Carta Abierta De Rodolfo Walsh
Enviado por DanaCaballero2 • 19 de Mayo de 2014 • 1.754 Palabras (8 Páginas) • 267 Visitas
Carta abierta de Rodolfo Walsh a la Junta
militar en 1977, al cumplirse un año del golpe
de Estado de 1976
24 de marzo de 1977
Rodolfo Jorge Walsh
CARTA ABIERTA DE UN ESCRITOR A LA JUNTA MILITAR
1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de
mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una
hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a
esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente
como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la
acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que
ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son
crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban
parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política
represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para
nueve meses más tarde.
En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio
de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el
pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en
los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones
de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como
expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de
ese “ser nacional” que ustedes invocan tan a menudo.
Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e
intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas
productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación.
Una política semejante solo puede imponerse transitoriamente prohibiendo
los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e
implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.
2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas
de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales
guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra
ningún juez, abogado, periodista, observador internacional.
El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la
investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que
permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.
Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados
negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el
recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su
inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después
que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.
De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo.
Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en
diez días según manda una ley que fue respetada aun en las cumbres
represivas de anteriores dictaduras.
La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite
en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre
las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares
quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos.
El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores
medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el
“submarino”, el soplete de las actualizaciones contemporáneas. (2)
Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la
guerrilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la
tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de
obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la
administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta
quebrarla y hacerle perder la dignidad, que perdió el verdugo, que ustedes
mismos han perdido.
3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es
asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares
descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados
combates e imaginarias tentativas de fuga.
Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a
diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no
está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante
ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de
represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las
acciones guerrilleras.
Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la
voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el
Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la
muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la
comisaría de Ciudadela, forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su
mando no tuvieron muertos. (3)
El remate de guerrilleros
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