Charro Negro
Enviado por esmeydavid • 21 de Agosto de 2013 • 817 Palabras (4 Páginas) • 560 Visitas
Allá por las afueras de la Ciudad de México, con dirección a Toluca, se encuentra uno con los arbolados cerros y bosques ahora muy visitados y cuyo parque nacional más conocido es el de "La Marquesa". Ahí cuentan que en ciertos pueblos aledaños se hablaba de un charro que ocasionalmente cabalgaba esos lugares y el encuentro con este personaje era tan inesperado como enigmático.
En alguna ocasión, una señora a la que llamaban para auxiliar a las mujeres cuando iban a dar a luz escuchó que tocaban su puerta insistentemente. Ya era entrada la noche, por lo que abrió la puerta con cierta reserva, pero grande fue su sorpresa al encontrarse con un hombre vestido de charro, que le pidió que le acompañara para ayudar a parir una mujer. La señora tomó su rebozo, se encomendó a la santísima Virgen y después de montar en el caballo que estaba amarrado de la rama de un árbol afuera de su casa, acompañó al jinete a donde éste la llevó, rezando un rosario en el camino.
Siendo de noche, la señora no reconoció los rumbos por donde el mencionado personaje cabalgó, y llegó a un jacalito sencillo donde habían varias señoras y la futura madre que con quejas y lamentos se aguantaba los dolores de las contracciones por el futuro parto. Ella, le dijeron, era la esposa del charro. La señora partera, conocedora de esos menesteres, hizo lo que siempre a la futura madre, la bañaba, refrescaba su frente con una tela. Fue pasando la noche, las señoras ayudaban a la mujer metiéndola a la bañera, respirando, luego la futura madre se dormía entre contracción y contracción, hacía ruidos, jadeaba, etc. La señora partera deambulaba por la casa, el charro la acompañaba afuera cuando ella salía y preguntaba cómo iban las cosas.
En un momento la partera salió del cuarto a refrescarse un momento, y le explicaba al charro “se me hace que el bebé está por la mitad de la cabeza, le falta poco para salir”.
Las otras señoras continuaron buscando posiciones cómodas para la señora del charro, y luego estuvieron platicando de la ropita que ya tenían para el niño y de lo mucho que lo esperaban y enseguida... la futura madre sintió que se le salía!. Fue rápidamente al cuarto del bebé. No podía pujar ya que no controlaba nada, ni podía contenerlo. La partera la agarró de las axilas por atrás, mientras las señoras ayudaron a acuclillarse a la mujer y en un grito que más bien fue alarido... salió el pequeño niño, llorando. Después de eso, con otra contracción, era la placenta. Fue todo muy rápido, después de un proceso de varias horas.
Todos se pusieron contentos, incluso el charro, quien orgulloso, reconocía según el sus rasgos en el rostro de la creatura, aunque esta todavía estaba inflamada por el parto.
Pasó todo, y el charro devolvió a la señora partera a su casa, sin decir palabra, pero cuando dejó a la señora en su casa nuevamente se despidió de ella,
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