Canoa: a treinta a os de la tragedia 1968-1998) de San Miguel Canoa

Canoa: a treinta a os de la tragedia 1968-1998) de San Miguel Canoa

Canoa, una peque a comunidad ubicada a unos doce kil metros de la ciudad de Puebla, el 14 de septiembre de 1968 fue el escenario de una terrible tragedia que conmovi a todo el pa s y a nuestra entidad: un grupo de j venes empleados de la Universidad Aut noma de Puebla fueron linchados por una turba furiosa, que estaba convencida de que aqu llos eran emisarios del comunismo internacional, y que iban dispuestos a secuestrar al cura del lugar, a llevarse la estatua de su santo patr n, y a secuestrar a sus hijos para enviarlos a alg n pa s comunista, Cuba o Rusia.En realidad los j venes de referencia —Ram n Calvario Guti rrez, Miguel Flores Cruz, Juli n Gonz lez B ez, Jes s Carrillo S nchez y Roberto Rojano Aguirre— no ten an otro prop sito que el de escalar La Malinche, decidiendo arribar a San Miguel Canoa porque en esta comunidad, que se encuentra enclavada en las faldas de la monta a, existe un camino muy transitable que conduce hasta una parte muy avanzada de la misma.Eran personas con un nivel cultural medio, y en lo fundamental se dedicaban a cumplir con su trabajo en la UAP. Dos eran bibliotecarios, otros dos eran empleados de intendencia, y el otro era chofer.La tragedia de Canoa provoc una profunda indignaci n en la comunidad universitaria de la UAP. En sesi n extraordinaria del H. Consejo Universitario, el 17 de septiembre, se acord , entre otras cosas, "exigir el deslindamiento de responsabilidades por los conductos legales, a trav s de una comisi n de dos abogados", "redactar una declaraci n p blica acerca de los hechos, y de la actitud que asumir el Consejo respecto al problema", y "exigir respeto a la Constituci n en lo relativo a la libertad de credo". Tambi n se acord "otorgar ayudas econ micas inmediatas a los deudos de los dos empleados que fallecieron" (Vid. La Opini n, Diario de la Ma ana, 18 de septiembre de 1968).ese hecho ignominioso es una muestra de la irracionalidad a que puede conducir el manejo distorsionado de la realidad, y la manipulaci n de los sentimientos religiosos de la poblaci n, en etapas donde se vislumbran importantes cambios y transformaciones. Ese hecho nos muestra los peligros que conlleva la falta de tica y de responsabilidad en los medios informativos, cuando stos se dejan llevar exclusivamente por su inter s en defender el status quo, cuesti n que a su vez tiene que ver con su af n de obtener ganancias a costa del sacrificio de la verdad y la objetividad

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