Benemerito De Las Americas

Muy buenas noches integrantes de la mesa del presídium, amable concurrencia, compañeros maestros y alumnado en general de las diferentes instituciones educativas que nos acompañan, es un honor para mí dar unas palabras alusivas al benemérito de las américas.

Benito pablo Juárez García, vio la luz el 21 de marzo de 1806 en Guelatao un pueblecito de solo veinte familias, escondido en la sierra oaxaqueña y con una única ventana al mundo exterior gracias a su cercanía con el pueblo de Santo Tomas Ixtlan.

Sus padres, Marcelino Juárez y Brígida García eran, según sus palabras, “indios de la raza primitiva del país”, lo que era natural en una provincia como Oaxaca, cuya variada orografía aislaba a pequeños poblados completamente indígenas predominantemente zapotecas y mixtecas, pero también de otros grupos lingüísticos cuya cohesión étnica les había permitido preservar gran parte de la autonomía que la corona española había otorgado a los pueblos indígenas durante el virreinato.

A pesar de nacer en ese rincón remoto de la república mexicana, dentro de una familia perteneciente a una de las etnias monolingües oaxaqueñas la vida de Benito Juárez transcurrió paralelamente a la de la nueva nación; pudo aprovechar las nuevas oportunidades que esta ofrecía, a pesar de las profundas desigualdades de su sociedad.

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