnología de armas de la época y que además cuenta con una estructura táctica que favorece su empleo y que le permite marchar casi en la misma formación en la que combate”.[1]

El ejército que comanda el brigadier Simón Bolívar, en 1813  al navegar el rio Magdalena  para luego  remontar la cordillera de  los Andes hasta  libertar a Caracas,  no se parece en dimensión y estructura a los ejércitos europeos. En realidad se trata de un modesto ejército, con recursos escasos y una organización flexible. Sin embargo, la cohesión en sus cuadros  le da la sincronización de una maquina ajustada.  Posterior  a la enseñanza derivada de estas operaciones, se han generado una serie de conceptos y términos que intentan explicar, de manera pedagógica en nuestros tiempos, el arte militar de los hombres que como el general Bolívar (sin estudios de Comando y de Estado Mayor) fueron sencillamente genios militares.  En este sentido, a lo largo de esta investigación, nos valdremos de esta moderna nomenclatura para facilitar la comprensión de sus acciones armadas.

En un pequeño y luminoso libro, el general Beaufre clasificó los diferentes tipos de estrategia al distinguir, siguiendo al capitán Liddell Hart, entre los acercamientos directos e indirectos. El primero tiende a la guerra relámpago en un movimiento rápido, concertado, brutal hacia el centro político de la resistencia enemiga. El segundo busca actuar contra la voluntad de defensa del adversario, mediante las maniobras, las acciones de erosión psicológica y la desmoralización del enemigo. El primero apunta  a las fuerzas enemigas; el segundo busca destruir su voluntad”.[2]

De esta manera, la estrategia de acercamiento directo dada sus características  coincide con  la actuación del general Bolívar y el accionar que imprime a sus operaciones  en la campaña de 1813.

El acercamiento directo implica el  empleo de  principios como:

  • Movilidad
  • Unidad de Mando
  • Acción sobre el enemigo,
  • Concentración de Esfuerzo
  • Economía de Fuerzas
  • Fuerzas Morales
  • Libertad de Acción.

En la aplicación de esta estrategia y  principios,  puede verificarse la relación existente entre el pensamiento militar que está vigente en Europa, especialmente en los primeros años del siglo XIX  y  la aplicación que hace el joven general Bolívar de esos   conocimientos  en sus primeras campañas.[3]

“Simón Bolívar al dejar San Antonio en la mañana del 14 de mayo de 1813, no duda un minuto en conseguir la victoria. Su fe reposa  en el  plan de operaciones, el cual ha sido concebido  tomando en consideración las debilidades detectadas en el dispositivo enemigo. La dispersión exagerada de las fuerzas españolas, sobre un terreno pobre en vías de comunicación, le hicieron concebir una idea, haciendo uso máximo de dos armas maestras: rapidez y sorpresa, impidiendo de esta forma la concentración de las fuerzas enemigas en núcleos defensivos, aislándolas para destruirlas por separado.”[4]

Celeridad  para compensar su falta de efectivos; la rapidez de sus movimientos genera sorpresa y le garantiza libertad en la ejecución de sus operaciones. La acción sobre el enemigo para destruirlo, lo induce a la búsqueda de la batalla decisiva. Todo se basa en un sistema flexible de dispersión y concentración de fuerzas en permanente función ofensiva, en forma de destacamentos que se desplazan sucesivamente hacia los puntos ocupados por el enemigo y que gravitan sobre el eje central de la marcha.

“De conformidad con el corpus de su formación militar, Bolívar reorganizará el ejército tomando como base fundamental  la velocidad  de las marchas del ejército y no la potencia de la masa. Esta concepción, en boga durante las etapas previas a la Revolución Francesa y llevada a su clímax mediante la aplicación de los conceptos  de dispersión organizada acuñados por Bourcet y desarrollados por Bonaparte, obligaban a una organización sui géneris basada en la rapidez del avance y por tanto conferían especial importancia a la infantería como el elemento fundamental, dejando la caballería como elemento de exploración y enlace prescindiendo de la artillería debido a la escasez, tanto de caminos como de los recursos humanos preparados técnicamente para operarla.”[5]

  Sin embargo, a la campaña fulgurante que le permitió conquistar su ciudad natal Caracas y  ser proclamado como Libertador el 17 de octubre de 1813, siguió  un año de hazañas sin paralelo y derrotas contundentes que pusieron fin al gobierno republicano.  Tras la derrota del ejército patriota en la segunda batalla de la Puerta el 15 de junio de 1814 el Libertador Simón Bolívar  no tuvo otra opción que emprender la retirada hacia Caracas, donde pensaba contener a las fuerzas realistas. Sin embargo, después de una serie de deliberaciones en la capital, llegó a la conclusión que la ciudad debía ser evacuada, pues no había recursos militares suficientes para enfrentar con éxito una operación de sitio, en la cual podían ser aniquilados.

El 7 de julio de 1814 Caracas fue evacuada por los patriotas y aproximadamente 5000 personas, hombres, mujeres, ancianos y niños cargando las escasas pertenencias  que podían sostener, acompañó al mermado ejército patriota y  se enrumbaron hacia el oriente de Venezuela. El ejército del coronel realista José Tomás Boves[6] los persiguió y le infringió a las fuerzas republicanas una serie de derrotas que culminaron con la casi desaparición del ejército en la  batalla de Úrica  el 4 de diciembre de 1814.

El Libertador en esta ocasión,  no solamente ha salido  derrotado, sino que también se ha visto perseguido por sus antiguos compañeros de armas que ahora lo tratan de “traidor”, “ladrón”  y “cobarde”[7]. Su tío político y amigo personal, el general en jefe José Félix Ribas a quien el Libertador ascendió al grado militar de  General de la república por sus notables servicios en el campo de batalla,  lo redujo  a prisión en Carúpano, acusándolo de querer huir con los escasos tesoros de la patria. Los generales Bermúdez y Piar se presentaron en esta última ciudad con el propósito de  fusilarlo, pero el general en jefe Simón Bolívar logró escapar junto con el  general en jefe Santiago Mariño hacia Cartagena en la Nueva Granada desde donde se dispone a  organizar una nueva campaña, utilizando como línea de partida el territorio neogranadino.

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