Carlos Marx
Enviado por lauraandreagar • 9 de Septiembre de 2011 • 1.758 Palabras (8 Páginas) • 1.193 Visitas
INTRODUCCIÓN.-
Cuando la ampolleta de la historia empezó a rodar en la totalidad del género humano, el hombre mismo se fue cuestionando a propósito de su existencia. Es decir cómo es que somos y que hacemos en este mundo, fueron las interrogantes a sucesos extraordinarios que no se podían explicar desde una visión racional a la nuestra, debido a los límites de los conocimientos sobre la naturaleza y sus manifestaciones que condicionaban las acciones y su percepción que se construía acerca de la realidad. Podemos tal vez establecer un ejemplo para la mejor adecuación a que queremos llegar de una forma fácil y esquemática por el momento; supongamos que en un grupo humano de los inicios de la historia de cualquier parte de la tierra esta tranquilamente realizando sus actividades cotidianas, de repente se avecina una tormenta con truenos, relámpagos y vientos que gigantes de otro mundo soplarían con toda su fuerza enojados con los habitantes de esta tierra, y de repente cae un rayo sobre algunos integrantes del grupo humano y mueren, este hecho que hoy en día se explica de manera causal y científica en esos tiempos fueron comprendidos como una advertencia o castigo, o tal vez otra significación pero que repercutió en la creación de lo divino es decir; un ente superior al hombre que gobierna su destino, que podemos identificar desde la adoración a cuerpos concretos de la naturaleza como ser árbol, agua, etc. hasta formas abstractas como dioses impersonales.
Este ejemplo nos lleva a l construcción de lo divino en el género humano como un hecho y existencia característica del ser humano que en su progreso se fue asentando esta manifestación y que en nuestra época es decir en el monoteísmo impersonal, se manifiesta dentro de las relaciones sociales como condición de las masas que necesitan de algo para darle sentido a su vida y tener una justificación de su mísera vida que está sujeta de un péndulo que se mueve de la muerte a la explotación mas inhumana. Dentro de este marco trataremos de analizar la cuestión de lo religión y sus manifestaciones para su apología como su reproducción dentro la vida cotidiana, además si es un factor positivo para el espíritu humano como practicabilidad social y cuál es su futuro dentro y fuera del espacio en que podamos proveer su desarrollo. Dese una visión de totalidad que comprende la forma y su esencia en su integralidad, como también desde un punto de vista materialista como método capaz de ser y develar condiciones reales.
LA RELIGION COMO APARIENCIA.-
Desde la critica a lo sagrado, desde la duda de lo celestial su existencia tiende a ser comprendido como un error; manifestación de que la apariencia es un reflejo de lo superior de la explotación. “El fundamento de la crítica irreligiosa es: el hombre hace la religión; la religión no hace el hombre” (Marx 1959:3).
El hombre hace, es un postulado muy fuerte donde las estructuras tradicionales de la época feudal tiemblan ante esta afirmación que pone en duda y dilucida el esoterismo de las vidas que fueron enclaustradas en el mar de los dioses como entes que dictaminaban su orden irrefutable a los deseos de los hombres y que en última instancia son condiciones de dominación y explotación. Más adelante volveremos sobre estos dos conceptos centrales para la comprensión misma de la religión analizada en su conjunto. Pero ya los burgueses fueron drásticos con la religión porque se necesitaba una nueva configuración para adecuarse a sus condiciones de privilegios a costa de los desposeídos por la manifestación del espíritu absoluto que es la forma revestida que gobierna el mundo y su funcionalidad. Las arcaicas justificaciones de la religión como ser la devoción, eran antípodas a las nuevas necesidades de las relaciones sociales en la cual con la revolución francesa se implantaba la razón como gobierno del hombre para el hombre, y su lado humanístico como principio de solidaridad para mejorar las condiciones de vida en lo económico y el desarrollo del potencial humano dentro de lo universal. Se necesito un Lutero para lanzarse y revalorizar lo religioso dentro las nuevas estructuras sociales, “efectivamente, a la servidumbre por la devoción, porque la sustituyo por la servidumbre en la convicción” (Marx 1959:10). Destruyo la jerarquización de la fe en la autoridad por la autoridad de la fe, y nuevamente las figuras espectrales de aparentismo fueron seduciendo al hombre hasta llegar de una nueva forma a su enajenación de su ser humano.
Tanto y después del régimen capitalista, la religión siempre estuvo para cumplir su rol, la de enajenar y amamantar de la ubre mísera y deformada a la humanidad. Su apariencia es su justificación de existir pero solo nosotros los hombres podemos llevarla a la destrucción y al olvido para nuestro desarrollo autoconsciente.
“La miseria religiosa es, de una parte, la expresión de la miseria real y, de otra parte, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura agobiada, el estado de ánimo de un mundo sin corazón, porque es el espíritu de los estados de cosas carentes de espíritu. La religión es el opio del pueblo” (Marx 1959.3).
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