Capitalismo

En actualidad, el capitalismo se ha tornado cada vez más salvaje y excluyente, como lo señala Rubio Blanca “el impacto esencial que ha traído consigo…consiste en una profundización de la exclusión” que dificulta cada vez más el que los trabajadores posean medios de producción propios. Esta exclusión va de la mano con la explotación, que se vuelve mucho más intensacon el desarrollo de las fuerzas productivas. Para lograr esto tiene que tener un método para mantener al trabajador sometido.

El método de subsunción que el capitalismo tiene por excelencia, es el salario. Por medio de este se mantiene a los trabajadores a raya, no permitiéndoles desarrollarse en muchos ámbitos como espiritual, intelectual, cultural, etc.

Para que el obrero pueda percibir un salario, primero tiene que enfrentarse con el capitalista en el mercado de la fuerza de trabajo El mercado de la fuerza da trabajo es el lugar donde se encaran los dos agentes económicos ya antes mencionados –el obrero y el capitalista- que en esta ocasión llamaremos ofertantes, los obreros, y demandantes, los capitalistas. En él, estos agentes ponen de manifiesto las cualidades históricas que los diferencian del otro; el obrero muestra su corporeidad, sus capacidades de ejercer trabajo y el capitalista se muestra así mismo, al mismísimo capital personificado.

Este mercado surge, como dice Marx, de la necesidad, por parte del capitalista, de incorporar, en sus medios de producción, una mercancía que traspase y agregue valor a otra ya existente. Y por parte, del obrero, sabemos que desde la existencia de la propiedad privada, se ha visto obligado a vender su fuerza de trabajo para poder obtener, ya sea mediante el intercambio de su salario en el mercado, o por el inmediato cambio , bienes que satisfagan sus necesidades para subsistir, para el mantenimiento propio de esta mercancía y para el mantenimiento, también, de su descendencia. El trabajo asalariado surge en principio después del esclavismo, comenzando la edad media, con una repartición de la tierra, ya desarrollada casi en su totalidad anteriormente, con esto se le da al trabajador la oportunidad de cambiar sus servicios feudales por un pago o por la renta de la tierra. Teniendo así la obligación de vender sus capacidades creadoras para poder subsistir.

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