CAPITULO II ESTADO, CIUDADANÍA Y POLÍTICA SOCIAL
Enviado por cin18 • 3 de Octubre de 2015 • Trabajo • 2.193 Palabras (9 Páginas) • 119 Visitas
CAPITULO II
ESTADO, CIUDADANÍA Y POLÍTICA SOCIAL
L a distinción de Marshall sobre los derechos civiles políticos y sociales como elementos constitutivos de la ciudadanía fue lo que di lugar a que nos formuláramos la primera parte de nuestras premisa central, que contiene la idea de que las políticas sociales estarían definidas por el tipo de ciudadanía alcanzada.
lo interesante de la consideración de Marshall es que confiere a estos derechos una cierta relación agregativa: por un lado en cuanto al tipo de ciudadanía formalmente alcanzada o consagrada y por otro lado en cuanto al grado efectivo y no del ejercicio de los derechos ciudadanos.
Como punto de partida es necesario responder a la pregunta ¿cuál es el tipo y grado de ciudadanía alcanzado dentro de una relación estado-sociedad a lo largo del siglo XX de los países objeto de nuestro estudio y en especial en argentina?
Comencemos analizando la irrupción del capitalismo en América Latina para entender el tipo de Estado que fue capaz de garantizar en principio ciertas relaciones sociales, el tipo de ciudadanía y el régimen político que se establece en la región
Hasta el momento podemos decir que el capitalismo ha evolucionado en América Latina sin contar las con las condiciones de crecimiento autosustentado y de desarrollo autónomo. Ellos nos conducen a entender que tanto el estado como las clases sociales y las relaciones de clase carecen de dinamismo estructural y los dinamismos de la sociedad de clases
Desde el punto de que proponemos para este análisis, existe una conceptualización consensuada por diversos investigadores latinoamericanistas, que entiende al estado como el modelador de la sociedad civil, en una buena medida, el estado no solo procede a la sociedad civil sino que la hace. La explicación se encuentra en la debilidad estructural de las fuerzas o grupos sociales, lo que produce un sobredimensionamiento del papel del Estado en el ordenamiento cuando no es estimulo creador de las relaciones sociales.
Como consecuencia de la autonomía relativa que adquiere el Estado en momentos de su constitución, respecto de las clases resulta al mismo tiempo una suerte de apuntalamiento del accionar de las mismas, especialmente de las económicamente dominantes, lo que explicara la forma oligárquica de ejercer la dominación política.
De esta suerte convendría observar que el estado oligárquico no es nacional, o no lo es del todo crecemos solo lo es en el sentido de imponer un orden mas no en la idea de progreso que requiere el capitalismo
ESTADO OLIGARQUICO
El Estado oligárquico es la forma cerrada, limitada y capturada que resulta del accionar polito de las clases dominantes cuyas características predominantes es la exclusión, tanto en términos políticos como sociales. Ese tipo de dominación política no desarrolla las formas de representación democrática. La exclusión de las mayorías se corresponde estrechamente con el modelo de la hacienda, como mecanismo de control social y clientelismo político.
Por ello, desprivatizar las decisiones requería crear el ámbito de lo público, es decir, dar lugar al nacimiento de la política estrictamente hablando. “si bien a lo largo del siglo XIX las disputas entre liberales y conservadores, centralistas y federalistas, y otras indicaban proyectos diferenciados de organización, estas polémicas raramente trascendieron en marco casi autista de las clases propietarias ”.
A partir de la primera guerra mundial se comienza a evidenciar un conjunto de transformaciones, en la medida en que el mundo social adquiere contornos precisos y definidos aun en el heterogéneo contexto de américa latina. La urbanización, la proletarización de la fuerza de trabajo y la ampliación del Estado van delimitando y definiendo espacios sociales que fundara pertenecías y solidaridades que comenzaran a impugnarse el orden oligárquico. El rasgo definitivo de este periodo es la creciente politización de los sectores medios.
Debido al lugar que ocupan en aparato productivo, estas capas medias son sensibles a las políticas públicas referidas a la educación, ampliación-reducción de la burocracia estatal y distribución del ingreso. Así mismo el avance del capitalismo sobre los recursos productivos conduce a un proceso de concentración que desplaza a pequeños y medianos propietarios.
Por la percepción de estos fenómeno y partir de la lucha política, que implica participar de las elecciones y ampliar la base estatal, esto grupos se irían transformando en sujetos político.
“En este sentido a lo largo de la década 20 se registran movimientos políticos llevados adelante por estos sectores, referidos esencialmente a la extensión de derechos de ciudadanía y la participación de la toma de decisiones”.
Las demandas de la participación y ampliación del Estado por parte de los sectores excluidos conforman los planteos de las clases medias, en cuanto a democratizar el poder en torno al concepto de a ciudadanía política. Sera entonces la crisis del Estado oligárquico la que permite el tránsito a una nueva forma de Estado. En esta nueva forma que será más inclusiva y de carácter movimientista con manipulación clientelar irrumpen en escena sectores subalternos.
A partir de aquí podríamos pensar en la idea de una ampliación de la ciudadanía que estará delineada por la forma que resuelva la salida de la crisis oligárquica.
EL ESTADO DE COMPROMISO
Las ciudades transformaron la faz rural del continente pero no se industrializaron como se esperaba ni tampoco incorporaron el suficiente progreso que se diera vigencia a relaciones plenamente capitalistas. Así se observa como asociada a la urbanización, la expansión de economías familiares y múltiples escalas de exclusión e integración social como parte de una heterogénea modernización.
La industrialización del continente se realizó a medias bajo formas dependientes de las economías centrales. Él estado monopolizó la política que se constituyó en el ámbito de los conflictos sociales; mientras tanto, la participación de la sociedad se encontraba compenetrada con la lógica estatal. El nuevo accionar del Estado conlleva un proyecto de reforma que intenta articular el binomio/legitimación, integrando a los sectores populares al mercado y a la política oficial previniendo la radicalización de dicho sectores. Los conflictos sociales resultaban ser legítimos cuando se expresaban en el seno del aparato estatal; a todo otro accionar se le consideraba ilegitimo. De esta manera el estado dirige el proceso de modernización atrapado a la sociedad en su seno e inhibiendo el pleno desarrollo de la ciudadanía política aunque a veces lo haya expandido.
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