Bolívar Líder Continental
Enviado por Luisandra Sifontes • 11 de Noviembre de 2017 • Informe • 1.486 Palabras (6 Páginas) • 224 Visitas
República Bolivariana De Venezuela.
Ministerio del Poder Popular para la Defensa.
Universidad Nacional Experimental Politécnica De La Fuerza Armada.
Núcleo Sucre – Extensión Carúpano.
Ing. de Sistemas. Semestre VI. Sección 01.
Bolívar Líder Continental
Carúpano; Octubre de 2017
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios nació en Caracas el 24 de julio de 1783. Fue criado en un hogar aristócrata por lo cual tuvo una excelente educación, a pesar de la muerte de sus padres, cuando tenía 9 años.
Venezuela era entonces una Capitanía General del Reino de España entre cuya población se respiraba el descontento por las diferencias de derechos existentes entre la oligarquía española dueña del poder, la clase mantuana o criolla, terratenientes en su mayoría, y los estratos bajos de mulatos y esclavos.
Entre los valles de Aragua y la ciudad de Caracas discurrió la infancia y parte de la adolescencia del joven Simón. Combinaba sus estudios en la escuela de primeras letras de la ciudad con visitas a la hacienda de la familia.
Tuvo la suerte de formarse con los mejores maestros y pensadores de la ciudad; figuraban entre ellos Andrés Bello, Guillermo Pelgrón y Simón Rodríguez.
A los 15 años Bolívar fue enviado a España para continuar sus estudios. La permanencia en la capital de España, que dura tres años, es esencial en la vida del Libertador. De modo definitivo allá despierta su interés por la cultura.
Su tío y padrino Esteban Palacios, y el sabio marqués de Ustáriz, influyeron en la formación intelectual de Bolívar.
En España se casa en 1802 con María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, pero esta muere de fiebre amarilla al año siguiente, después de volver a Venezuela. Bolívar, desilusionado, decidió alejarse y marchó nuevamente a Europa.
Se embarcó a fines de 1803. Esta segunda visita a Europa resulta transcendental en su carrera. En el aturdimiento de la viudez Bolívar derrocha grandes sumas de dinero. En Francia se reencuentra con su maestro Simón Rodríguez. Este logra volver a encaminar al Libertador hacia la política y la causa de la libertad de su patria.
Viaja a Italia en compañía de Rodríguez y del primo hermano de su fallecida esposa Fernando Rodríguez del Toro y el 15 de agosto de 1805 en el Monte Sacro de Roma realizó su famoso juramento, en donde se comprometía a dedicar su vida y todas sus energías a la liberación de las colonias americanas. Regresa a Venezuela un año después y se unió a la causa revolucionaria.
Todos estos ideales y convicciones fueron el resultado de lo visto a través de sus numerosos viajes y conversaciones con importantes intelectuales los cuales le hicieron comprender las injusticias que se cometían en América al estar bajo el yugo español.
Luego de enterarse de los fracasos de Francisco de Miranda en sus expediciones libertadoras, Bolívar decidió emprender el viaje de vuelta. Paso un breve periodo de tiempo en Estados Unidos, para luego regresar a Venezuela a mediados de 1807.
En 1808 Bolívar se había ya incorporado a las actividades conspirativas. Para esta época las cosas marchan a favor del cambio revolucionario, pues España se enfrenta a grandes dificultades. La crisis que enfrenta hace mas factible la emancipación de las colonias.
La casa de campo de Bolívar, se convierte en centro de reuniones donde, sin muchos miramientos se conspira por la independencia. Simón Bolívar debe salir de Caracas, donde el proceso político sigue desenvolviéndose, en distintos episodios, hasta los sucesos del 19 de Abril de 1810.
Es así como comenzaba la famosa revuelta caraqueña que, sin proponérselo, daba inicio al proceso de independencia de Venezuela. Se constituyó la Junta Suprema de Venezuela, órgano gubernativo teóricamente fiel al rey Fernando VII que, entre otras disposiciones, nombró a Simón Bolívar coronel de infantería y le asignó la tarea de viajar a Londres, en compañía de Andrés Bello y Luis López Méndez, en busca de apoyos para el nuevo gobierno.
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