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Bolivar Y Marti


Enviado por   •  25 de Octubre de 2013  •  2.870 Palabras (12 Páginas)  •  304 Visitas

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A los grandes de la historia los une un ideal común; a Bolívar y Martí los unen sus ideas, sus mismas banderas que promovían la liberación de esta gran patria Latinoamericana, pero también los unían sus personalidades que, creemos, debieron ser muy similares. Eran y seguirán siendo por la eternidad grandes hombres, líderes revolucionarios. Pues, el ímpetu revolucionario, la determinación de que sí se podían concretar sus ideas y sueños de ver la patria liberada del imperialismo español; la valentía de ambos marcaron los rasgos comunes de sus personalidades.

Bolívar y Martí

La herencia de Martí y Bolívar como guía para lucha revolucionaria de los pueblos

Bolívar y Martí tienen dentro de sus aspiraciones fundamentales el logro de una patria nueva, no sólo por su riqueza material, sino por la grandeza del alma y del razonamiento de sus hombres. En la realización de este anhelo los valores morales se configuran como la fuerza propulsora hacia la perfección humana. De ahí su marcada connotación humanista y significadora que promueven la reflexión del presente trabajo, cuyo propósito es develar la convergencia y vigencia de las ideas de ambos pensadores en el contexto de la mundialización.

La ética Martiana y Bolivariana constituye la base fundamental de la educación y la ideología, ambas encaminadas a transformar la realidad social existente en función de un orden político consecuente y representativo del poder de todos.

Simón Bolívar (1783-1830) fue un hombre de pueblo que dedicó su vida a la lucha por la independencia latinoamericana. Fue un hombre que supo advertir las necesidades y urgencia s del Continente y sus naciones y en consecuencia supo definir los objetivos de la lucha emancipadora hispanoamericana y se entregó consecuentemente al logro de ese objetivo, a partir de una visión crítica de los gobiernos y formas de gobiernos.

Resulta difícil esbozar el pensamiento ético – pedagógico de Bolívar sin hacer referencia a su concepción de independencia e integración, pues en su visión revolucionaria lo uno está estrechamente vinculada a lo otro formando una unidad en la práctica social que lo guiara en todas sus acciones. La ética siempre estuvo asociada a la independencia constituyendo el objetivo principal de su vida expresado en valores morales como el respeto, el patriotismo, la dignidad, el honor, la honradez que se configuran en un ideal educativo tendiente a la libertad social y personal.

Si bien en Simón Bolívar podemos encontrar un pensamiento ético consagrado en la aspiración de la indecencia y la libertad continental, no es éste precisamente un sistema de normas y principios coherentemente fundamentado y articulado es sencillamente un torrente de ideas que van emanando en sus escritos y discurso y que fueron madurando en su vida cotidiana dejando para la posteridad lecciones morales concretas que lo ha inmortalizado para siempre.

La riqueza teórica adquirida por Bolívar, a través de su Maestreo Simón Rodríguez tiene sus antecedentes en las ideas del Ilusionismo, el empirismo y el enciclopedismo y especialmente del legado pedagógico de John Locke (1632 – 1704) y Jean Jacques Rousseau (1712- 1778), de este consultó el Emilio, el Contrato Social, La Declaración de derechos del hombre y el Ciudadano, los cuales de una forma u otra influyeron en su conciencia independentista cuya esencia tendía a subvertir el régimen colonial.

El cultivo Bolivariano de la idea de la libertad e independencia estuvo muy vinculado a la educación y la cultura, ambas muy deterioradas en los pueblos latinoamericanos y de lo cual da fe en el Discurso de Angostura, el 15 de Febrero de 1819:

“Uncido el Pueblo Americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía, y del vicio, no hemos podido adquirir, ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibido, y los ejemplos que hemos estudiados, son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición”.

La herencia legada por el colonialismo a nuestras naciones ha sido generalizada durante años privando a los hombres de todo el continente no sólo a la educación espiritual de sus derechos y deberes esenciales, sino también a muchos de estos a vivir con cierta impotencia ante tales realidades y eso es precisamente el resultado de la estrecha visión de los gobiernos americanos que se han conformado con servir a los colonizadores y no a servir a los pueblos. Por eso Bolívar al analizar la realidad social latinoamericana consideraba a la educación como una necesidad para el ejercicio de la vida pública vista en dos direcciones, la primera, en la educación que ha de tener el gobernante para orientar los destinos de su nación y la segunda, en la visión que ha de tener el gobierno para potenciar en los ciudadanos una vida con templanza, sabiduría, y valores morales legítimos. Esta idea la esboza en el Discurso de Bogotá en enero de 1815 al referir:

“la sabiduría, el valor y la templanza producen en el alma un orden y una armonía en sus funciones, que Platón llama justicia interior .La justicia exterior es solo la realización de un orden análogo en la sociedad. El hombre más justo en sí mismo es también el más justo en sus relaciones con los demás. La justicia lleva en sí la beneficencia. Hay que hacer bien a todos los hombres; no hay que hacer daño a nadie. No se debe volver injusticia por injusticia. ( La justicia es la reina de la virtudes republicanas y con ella se sostienen la igualdad y la libertad”.

Aquí se hace explícita la concepción de justicia que se articula en la trilogía Roussoniana Igualdad, Libertad y Fraternidad, la cual fue acogida y defendida en su lucha por la emancipación social.

Bolívar consideraba la justicia como la virtud esencial, siendo ésta el establecimiento de un nuevo orden que ha de tener en su base el reconocimiento de la igualdad de derechos de todos los seres humanos, la oportunidad y la condición externa para una buena vida.

El logro de la justicia a costa de sacrificio personal es la más elevada virtud que Bolívar tuvo como revolucionario entregado a una causa que lo acompaño en su vida y sus concepciones alumbrado por el sentido de entrega a la patria y a los ideales más legítimos que haya defendido.

El ideal que lo consagró por siempre a la vida sacrificada y entregada a la causa de la liberta está refrendado en su epistolario y que se materializa en ideas muy profundas en torno a la moral y al sacrifico. En relación con éste último aseveró:

“no es para mí un sacrificio, es para mi corazón un triunfo. El que lo abandona todo por

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