Catedral De Santiago De Compostela

Catedral de Santiago de Compostela

Se trata de la catedral románica de Santiago de Compostela.

Su autor: es desconocido. Cronología: S.XI y XII

Alrededor del Siglo. XI Europa entra en una nueva fase de su historia. En la que concurren una serie de circunstancias que estabilizan políticamente el contienen y lo protegen de nuevas invasiones, favoreciendo con ello el crecimiento demográfico y la roturación de tierras.

Es la época en la que se ha impuesto definitivamente el poder feudal, y la Iglesia mantiene su primacía social y económica. En este contexto se produce un renacer de la actividad artística, que tiene como particularidad su unidad formal en medio de un continente políticamente dividido y una total vinculación a la temática religiosa. Es lo que llamamos arte románico, un amplio período artístico, continuador de las tradiciones romanas, el Románico representa el primer estilo internacional que se desarrolla en Europa desde la caída de Roma.

Su cronología oscilará entre los siglos X y XIII, estableciendo a su vez una serie de etapas consensuadas. En primer lugar un período de formación que denominamos primer románico; una etapa de plenitud, el románico pleno, y una fase final, el período denominado tardo románico.

Históricamente será necesario que sean coincidentes una serie de circunstancias que hacen posible esa unidad de criterios artísticos:

1. El sistema feudal: un sistema de rígida jerarquización social, con la preminencia de la nobleza y el clero.

2. La expansión monástica: órdenes poderosas como la de Cluny se extienden por todo el continente, imponiendo una misma estética.

3. Las peregrinaciones: también son un fenómeno unificador del arte de la época.

La arquitectura románica es ante todo una arquitectura religiosa, que como tal está definida por dos principios básicos: la monumentalidad y la perdurabilidad. La monumentalidad responde al interés por imitar los grandes edificios romanos, esta grandeza serviría también para que la gente viese la importancia de la Iglesias. La perdurabilidad es lógica, ya que su impulsor en el arte románico, es la iglesia, la cual se considera a sí misma, una religión eterna.

Dentro de las aportaciones técnicas las más importantes serían:

Plantas. Como planta más común se elige: la basílica, con transpecto, este puede o no aparecer destacado en la plata, cabeceras de ábsides semicirculares, y en ocasiones pórticos a la entrada. Este modelo de planta basilical irá agrandando el transpecto hasta configurar la planta de cruz latina, con tres naves siendo la central más ancha y alta que las laterales.

El fenómeno de las peregrinaciones afectará a la evolución de las plantas, obligando a la construcción de girolas o deambulatorios, que permitieran el tránsito de los fieles, y a la multiplicación de capilla o absidiolos que permitieran duplicar los oficios.

Alzados. Todo el edificio románico se asienta en robustos cimientos. Son tan profundos que frecuentemente permiten la construcción de criptas o iglesias subterráneas bajo el ábside. En segundo lugar actúa el muro, auténtico soporte tectónico de las cubiertas en el período románico. El muro es grueso (de hecho se construye con el doble pared y “ripio”) , y aún se refuerza más por medio de contrafuertes y evitando la apertura de grandes vanos (apertura en el muro, puerta o ventana).

Ello explica una característica propia de la arquitectura románica, el predominio del macizo sobre el vano, lo que a su vez obliga a la necesaria animación de las paredes externas con elementos como pilastras, molduras, arquillos ciegos, canecillos, modillones de rollo, ajedrezado jaqués, etc.

La aparición de tribunas en las partes altas de las naves laterales, contribuyen a completar el sistema de soportes. En cuanto a su valor útil es a veces escaso, convirtiéndose frecuentemente en un trastero o almacén, si bien las grandes iglesias de peregrinación se aprovechaban como un corredor más de peregrinos.

El sistema de soportes internos tiene como principal novedad el típico pilar románico: sección cuadrada en cuyos frentes se adosan semicolumnas que recogen el peso de los arcos denominados fajones y formeros. Los primeros en sentido transversal al eje de la nave, y los segundos en sentido longitudinal.

Las cubiertas al principio, se emplea la techumbre de madera, por tradición y facilidad constructiva. Pero pronto las bóvedas de piedra se convierten en uno de los elementos consustanciales al estilo románico.

El tipo de bóveda más empleado es la bóveda de cañón reforzada por arcos fajones, en las naves centrales. En las naves laterales y girolas por el contrario, se emplea más la bóveda de arista.

Torres es campanario, pero es también símbolo del vínculo entre los hombres y Dios, así como testimonio del poder de la Iglesia, visible desde cualquier punto. Suelen situarse flanqueando la facha, pero también en el centro del crucero, en los extremos de los brazos del transepto, etc. Sus formas pueden ser variadas: cuadradas, octogonales

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