CARACTERISTICAS DEL SEXENIO DE LOPEZ PORTILLO

CARACTERISTICAS DEL SEXENIO DE LOPEZ PORTILLO

BIOGRAFIA

* Su nombre completo era José Guillermo Abel López Portillo y Pacheco

* 16 de junio de 1920 – 17 de febrero de 2004 Ciudad de México.

* Miembro de una familia de destacados intelectuales.

* Su abuelo, José López Portillo y Rojas, fue miembro de la Academia Mexicana, diputado porfirista, gobernador de Jalisco en tiempos de Madero y brevemente, secretario de Relaciones Exteriores de Victoriano Huerta.

* Su padre, José López Portillo y Weber, cadete del Colegio Militar que escoltó al presidente Madero del Castillo de Chapultepec a Palacio Nacional

* López Portillo estudió en la Universidad de Santiago de Chile.

* Cursó la carrera de derecho y ciencias políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y más tarde, obtiene el doctorado en derecho.

* Impartió clases en la Facultad de Derecho y en la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, por espacio de 11 años; debiéndose a él la cátedra titulada "Teoría General del Estado" (impartida desde 1954).

POLÍTICA ECONÓMICA

Secretarios de Hacienda y Crédito Público durante el sexenio de José López Portillo

* Julio Rodolfo Moctezuma (1976-1977)

* David Ibarra Muñoz (1977-1982)

* Jesús Silva-Herzog Flores (1982-1986)

Secretarios de Programación y Presupuesto durante el sexenio de José López Portillo

* Carlos Tello Macías (1976-1977)

* Ricardo García Sainz (1977-1979)

* Miguel de la Madrid (1979-1981)

* Ramón Aguirre Velázquez (1981-1982)

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Al momento de asumir la presidencia (1 de diciembre de 1976), José López Portillo recibe un país en condiciones adversas, tanto en cuestiones sociopolíticas como económicas. Días antes su predecesor, Luis Echeverría, había realizado una severa devaluación monetaria que trajo como varias consecuencias:

* Un déficit de las finanzas públicas de aproximadamente 9 % del PIB

* Una caída de 2.5% del PIB per cápita

* Inflación de 27.2%

Para junio de 1977, la deuda externa del país era de 20,948 millones de dólares, cuatro veces mayor que la registrada al final del sexenio de Díaz Ordaz.

Los objetivos primordiales para el gobierno que recién asumía el poder serían tres: recobrar la confianza con las instituciones gubernamentales y, en materia económica, convencer a los trabajadores de aceptar las restricciones salariales para reactivar la economía;

además de invitar a las empresas a formar en conjunción con el gobierno y las grandes centrales obreras, la “alianza para la producción”.

Durante su discurso de toma de protesta José López Portillo planteó un desarrollo económico que constaría de tres etapas: los dos primeros años serían para la recuperación del país, los dos años siguientes para una consolidación económica, y los dos últimos años para un crecimiento acelerado.

Así presentó su llamado Plan Global de Desarrollo, en el que el presidente estaba comprometido con el desarrollo tecnológico, dispuesto a intercambiar petróleo mexicano por tecnología con Estados Unidos y otras naciones. Los propósitos de dicho Plan eran la industrialización y la construcción de ciudades. Tenía también como objetivo acabar con la especulación dentro y contra México.

López Portillo le infundo a la nación un espíritu de optimismo tanto en el discurso como en sus propuestas y acciones. No obstante se requería de financiamiento, divisas para impulsar estos programas de desarrollo y llevar a cabo la compra de insumos y equipo. Así, el proyecto encontró otros dos grandes truncos: la insuficiencia de capital interno y el crédito exterior para México prácticamente cancelado.

Pese al lúgubre panorama el Presidente confiaba en que podía sacar al país adelante. Para decidir la estrategia a implementar no debía de olvidarse el hecho de que México se encontraba ya endeudado con el Fondo Monetario Internacional, y este le había hecho comprometerse para llevar un gasto público y salarios bajos. Así que los dos siguientes años se siguió una política de austeridad absoluta, prevaleciendo el encarecimiento de los productos básicos frente al tope salarial del 10 %.

Auge petrolero – “Quiero administrar la abundancia”

Durante el sexenio de Luis Echeverría se manejaba el dato de que a México se la habían acabado los recursos petroleros, y se vería ante la situación de importar crudo. Sin embargo, José López Portillo recibió informes que probaban lo contrario y sostenían que México poseía grandes yacimientos, equivalentes a 11, 200 millones de barriles. Presentando dichos informes como aval, se consiguieron préstamos en la banca internacional; los cuales fueron invertidos en la exploración ya no terrestre si no marítima.

| No. de barriles de crudo (reservas) |

1977 | 16, 800 millones |

1978 | 29, 000 millones |

1979 | 40, 200 millones |

Como se observa en la tabla anterior, en dos años el número de barriles de petróleo se duplicó. Las reservas petroleras potenciales (200, 000 millones) colocaban a México a niveles de países súper productores de petróleo como Arabia Saudita.

Otro factor que influyó notablemente a favor de México fue la llamada Guerra del Yom Kipur; conflicto que trajo como consecuencia que los países miembros de la OPEP, en su mayoría árabes, en represalia por el respaldo de Occidente a Israel durante el conflicto, cesaran la venta de petróleo a EE.UU. y Europa Occidental (1973).

El precio del petróleo había encarecido en demasía, cada barril podía costar cantidades exorbitantes y la escasez de este vital recurso sumía al mundo en una aguda crisis.

Más la suerte estaba del lado de México, pues a finales de 1978 el gobierno de López Portillo sorprendió al anunciar el descubrimiento de enormes yacimientos de petróleo, lo que transformó al país de manera instantánea en una de las principales potencias petroleras del mundo. Se descubrieron importantes yacimientos de petróleo en Chiapas, Tabasco y la sonda de Campeche, lo que permitió a López Portillo la reactivación de la economía nacional.

El Presidente recalcó que los ingresos petroleros se destinarían a la industrialización de México, e instó a los Estados Unidos y a otros países a colaborar en ese esfuerzo. La propuesta anterior era apoyada tanto por la opinión pública norteamericana, los medios de comunicación y economistas como Lyndon LaRouche, cuya propuesta consistía en intercambiar petróleo por tecnología con México, sumándose al ambicioso esfuerzo de desarrollo del gobierno de López Portillo.

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