Bianchi
Enviado por agustinaperalta • 4 de Agosto de 2022 • Apuntes • 20.420 Palabras (82 Páginas) • 171 Visitas
BIANCHI, Susana. Historia Social del Mundo Occidental. Del feudalismo a la Sociedad Contemporánea. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes, 2016.
El curso se centra en el ámbito de lo que José Luis Romero llamó la cultura occidental, sociedad que se constituye en Europa a partir de la disolución del Imperio Romano.
Principales etapas del proceso a analizar:
- fusión de los legados romano, germánico y cristiano
- constitución de la sociedad feudal y la inserción en dicha sociedad del mundo burgués,
- procesos de transición al capitalismo y su emergencia a través de las revoluciones burguesas,
- el apogeo de la sociedad burguesa y liberal,
- distintas expansiones del núcleo europeo,
- crisis del mundo burgués,
- desarrollo del mundo socialista y del “tercer” mundo,
- principales desarrollos contemporáneos –como el neoliberalismo y la disolución de la
Unión Soviética–.
Historia social, según señala Eric J. Hobsbawm, “historia de la sociedad”
Es fundamental partir del análisis específico desde los distintos niveles: estructuras socioeconómicas, sujetos sociales y sus conflictos, procesos políticos, mentalidades e ideologías. A partir de este análisis se establecerán las relaciones específicas que vinculan a estos niveles y que permiten su integración dentro de un proceso general.
Acerca de la historia social
El concepto de historia social
No hay historia económica y social. Hay historia sin más, en su unidad. La historia es por definición absolutamente social. En mi opinión, la historia es el estudio científicamente elaborado de las diversas actividades y de las diversas creaciones de los hombres de otros tiempos, captadas en su fecha, en el marco de sociedades extremadamente variadas [...] (Febvre, 1970)
Para los fundadores de la escuela de los Annales, el eje de preocupación de los historiadores estaba en el hombre (sentido colectivo) y sus actividades creadoras. Lucien Febvre agregaba: “[...] el objeto de nuestros estudios no es un fragmento de lo real, uno de los aspectos aislados de la actividad humana, sino el hombre mismo, considerado en el seno de los grupos de que es miembro”.
La historia social, en sus orígenes, intentaba ser una historia global de la “sociedad en movimiento”.
También existe una concepción de la historia social como una especialidad. Su objeto está delimitado al estudio de los grandes conjuntos: los grupos, las clases sociales, los sectores socioprofesionales.
Desde la visión de los fundadores de Annales, la historia social debía constituirse en una síntesis de los diferentes aspectos de la vida de la sociedad. Había que recurrir a la colaboración de las distintas ciencias sociales, fundamentalmente de la geografía, de la sociología y de la economía.
Según George Duby (1977), la historia social debe construir un camino de convergencia entre
una historia de la civilización material y una historia de las mentalidades colectivas. Para alcanzar este objetivo fija tres principios metodológicos:
- “El hombre en sociedad constituye el objeto final de la investigación histórica”. La necesidad del análisis es lo que lleva, en la totalidad del conjunto, a disociar diferentes
niveles de análisis. - “Ocuparse de descubrir, en el seno de una globalidad, las articulaciones verdaderas”. Se plantea la necesidad de establecer los complejos nexos entre lo económico, lo político y lo mental.
- El tercer principio se refiere a otro problema de gran complejidad: el tiempo histórico. “Cada fuerza en acción, aunque dependiente del movimiento de todas las otras, se halla animada de un impulso que le es propio”. Duby remarca la necesidad de estudiar, dentro de la globalidad, la evolución de los distintos niveles, tanto en sus sincronías como en sus diacronías.
Los niveles de análisis
El estudio del fundamento económico de la sociedad constituye un punto de partida indispensable. Cada sociedad distribuye socialmente su excedente económico según reglas específicas. En esta distribución se fundamentan las jerarquías sociales, las relaciones de fuerza entre los distintos grupos sociales y, muchas veces, las motivaciones de los conflictos sociales.
El segundo nivel de análisis se refiere a la misma sociedad. Allí se ubican los sujetos del proceso histórico, entendiendo por sujeto a “aquel al que se refieren las acciones”. Desde la Antigüedad se reconoció la diferencia social. Solo el racionalismo de los siglos XVIII y XIX comenzó a explicar esta diferenciación en términos de clases sociales. El concepto de clase social se comprende en el contexto de un modo de producción (esclavismo, feudalismo, capitalismo) determinado. Es el modo de producción el que determina la estructura de clases. A partir de allí, la relación se presenta como relación de dependencia: las clases poseedoras son las clases dominantes, y las clases desposeídas, las dominadas. Puede diferenciarse entre una clase sin conciencia de sus intereses (clase en sí) de una clase con conciencia de ellos (clase para sí) y se considera que una clase plenamente constituida es la que ha alcanzado esta última situación (perspectiva marxista).
En el análisis de los sujetos reales toda una serie de grupos o categorías escapa de la clasificación en clases. Otra manera de enfocar el problema es el análisis en términos de estratificación social. La primera teoría importante fue la de Max Weber quien distinguió en la jerarquización social tres dimensiones analíticas: el poder económico (estratificación en “clases”), el poder político (estratificación en “partidos”) y el honor social (estratificación en “estamentos”).
Fue la sociología funcionalista norteamericana la que definió el concepto de estratificación social a partir de la necesidad de la sociedad de una distribución interna de sus actividades y funciones. El funcionalismo presenta la estratificación social como la gradación, dentro de un continuum, entre quienes tienen mayor o menor prestigio social, entre quienes tienen mayores o menores ingresos.
Dentro de este nivel, también se incluye el estudio de los movimientos sociales, indisoluble, muchas veces, del nivel de la política. Es necesario rastrear el conjunto de ideas subyacentes, toda la gama de convicciones y creencias que hay debajo de la acción social o política.
La introducción del estudio de las mentalidades implicó un doble cambio. Las explicaciones basadas exclusivamente en las motivaciones mentales de los “grandes hombres” (sus intereses o sus desintereses, su egoísmo o su altruismo) fueron dejadas de lado a favor de lo colectivo. Dejó de considerarse a la psicología humana como un dato invariable y fue considerada como algo cambiante dentro del contexto histórico-social.
...